Carpeta de justicia

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  • Pequeños y grandes despachos reducen ya entre 7 y 10 veces el tiempo y coste asociado a la gestión de sus notificaciones judiciales gracias a la aplicación de servicios tecnológicos ad-hoc basados en inteligencia artificial
  • 700 millones de notificaciones enviadas vía Lexnet, tan solo una de las plataformas disponibles en España, dan una idea del enorme reto que supone para procuradores, abogados y departamentos legales la recogida y gestión de notificaciones
  • Recibirlas, leerlas, analizarlas y extraer a mano información clave como señalamientos, vencimientos y cuantías, son solo algunos de los pasos que estos profesionales tienen que repetir una media de entre 8 y 12 veces por expediente judicial

La lectura y gestión de notificaciones judiciales es, sin duda, una de las tareas que más limita el crecimiento y los beneficios de cualquier despacho.

Y es que hablamos de uno de los procesos que mayor cantidad de tiempo y recursos consume. Porque, además del volumen que reciben a diario, hay que tener en cuenta la ausencia total de un formato y categorización estandarizados.

Una situación que impide a los profesionales legales atender otras tareas de gran valor como interpretar las leyes, ganar casos y dedicar tiempo a sus clientes y que, además, genera una alta tasa de ineficiencia y miles de millones de datos desestructurados.

TRATANDO DE ENCONTRAR LA EFICIENCIA

Por eso ya son muchas las soluciones que, a lo largo de los últimos años, llevan intentando superar este gran desafío a través de la automatización de la recogida, lectura y gestión de las notificaciones judiciales.

En un principio, los despachos optaron directamente por incorporar a más personal para lograr procesar, de forma manual, todas las que llegaban a diario. Pero eso solo disparaba el tiempo y los recursos que dedicaban a esta tarea y no salvaba los errores, la pérdida de vencimientos o la carencia de información estructurada.

Entonces, la llegada de la tecnología y de los primeros sistemas de reconocimiento de caracteres permitió soñar con un futuro de lectura digital. Un futuro casi utópico por numerosas dificultades.

Dificultades que seguían estando presentes como la de clasificar correctamente todas las notificaciones por la falta de un universo cerrado de tipos y de formatos; la necesidad de realizar entrenamientos sobre muestras concretas; el coste y el tiempo derivado de esos entrenamientos; la rigidez de los análisis limitada a dichas muestras; la interpretación textual y no semántica para su lectura; el alto porcentaje de errores; la generación de falsos positivos

Una lista interminable de barreras que parecían entonces insalvables hasta que llegó la Inteligencia Artificial, la nueva tecnología que sí permitió soñar con que por fin esa utopía podría convertirse en realidad.

Aunque no precisamente a través de soluciones generalistas como Chat GPT o Copilot, revolucionarias en muchos casos de aplicación pero no en el procesamiento de notificaciones judiciales.

Y es que su tendencia a la alucinación, su falta de precisión y actualización y, sobre todo, la nula usabilidad para el tratamiento masivo de notificaciones, no las convertían en la IA que superaría por fin este gran reto de los profesionales legales.

Y ES QUE YA NO ES SUFICIENTE CON SER EFICIENTE

Es aquí donde han ido surgiendo otras soluciones que, a través de una aplicación inteligente de la tecnología junto a la IA, abordan la lectura y la gestión automatizada de notificaciones, permitiendo, por primera vez, la clasificación, asignación y extracción de toda la información clave estructurada de cualquier notificación judicial.

Soluciones que reducen exponencialmente el tiempo y el coste de su procesamiento. Soluciones que aprovechan todos los datos estructurados en toda la cadena legal para la toma de decisiones. Soluciones que proporcionan un entorno colaborativo entre abogados y procuradores en el que ambos se benefician de esa estructuración de datos. Y soluciones que facilitan el crecimiento y el escalado de casos con los mismos recursos.

Soluciones que, en definitiva, permiten por fin a los profesionales legales superar de verdad este desafío y elevar, aún más si cabe, su profesión, pudiendo dedicarse a aquello que verdaderamente aman de la misma y que aporta el gran valor diferencial; interpretar las leyes, ganar sus casos, asistir a sus clientes, abordar otros proyectos y hacer crecer su negocio.

Y un ejemplo de las mismas lo representa el servicio de gestión de notificaciones judiciales de Little John. Un servicio homologado por Lexnet en recogida de notificaciones y presentación de escritos que ofrece, además, una interfaz visual tremendamente intuitiva capaz de proporcionar una experiencia de usuario sencilla, ágil e incomparable




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