lawandtrends canal de whatsapp

LawAndTrends



Sí, lo sabemos. Las técnicas médico-sanitarias han avanzado lo suficiente y las transfusiones de sangre son muy seguras en nuestro país. Pero esto no quiere decir que el riesgo sea 0. Es decir, siguen dándose casos de transmisión de enfermedades en una transfusión de sangre. Por eso, en reclamador.es vamos a abordar el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas en este tipo de tratamientos.

¿Por qué siguen ocurriendo las transmisiones de enfermedades en una transfusión de sangre?

Las pruebas que se realizan a los donantes son cada vez más exhaustivas, pero como decíamos, siguen dándose caso de pacientes infectados por virus, principalmente, cuando se realizan una transfusión de sangre. Esto se debe, principalmente a:

  • El llamado “periodo de ventana”. Esto es el periodo de tiempo que el organismo de la persona infectada por un virus, por ejemplo el VIH, tarda en reaccionar al contagio. En el ejemplo del VIH, sería el lapso de tiempo que el organismo comienza a generar anticuerpos.
  • Donantes asintomáticos. Sufren una infección crónica que en los resultados de las pruebas sale reiteradamente negativo. En otras palabras, tiene ese virus “dormido”.
  • Errores de laboratorio. Los equipos que analizan las muestras son cada vez más precisas, al igual que los profesionales de laboratorio, pero en un porcentaje, pese a reducido, siguen produciéndose errores de laboratorio que tienen como consecuencia una transmisión de enfermedades infecciosas.

¿Cuáles son los mayores riesgos de una transfusión de sangre?

Respecto al contagio de enfermedades en una transfusión de sangre, el mayor peligro se encuentra en la transmisión de enfermedades como el VIH o la hepatitis (VHC). Sin embargo, no es el único riesgo al que se enfrentan los pacientes que se someten a este tratamiento que tiene como fin dotar al enfermo de los componentes de la sangre necesarios, esto es glóbulos rojos y blancos, plaquetas y plasma.

Así, otros riesgos, además del contagio de enfermedades, son:

  • Enfermedades bacterianas. Además del riesgo de contagio de enfermedades víricas por vía transfusional, existe también la posibilidad de contagio de enfermedades bacterianas. En este sentido, la más común es la sífilis.
  • Enfermedades parasitarias. Estas también pueden transmitirse mediante una transfusión sanguínea.
  • Reacción hemolítica. En este caso, el cuerpo del paciente que ha recibido la transfusión de sangre reacciona destruyendo los glóbulos rojos recibidos. Se produce, principalmente, porque el grupo sanguíneo del donante es incompatible con el receptor. Llegados a este punto, explicar que existen diferentes cuatro grandes grupos sanguíneos: 0, A, B, AB. También se debe tener en cuenta el RH de la sangre. Este puede ser positivo o negativo.
  • EICH –Enfermedad injerto contra huésped-. Se trata de una reacción del cuerpo del receptor que ataca, tras la transfusión, a su propia médula ósea. Se dan más frecuentemente en trasplantes de médula ósea o células madre. Esta grave complicación se produce porque la sangre transfundida considera el cuerpo del receptor como extraño y, por ello, ataque su médula ósea.

Reclamar indemnización por contagio de enfermedades después de una transfusión sanguínea

El paciente que se hubiera sometido a una transfusión sanguínea y se hubiera contagiado de alguna enfermedad infecciosa, bacteriana o parasitaria, tiene derecho a reclamar una indemnización por la mala praxis cometida. Aquí, al igual que en otros casos de negligencias médicas, es necesario el historial clínico completo. Con él, los abogados y peritos analizan la relación causal entre la transfusión y las secuelas derivadas. Esto es necesario para que la futura reclamación -judicial o extrajudicial- tenga éxito.

¿Te ha gustado este artículo?

SUSCRÍBETE A NUESTRA NUEVA NEWSLETTER

Hemos creado para ti una selección de contenidos para que los recibas cómodamente en tu correo electrónico. Descubre nuestro nuevo servicio.

 



No hay comentarios.


Hacer un comentario

He leido y acepto los términos legales y la política de privacidad