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Blefaroplastia es el término técnico que recibe la operación de párpados u órbito-palpebrales. Se trata, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética de la tercera intervención de cirugía plástica más demandada en España, únicamente por detrás de la cirugía de aumento de pecho y cirugía abdominal.

Ahora que ya conoces la definición de este término médico,  vamos a explicarte en qué casos nos encontramos ante una blefaroplastia mal hecha y cuándo se podría reclamar una indemnización por este motivo.

Problemas habituales de una blefaroplastia

Como cualquier intervención quirúrgica, someterse a una blefaroplastia tiene riesgos y pueden derivarse molestias, como las que enumeramos a continuación, que deberían desaparecer en días o semanas:

  • Problemas de visión, que pueden ir desde intolerancia a la luz, visión borrosa e incluso doble.
  • Hematomas en la zona de los ojos.
  • Hinchazón.
  • Lagrimeo excesivo.

Como decíamos, estos síntomas deberían desaparecer si el paciente ha seguido correctamente las indicaciones médicas, en días o semanas y no por ello nos encontramos ante una blefaroplastia mal hecha.

Blefaroplastia mal hecha: complicaciones

En cambio, existen otros problemas derivados de esta intervención que sí nos pueden hacer sospechar que el paciente se enfrenta a una blefaroplastia mal realizada. Son los siguientes problemas:

  • Desplazamiento del conducto nasolagrimal.  
  • Cicatrices muy visibles.
  • Retracción del párpado inferior.
  • Infecciones tras la intervención quirúrgica.
  • Desprendimiento de retina.
  • Lagoftalmos, es decir, la imposibilidad del paciente de cerrar completamente el ojo.
  • Pérdida de visión, que en los casos más graves puede dar lugar a una ceguera total del paciente.

Reclamar una indemnización por blefaroplastia mal hecha

Tanto si de la intervención no se obtiene el resultado que se prometía, como aquellos casos en los que de la operación de párpados se derivan complicaciones médicas como desprendimiento de retina o el desplazamiento del conducto nasolagrimal, para llevar a cabo una reclamación es fundamental contar con el documento de consentimiento informado firmado por el paciente antes de la intervención, donde se explican los riesgos que pueden aparecer, la historia clínica para saber lo que ha ocurrido, así como el contrato que la clínica debió entregar obligatoriamente al paciente detallando los resultados que se pretendían obtener. Con todo ello, tras la valoración del perito médico y el abogado experto en negligencias médicas, se determinará la viabilidad de la reclamación.

El motivo para poder reclamar estos casos es que el médico no ha actuado correctamente y, por eso, se ha producido un resultado que no era el esperado. Otro motivo es un daño no previsto en el documento de consentimiento informado facilitado antes de la intervención.

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