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¿Qué normativa existe para que los campamentos de verano sean seguros? ¿Qué hacer si hay un accidente? ¡Te lo explicamos!

Con la llegada del verano muchas familias se esfuerzan en planificar actividades de ocio para mantener activos a los hijos y poder conciliar el período de vacaciones escolares con las obligaciones laborales.

Una posibilidad es apuntar a los niños a un campamento de verano y que pasen unos días fuera de casa. Es una opción que sin duda puede resultar muy atractiva. Sin embargo, lleva a los padres a plantearse ciertas preguntas:

¿Es seguro para los niños? ¿Qué requisitos se exigen para organizar una actividad de este tipo? ¿Cómo actuar en caso de accidente?

Regulación de los campamentos

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el marco normativo que regula estas actividades es muy disperso, ya que se trata de una competencia que recae en las Comunidades Autónomas. Esto lleva a que existan diferentes normas, con un mayor o menor grado de desarrollo y concreción.

No obstante, sí existen una serie de puntos en común:

  • La inmensa mayoría de Comunidades Autónomas regulan el número de monitores que han de participar en la actividad, estableciéndose una ratio variable que suele oscilar entre un monitor por cada diez o doce participantes aproximadamente. Además, existe la figura de coordinador de campamento fuera de ratio, que es quien se encarga de gestionar todos los aspectos de la logística y supervisar el buen funcionamiento del campamento y la seguridad de las actividades que se realicen.
  • Se regula también que porcentaje de monitores han de disponer de la titulación adecuada, normalmente el título de monitor o coordinador de ocio y tiempo libre, obtenido en una escuela oficial y reconocido por la Comunidad Autónoma. Adicionalmente, se podrá contar con la presencia de monitores en prácticas que aun no disponen de la titulación oficial. Hay que señalar que, en función de las actividades que vayan a realizarse, se podrá exigir alguna otra titulación específica. Por ejemplo, en caso de actividades que requieren una capacitación técnica especial, como la equitación o actividades acuáticas.
  • Otro de los aspectos que se contempla es la documentación necesaria para solicitar la autorización administrativa para organizar un campamento de verano. Los requisitos varían mucho dependiendo de la Comunidad. Normalmente es necesario presentar un plan de prevención y evaluación de riesgos en función de las actividades que se vayan a desarrollar, así como planes de emergencia y evacuación y protocolos claros de actuación, que contemplen medidas de seguridad sanitaria, higiene, comidas, supervisión del material empleado, etc.
  • También existen una serie de seguros que es obligatorio contratar. Quien organice un campamento de verano deberá disponer necesariamente de un seguro de responsabilidad civil que cubra posibles daños a terceros, así como un seguro de accidentes para cubrir cualquier posible percance que pueda ocurrir durante el desarrollo de la actividad. Si bien no es obligatorio, normalmente suele contratarse también un seguro de salud para poder hacer frente a los gastos derivados de cualquier contingencia médica.

¿Cómo reclamar si hay un accidente?

A pesar de que, como hemos visto, los campamentos son sujeta a una regulación bastante completa, no puede excluirse que pueda producirse alguna incidencia. ¿Cómo reclamar en este caso?

Lo primero es recopilar el mayor número de pruebas posible, como pueden ser informes médicos, el atestado policial o el testimonio de testigos que hubieran presenciado los hechos. A partir de aquí, es importante comunicarlo de forma fehaciente al organizador, quien deberá dar parte al seguro de responsabilidad civil. En caso de que no sea posible llegar a un arreglo amistoso, se tendrá que iniciar un procedimiento civil a través del Juzgado de Primera Instancia en reclamación de los daños y perjuicios sufridos.

 




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