Si hay un tema del que se ha hablado en 2016 es del impacto que la inteligencia artificial (en adelante IA) va a tener en los próximos años en muchos sectores de la actividad económica, profesiones, rutinas diarias e incluso en el ocio. El derecho también se ve afectado por la IA. En los últimos meses hemos tenido noticias de estudios en los que la plataforma de IA para el mundo Legal ROSS obtenía mejores resultados que Westlaw y LexisNexis en búsqueda de información legal o del uso de robots de automatización de procesos (RPA) basados en IA por algunas firmas anglosajonas.
Se ha comentado ya mucho que la IA se encargará de las actividades más tediosas dejando al abogado las actividades más analíticas y creativas que son las que generan mayor valor añadido. Todo aquello que tiene que ver con la justicia, ecuanimidad, legitimidad y equidad, que son conceptos abstractos, será lo que haga el abogado mientras que lo que sea duro y repetitivo quedará más del lado de aplicativos basados en IA. La IA todavía no está preparada para sustituir los complicados procesos mentales que realiza el abogado en su día a día, pero si para asistirle en ellos proporcionándole contextos válidos y orientación.
Es evidente que durante los próximos años los proveedores de soluciones para el mercado legal deberán focalizarse en agregar la información necesaria, tanto en cantidad como en calidad, para que después la IA pueda analizarlos y sacar conclusiones que aporten valor al abogado. Proporcionándole conocimientos y dirección mientras el abogado hace su trabajo para acelerar el trabajo y reducir el riesgo de errores. Es decir, ganar en eficiencia.
La clave del éxito del abogado del futuro residirá en su habilidad para identificar qué areas de actividad pueden ser sustituidas por un programa y cuáles no pueden serlo. Las áreas de práctica más rentables dentro de unos años serán aquellas que sepan ajustar su modelo de negocio a la combinación del uso de herramientas de IA con aquellos otros servicios que las máquinas no puedan facilitar. Quien no sepa posicionarse bien puede verse superado por empresas que no se dediquen a la abogacía y que poco a poco van entrando en el mundo legal. Sobre todo, en países anglosajones.
Porcentaje de tareas del abogado son susceptibles de automatización
Respecto a qué porcentaje de tareas del abogado son susceptibles de automatización a finales del 2015 un estudio McKinsey lo fijaba en el 23% mientras otro realizado por el economista y profesor emérito del MIT Frank Levy y por la profesora Dana Remus de la facultad de derecho de la Universidad de Carolina del Norte a finales del 2016 lo dejaba en un 13%.
Si, simplificando mucho, dividimos las tareas típicas de un abogado respecto a un caso podemos identificar tres pasos o fases.
1ª búsqueda de información relevante: sentencias de casos semejantes, normativa, doctrina, contratos. En esta fase hablamos de aplicar IA a las típicas bases de datos con sus buscadores inteligentes que son la forma de automatización actual existente para esta fase.
2ª Análisis de la información relevante para quedarnos con los documentos más representativos y obtener también datos estadísticos. En esta fase hablamos de aplicar IA a las herramientas de Analytics.
3º Elaborar la estrategia del caso, redacción del contrato, etc. En esta fase hablamos de aplicar IA a plataformas de big data o sistemas expertos.
Seguramente será en la búsqueda de información, e-discovery y gestión de casos donde veamos más soluciones exitosas basadas en IA en el corto plazo.
ROSS
Muy sonada ha sido la noticia de enero de 2017 en la que la prestigiosa e independiente empresa de investigación y asesoramiento en cuestiones tecnológicas para el mundo de la empresa Blue Hill Research , con oficinas centrales en Boston, publicaba los resultados de un estudio comparativo del que resultaba ganador la plataforma de IA para el mundo legal ROSS Intelligence frente a dos de los más importantes y clásicos servicios de información legal del mercado estadounidense, Westlaw y LexisNexis. ROSS supera a Westlaw y a LexisNexis tanto en proporcionar mejores resultados como en satisfacción y confianza de los usuarios.
En el estudio participaron 16 experimentados profesionales en búsqueda de información legal y se basó en comparar los resultados de estas tres plataformas ante casos de uso reales. En el caso de ROSS se usaba como herramienta que completaba las búsquedas de Westlaw y LexisNexis. Se valoraban tres criterios. La calidad de la información obtenida (exhaustividad, precisión y efectividad de la clasificación, es decir que los mejores documentos estén es posiciones más altas en la lista de resultados), satisfacción del usuario (lo que incluye la facilidad de uso y la confianza en el resultado obtenido) y la eficiencia de la búsqueda (tiempo requerido hasta obtener un resultado satisfactorio). ROSS ha resultado vencedor en los tres apartados. Os preguntareis si esa victoria está cuantificada y la respuesta es que si. En un 30%. Puede que algunos consideren que un 30% de mejora no sea mucho. Para mí sí que lo es. Obtener un 30% de mejora respecto a los líderes del sector cuando tan solo acabas de empezar creo que es muy significativo.
El estudio estaba patrocinado por ROSS lo cual no resta validez a sus resultados porque tanto la empresa elegida como la metodología usada ha sido impecable. Lo único que ha querido ROSS es evidenciar en el mundo de la información legal que han venido para quedarse y lo ha demostrado ganando a los grandes en su propio terreno y sabiendo que se enfrentaría a su poderosa maquinaria de marketing para poner en duda los resultados del estudio.
Seguramente veremos más estudios de este tipo en el corto plazo, pero los resultados de este riguroso estudio evidencian las ventajas que se obtienen del uso de IA en la fase de búsqueda información relevante.
Robots de automatización de procesos
Si salimos de la fase de búsqueda de información relevante para la resolución de un caso y miramos el mundo de los procesos de trabajo que se dan en una firma de abogados otro interesante campo de uso de la IA es el de los robots de automatización de procesos (RPA en inglés). Estos robots están diseñados para automatizar tareas manuales que supongan volumen alto y alto riesgo de errores. Liberando al abogado de estas tareas para poder dedicarse a resolver cuestiones complejas.
A finales de 2015 el despacho londinense Berwin Leighton Paisner comunicaba el uso de esta tecnología para ayudarles en las búsqueda de información sobre el Registro Catastral y recientemente el despacho estadounidense Seyfarth Shaw, con más de 900 abogados en plantilla y oficinas centrales en Chicago, comunicaba que el uso de robots de este tipo, en este caso desarrollados por Blue Prism, con el objetivo de ganar eficiencia y no de reemplazar abogados había conseguido reducir el tiempo dedicado a completar algunas tareas de 35 minutos a tan solo 4.
¿Qué nos deparará la IA en sector legal durante 2017? Os lo iré contando proximamente.