Carpeta de justicia

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Decía Kundera en su libro “La insoportable levedad del ser” que Parménides dividió todas las cosas en positivas y negativas a excepción de una dualidad: ¿qué es lo positivo o lo negativo: el peso o la levedad? Esta misteriosa dicotomía y dualidad nos sirve de metáfora para las redes sociales, porque ¿qué es lo leve o lo pesado en Internet: la fugacidad de un tweet que se usa y se consuma (y se consume) en un momento? ¿O la insoportable  eternidad y pesadez de la eternidad de la red donde todo lo que decimos o hacemos queda grabado e inmortalizado  y  muchas veces perdura ad aeternum en Internet? (y ello a pesar del neonato derecho al olvido, el derecho del Siglo XXI). 

Queremos olvidar, pero a veces no queremos ni podemos. La imagen vertida en red, el comentario lanzado en internet, ya tiene más poder que nosotros y no podemos controlarlo. La viralización de la Red es superior a nosotros. El aleteo de una mariposa en Japón (o lo que es lo mismo, un tweet viral al otro lado de Europa) puede desencadenar un tsunami al otro lado del mundo. Aparecerá una y otra vez cual fantasma de navidad de un cuento de Dickens. Cada dato, cada imagen, cada información que volcamos en la red deja de pertenecernos. Porque más allá de la protección de datos, más allá de la privacidad y de los derechos de autor o imagen, el contenido que una vez salta a la red se pierde como arena en el viento. Y como dijo  Jure Keplic  “lo que ocurre en las Vegas se queda en las Vegas, pero lo que ocurre en Twitter se queda en Google para siempre”.

El aparente anonimato que nos proporcionan las redes sociales ( muchas veces tras un avatar , un fake , apodo , sobrenombre o nombre de usuario que imaginamos ingenioso y original), la  sensación de aparente ( y falsa) impunidad que nos dan las redes sociales, el impulso de documentarlo todo y de sobreexponernos en redes sociales nos controla y en ocasiones nos supera. Cada cual vive su vida y maneja sus redes como quiere o puede, pero el problema empieza cuando no sabemos diferenciar entre libertad de expresión y vulneración de los derechos del otro. Mi libertad acaba donde empieza la tuya. Es de sentido común pero a veces debemos reeducarnos y recordar estas sencillas premisas en nuestra vida virtual. En numerosas ocasiones nos envalentonamos y la red opera como una máscara, un falso escudo donde podemos (creemos) expresarnos y vaciarnos.  Pero este retrato de Dorian Gray es sólo aparente, porque como diría Oscar Wilde, nada es completamente cierto.

Yodel , el arma de doble filo

Es lo que ocurre con Yodel (la nueva red social anónima que opera en un radar de unos 10 km). Una vez descargada la aplicación, la red permite chatear e interactuar a modo de foro abierto con limitación geográfica, de manera totalmente (¿?) anónima. Yodel, hija de Gossip, heredera de Chatroullette e Informer (y otras similares cual dinastía del Señor de los anillos) es una mensajería anónima que causa furor entre los adolescentes.

Se trata de una comunidad online que permite conectar con otros usuarios de manera anónima y sin desvelar la propia información personal (no aparece ningún nombre identificativo, ningún avatar, ningún dato que identifique  quién sube un comentario). Por eso atrae tanto a los adolescentes. Es nueva, es diferente, les permite expresarse desde el anonimato y por tanto (al menos eso creen ellos) desde una impunidad que les permite libertad absoluta.

Una vez descargada la aplicación y leídas y aceptadas las normas de uso, el usuario de manera anónima puede ir subiendo “ yodels” ( comentarios a la red o chat) que serán públicos en un radio de 10 km y que podrán ser comentados, votados y leídos por la comunidad. Estos “ yodels” pueden ser filtrados por “ más recientes”, “ más votados” o “ más comentados”. Y dichos votos afectan al “ karma” del usuario.

Aunque la red tiene unas normas de uso y advierte con “banear” los comentarios ofensivos o que revelen datos identificativos y demás nombres, números de teléfono, o los que inciten al hostigamiento, acoso, y demás actos contrarios a las normas básicas de comunidad y convivencia, lo cierto es que en la práctica la red está siendo un foco de ciberacoso, amenazas, injurias, calumnias, humillaciones y demás ciberdelitos.

