Mucho se habla de las nuevas tecnologías, y lo que nos ha sorprendido el gran y rápido avance desde el 2010 hasta la actualidad, se conoce que la tecnología ha llegado hasta el ultimo rincón del mundo y con este su aplicación a todos los ámbitos de la vida, lo que el derecho y la administración de justicia no han sido la excepción.
En especial soy admirador de las nuevas tecnologías que puedan llegar a provecho en el ámbito jurídico, la justicia tecnologizada y todos aquellos elementos que usen en pro de la correcta y eficaz administración de justicia. Pero cabe preguntarnos algo: ¿habrá limites cuando la tecnología invada el derecho? O ¿puede la tecnologia jugar en contra de los de la justicia?. Hoy esta en auge la inteligencia artificial, así como el llamado CHAT GPT, que jueces han usado para motivar sentencias y solucionar problemas jurídicos por vulneración de derechos fundamentales. Esta bien apoyarnos en la tecnología para realizar los deberes jurídicos, pero de ahí tomar la inteligencia artificial para emitir providencias, debe haber un pare, porque los jueces no son simples aplicadores de norma, aunque constitucionalmente solo estén sometidos al imperio de la ley y a los criterios auxiliares de justicia, los jueces son el elemento humano de la administración de justicia, con ética, con moral y con una sensibilidad a la realidad social, que trasciende el derecho positivo y recorre el derecho natural hasta llegar a optar por una decisión judicial a favor de la justicia y la sociedad.
En calidad de juristas y abogados, debemos preocuparnos por la inteligencia artificial inmersa en la administración de justicia, vulneraria derechos fundamentales tales como: el debido proceso, el derecho a la defensa y hasta el mismo derecho a la administración de justicia. Porque al momento de que nosotros los abogados nos enfrentemos a un CHAT GPT, se cuestiona el momento de realizar un debate probatorio y jurídico, se tendrá que apelar sentencias a la I.A. o no se sabe si en un futuro nuestros clientes tengan que contratar un software. Todo uso de la I.A. debe ser aprobada por el norma o por sentencias de las altas cortes, también la normativa procesal debe aclarar en que oportunidad se usar la inteligencia artificial en procesos judiciales, porque claramente la inteligencia artificial traería muchos beneficios en la parte de agilidad de terminar procesos, cumpliendo con los términos establecidos en la ley, algunas mejoras que podría tener la I.A. seria:
- Mejorar los motores de búsqueda de la jurisprudencia de las altas cortes, para su aplicación a un caso concreto.
- El apoyo de la I.A. a los jueces para emitir todo tipo de autos (ej: auto admisorio) y actos protocolarios de los procesos judiciales. Para así quitarle cargas a los despachos que maneja un sin números de procesos que no avanzan.
- Mejorar el entorno de las audiencias digitales para un mejor desarrollo de las mismas; El uso del metaverso, fue lo que sucedió en un tribunal de Colombia, que se realizo la primera audiencia en el metaverso. Entre otros puntos positivos.
Es mas que obvio que en Latinoamérica estos cambios se darán, pero a menor escala y a un paso lento, debido a que no se cuenta con la infraestructura tecnológica, ni con los fondos para la mejora de aparato judicial.
Cuidar el oficio de abogados, jueces y otros obreros de la justicia, es el deber nuestro, porque los avances de la tecnología, se usa para nosotros, no que la tecnología nos use, tenemos cualidades que no tiene la I.A. para ejercer nuestra profesión. Cada día hay que ser mejores, preparándonos de la mejor manera, para que podamos cumplir con la expresión de uno de los mas grandes juristas académicos que nos enseño a ser abogados:
“De estas innegables realidades se desprende que debemos esforzarnos en hacer por nosotros mismos los trabajos, ya que el cliente tomo en cuenta, al buscarnos todas nuestras condiciones, desde la intimidad ética, hasta el estilo literario”. – Ángel Ossorio (El Alma de la Toga).