ChatGPT se ha puesto de moda. ¿sabes que es? Microsoft se está planteando invertir 9.300 millones de dólares en esta tecnología de Inteligencia Artificial de OpenAI, una empresa fundada por Elon Musk. Esto ya nos debería dar una pista de que estamos hablando de una solución tecnológica importante. ¿pero que tiene que ver esta solución con el Derecho y con la Legaltech?
Bueno, resulta que esta soluciones una de las que da soporte a una de las soluciones Legaltech más innovadoras como es NotDoPay, la Legaltech británica que va a utilizar su tecnología de Inteligencia Artificial en un pleito en EEUU y que nació como una herramienta para recurrir multas de tráfico en Gran Bretaña.
Además, este Chatbot con el que podemos interactuar registrándonos en esta dirección https://chat.openai.com/auth/login, también es capaz de contestar cuestiones legales. Este es uno de los aspectos que ChatGPT ha llamado la atención en el sector legal y que varios influencer de nuestro sector hayan comenzado a hacer sus primeras valoraciones.
Así, Jorge Morrel comenta en el blog de términos y condiciones la utilidad de ChatGPT para redactar las cláusulas de privacidad de un servicio web. Así le ha solicitado la redacción de aviso de cookies, la cláusula de privacidad para un formulario de contrato, la cláusula de privacidad para un formulario de alta, una cláusula de privacidad para una tienda online, la redacción de un contrato de encargado de tratamiento… Las conclusiones a las que llega Morrel es que el prototipo tiene aciertos en cuanto a cuestiones básicas, pero cuanta más precisión se le solicita la respuestas son más imprecisas y contiene errores jurídicos. “Hoy por hoy ChatGPT seguramente no sustituya a ningún abogado en materia de privacidad, aunque sí puede ser útil para inspirarlos y ahorrarles algo de trabajo”, concluye Jorge Morrel.
Arturo Ortíz, abogado de AJM Abogados, también ha comentado su experiencia en el programa semanal que emite en YouTube Directos al Derecho. Comenta Ortiz que ha utilizado ChatGTP para consultar la redacción de un post y el resultado “no decía tonterías, es incompleto, pero puede resultar útil para tomar ideas de artículos que quieras desarrollar”.
En las diferentes consultas que le he planteado todas tienen en común el ser una respuesta básica, con bastante sentido, omitiendo cualquier referencia legal. Eso sí, si se le concreta su aplicación en España desarrolla algo más su respuesta, lo mismo si se le afina más la pregunta. Y siempre añade y reitera la necesidad de consultar con un abogado especializado en la materia para tener un asesoramiento adecuado. Además, redacta cláusulas y contratos, en este caso avisa que es un ejemplo e insiste en la recomendación de buscar el asesoramiento legal especializado.
Las respuestas tienen algunas imprecisiones o equivocan algunas referencias como puede ser en temas societarios el BOE con el BORM. Impresiones y errores en las que la beta presentada por OpenAI deja de manifiesto la expectativa que a futuro puede generar y en el caso de la privacidad como comenta Morrel “que herramientas para generar la papelería más básica en privacidad serán reemplazadas por herramientas como ChatGTP”.
Podemos decir que estamos en una fase embrionaria, pero con unas expectativas interesantes. Responde consultas, redacta cláusulas y contratos. Hay que tomar sus respuestas con cautela y siempre será necesaria una revisión y validación de lo solicitado.
No ocurre lo mismo en el ámbito estudiantil, donde el departamento de educación de Nueva York ha prohibido su acceso a los estudiantes ya que el sistema es capaz de responder a preguntas, resumir libros o elaborar ensayos, entre otras cosas e, incluso, que pueda ser utilizado para hacer trampas.
Habrá que hacer seguimiento de su evolución, tanto como herramienta de Inteligencia Artificial aplicable a cualquier sector, como en la concreción y respuestas que pueda dar en el sector jurídico.