El problema es que, aunque sus creadores lanzaron Yodel para universitarios (recordemos que es una red para compartir chismorreos, novedades, eventos, encuentros, citas, bromas y noticias…) lo cierto es que en la práctica está siendo utilizada en su mayoría por menores y adolescentes (recordemos que ocurrió algo parecido con la ya desaparecida Tuenti). Tanto es así, que la red ya se ha visto obligada a actuar para evitar casos de ciberacoso, y de cibebaiting (acoso a los profesores).

Los principales problemas de Yodel

.- el peligroso uso de esta comunidad por menores

Los menores de edad acceden cada vez más a dispositivos electrónicos y telemáticos a edades más tempranas. Hace cuestión de días, una adolescente denunciaba haber sufrido acoso a través de esta conocida red social que se ha hecho popular entre adolescentes.

Según el artículo 13 del Reglamento que desarrolla la LOPD, el menor a partir de los 14 años puede prestar su consentimiento para transferir datos de carácter personal, de lo contrario necesitará el consentimiento de sus padres o representantes legales.

Como hemos venido criticando desde hace tiempo, no existe ningún prestador de servicio que controle este requisito o límite de edad. No existe ningún sistema fiable y seguro que verifique y garantice la autenticidad de estos datos, con lo que el menor puede falsear la edad y acceder a estos dispositivos, con los peligros que ello conlleva. No olvidemos que aunque la voluntad de los grandes gigantes parece ser la de cooperar en caso de vulneración de derechos de los menores, los adolescentes son los grandes consumidores de este tipo de aplicaciones y sería más pragmático prevenir antes que curar.

.-Nuevas apps de control parental

¿Cómo proteger a nuestros menores de estos riesgos? Cada vez más están proliferando en el mercado aplicaciones de control parental o apps de control para que los padres puedan controlar el tiempo que los menores pasan en Internet, las páginas a las que acceden, los contactos el menor, el contenido que emiten o reciben, su geolocalización e incluso la posibilidad de monitorizar las conversaciones de los menores en Internet. Quostodio, Hometube, YahooKids, Talkids, Teen Safe…. Entre otras pueden ser herramientas útiles para salvaguardar y proteger a los menores. El problema se encuentra en el límite (como desarrollaremos en futuros artículos) entre el deber de los padres de ejercer la patria potestad (proteger al menor, velar por ellos, salvaguardar sus intereses) y el derecho a la intimidad de los mismos.

.- anonimato

Como señalábamos Yodel es una red social que se desmarca porque sus usuarios aparecen al público de manera anónima y sin ningún tipo de identificación. Pero anonimato no es sinónimo de impunidad. Aunque los desarrolladores de Yodel avisan que el reporte de mensajes ofensivos lleva aparejado el bloqueo y que en caso de no respetar las normas de la comunidad el usuario podrá ser baneado, los creadores advierten que está absolutamente prohibido revelar cualquier dato identificativo o hacer mención a nombres y demás datos de carácter personal, en la práctica estas normas están siendo flagrantemente conculcadas.

Como decíamos, debemos informar al menor, de que ese aparente anonimato o aparente impunidad que les proporcionan las redes sociales no les exonera de responsabilidad en modo alguno (el menor de edad a partir de los 14 años es responsable penal según la Ley Orgánica de Responsabilidad penal del menor).

Las Unidades de delitos tecnológicos y de delitos informáticos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuentan con infraestructura y medios suficientes para rastrear IP y para investigar a los infractores de hechos delictivos en caso de comisión de delitos. La Guardia Civil, además de poner a disposición del usuario una página para denunciar estos hechos cuenta con una herramienta a la que a continuación nos referiremos (eGarante) que permite hacer una captura de pantalla y emitir un certificado de manera inmediata desde el mismo momento de comisión de un delito ( y que será muy útil aunque la página, tweet, enlace o foto sea borrada, retirada , eliminada o modificada posteriormente).

.-“ eGarante” una herramienta útil para la prueba digital

Si una persona ha sido víctima de cualquier delito de este tipo, se recomienda recabar el mayor número de pruebas posible. Valdrán las capturas de pantalla, fotografías o cualquier dato probatorio de esos insultos o amenazas. Aunque lo aconsejable es levantar acta notarial de los contenidos, las FCSE ya cuentan con una herramienta muy útil: “ eGarante” que  está especializada en certificar contenidos en Internet, y que permite inmortalizar este tipo de actos delictivos realizados a través de la red, permitiéndonos probar la comisión de estos ilícitos aunque el contenido haya sido manipulado o borrado con posterioridad.El usuario por tanto podrá informar de la comisión de este tipo de delitos en la web del Grupo de Delitos de la Guardia Civil, el programa podrá realizar una captura de pantalla inmediata desde el momento del aviso, aunque dicho contenido sea eliminado a posteriori. Ello informará a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de que se está produciendo un delito en Internet a la vez que se emite un certificado en formato PDF que servirá de prueba si queremos ejercitar acciones legales.

Cada vez más las instituciones, autoridades y el ciudadano en general están interiorizando y sensibilizándose con el problema, tanto es así que tanto los prestadores de servicios como Facebook o Twitter ya disponen de pestañas para que el usuario denuncie estos hechos ( por ejemplo Facebook permite hacer click en Acciones y después denunciar spam o abuso, o Twitter permite acudir a Ajustes y bloquear o reportar, con posibles limitaciones y consejos sobre qué hacer  y si un usuario es abusivo).

.- la geolocalización, yodel necesita que tengas activado el GPS

Huelga decir, como hemos comentado en numerosos artículos, que los peligros de la geolocalización, especialmente en menores son manifiestos. El radio de 10 km en los que opera esta red social puede ser amplio, pero si hay ciertos indicios que identifiquen al usuario, la zona geográfica a la que se encuentra puede estar acotándose.

Ello los convierte en potenciales presas para depredadores sexuales como pedófilos o pederastas, o mafias dedicadas a la explotación, pornografía o prostitución infantil.

.-las conductas delictivas más frecuentes en Red y su tipificación en el CP

Según la última Memoria Anual de Fiscalía, los procedimientos incoados por hechos ilícitos relacionados con las Nuevas Tecnologías sufrieron un incremento exponencial y considerable (casi un 50,84% respecto al año anterior). Un dato importante a tener en cuenta y un indicativo que nos está diciendo que algo está cambiando en nuestra sociedad.

La Red es un campo fértil para la comisión de numerosos delitos. Entre los más frecuentes solemos encontrar: amenazas (donde el efecto intimidatorio es mayor por la publicidad y difusión del medio), los insultos, vejaciones, injurias o calumnias. Es muy fácil realizar este tipo de comentarios, pero es necesario inculcar, educar y concienciar que insultar en Internet “no sale gratis”.

Otro tipo de conductas frecuentes y que podríamos citar a título meramente ejemplificativo sería la de estafas informáticas, apología al terrorismo, incitación o comisión de otros delitos, usurpación de identidad, tratamiento de datos personales de terceros sin su consentimiento (recordemos que el descubrimiento y revelación de secretos está penado con penas de prisión de hasta cuatro años: difundir números de teléfonos, domicilios, fotografías, conversaciones privadas). También son especialmente sensibles los delitos contra la libertad sexual  como la posesión, difusión o elaboración de pornografía infantil, o los delitos contra el patrimonio como los daños informáticos, los delitos contra la propiedad industrial…

La mayoría de conductas delictivas pueden cometerse a través de Internet y no por ello dejan de ser constitutivas de delitos. Como siempre señalamos, las injurias, calumnias, amenazas, vejaciones… no dejan de serlo por el simple hecho de haberlos cometido a través de Internet, muy por el contrario, en numerosas ocasiones podrán ser constitutivas de tipos agravados o aumentan el elemento lesivo en la víctima debido a la difusión del medio . Los delitos siguen siendo los mismos delitos aunque se produzcan a través de dispositivos electrónicos o telemáticos. Y aunque algún autor ha señalado la necesidad de aglutinarlos y ordenarlos sistemáticamente en un mismo cuerpo legal, lo cierto es que ya contamos con regulación exhaustiva y detallada en la materia y sólo habrá que identificar el daño y la lesión producida, la conducta delictiva en cuestión y reconducirlo al tipo penal ya existente.

En un mundo cada vez más saturado de redes y donde rige la ley del más rápido y ante un consumidor y usuario siempre hambriento  de novedades y que nunca ve su sed saciada de nuevas aplicaciones, me hace recordar aquel libro de Michael Ende, en el que los ladrones del tiempo ofrecían a Momo uno tras otro nuevas muñecas o accesorios para no pensar y así olvidar que somos marionetas en sus manos, y que sólo perdemos un tiempo, cual magdalena de Proust, que será difícil de recuperar de camino a Swann.




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