Ante la proximidad de la fecha de celebración de las Elecciones Generales y tras poco más de un año de la entrada en vigor del RD-ley 32/2021 de reforma laboral por el que se modificó la Ley del Estatuto de los Trabajadores, el Consejo General de Economistas de España (CGE), a través de su órgano especializado en materia laboral (Economistas Asesores Laborales -EAL-), ha celebrado hoy un coloquio en el que dos de los mayores expertos en la materia –el subdirector de FEDEA, José Ignacio Conde-Ruiz, y el asesor del Ministerio de Trabajo y Economía Social, José Manuel Lago– han analizado esta reforma, y han debatido sobre sus aspectos más controvertidos.
La presentación de la sesión –que constituye la primera de un total de tres que se engloban bajo la denominación “Encuentros sobre el empleo en España”, que se celebrarán a lo largo de este año– ha corrido a cargo de Valentín Pich y Roberto Pereira, presidente del CGE y presidente de EAL-CGE, respectivamente.
En su intervención, Valentín Pich, ha señalado que “aunque todo es mejorable, no cabe duda de que la reforma laboral ha constituido una aproximación interesante a algunos de los grandes problemas del empleo de nuestro país, como es el de la alta tasa de temporalidad”. Además, para el presidente de los economistas, “la reforma laboral ha sido un paso importante para avanzar, con la ayuda de todos, en la paz social; pero no debemos olvidar que el problema del paro en España continúa siendo un drama y que seguimos ocupando uno de los primeros lugares del ranking europeo en cuanto al número total de desocupados con respecto a la población activa”. Para Pich, “reducir el paro hasta unos niveles similares a los de los países de nuestro entorno, es un tema difícil; y, para atajarlo, deberíamos tener mucho cuidado con no incrementar la carga fiscal que soporta el factor trabajo, que en España, según datos del estudio Taxing Wages 2023 de la OCDE, supera la media de los países que conforman este organismo. En concreto, en el caso de las familias monoparentales, la proporción de impuestos sobre el total del coste laboral, que incluye el IRPF y las cotizaciones sociales pagadas tanto por el trabajador como por la empresa, se sitúa en un 16,6% en la media de la OCDE, mientras que en España se eleva al 25,5% (en el caso de matrimonios con dos hijos, un 25,6% de media en la OCDE y un 34,4% en España)”.
En este mismo sentido se ha expresado Roberto Pereira, quien, aunque ha reconocido las “importantes mejoras introducidas por la reforma laboral”, ha señalado que “aún queda camino por recorrer, como, por ejemplo, en cuanto a la modernización de los servicios públicos de empleo”.
A continuación, se ha celebrado un debate –que ha estado moderado por José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra y Premio Rey Jaime I de Economía– en el que han participado dos de los mayores expertos en la materia: los economistas José Ignacio Conde-Ruiz, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), y José Manuel Lago, profesor en la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidad de A Coruña y asesor económico del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Antes de dar paso al coloquio, García Montalvo ha realizado una breve introducción en la que ha señalado que “un año después de la puesta en marcha de la reforma laboral está claro que ha sido un rotundo éxito en términos de la reducción de la temporalidad contractual. Cualquier fuente que se utilice confirma este hecho. Sin embargo, a estas alturas todavía no está claro el impacto sobre la temporalidad real. Aunque seguramente hace falta más tiempo para obtener una conclusión definitiva parece que las transiciones del empleo al desempleo, o a la inactividad, no se han visto reducidas como sería esperable visto el impacto sobre la temporalidad contractual. El objetivo de esta sesión es ahondar en las estadísticas laborales para atisbar los cambios que se están produciendo como consecuencia de la reforma laboral e interpretarlos adecuadamente”.
A continuación, José Ignacio Conde-Ruiz, y José Manuel Lago ha respondido a una batería de preguntas planteadas por García Montalvo, cuyos contenidos se han centrado fundamentalmente en tres aspectos: Valoración general de la reforma; tasa de actividad y de temporalidad; y señales que están empezando a verse.
Valoración general
Para J. Ignacio Conde- Ruiz, “los objetivos consensuados de la Reforma de 2021 fueron dirigidos a la reducción de la alta temporalidad. De hecho, esta reforma, es la primera, en décadas, que ha buscado de forma decidida acabar con el uso abusivo de los contratos temporales. En este sentido, podemos decir que la reforma laboral ha sido un éxito en reducir la temporalidad contractual del sector privado”. Según J. Manuel Lago, “el objetivo central de la reforma laboral de 2021 es mejorar la estabilidad en el empleo, con un principio básico: asegurar la causalidad contractual. Los resultados han sido extraordinariamente positivos. En términos de creación de empleo (1 millón de empleos más), en términos de aumento de la calidad del empleo (3 millones de empleos indefinidos más), en términos de reducción de la temporalidad (2 millones de temporales menos) y en la reducción de la dualidad de nuestro mercado trabajo, porque tenemos la tasa de temporalidad (13,7%) y la tasa de parcialidad (13,6%) por debajo de la media europea”.
Tasa de actividad y temporalidad
Según Conde-Ruiz, “hay dos aspectos preocupantes: Por un lado, el estancamiento de la tasa de temporalidad del sector público. Por otro lado, empezamos a ver indicios de que la caída de la temporalidad no está viniendo acompañada de una reducción de la precariedad laboral. Es decir, hay un segmento de los trabajadores, que a pesar de que su contrato ahora tiene la etiqueta de indefinido, sigue siendo muy precario cuando miramos al número de días trabajados, a su salario, al tipo de jornada y a los elevados periodos de inactividad que presentan”. Para Lago, “la mejora en las expectativas de encontrar un empleo ha tenido como efecto una intensa incorporación de personas al mercado de trabajo en nuestro país, con un incremento significativo tanto de la población activa como de la tasa de actividad, que están en máximos históricos. La tasa de actividad entre 20 y 64 años, con el criterio de Eurostat, está en el 79,5%, su valor más alto de la serie histórica, incluso ligeramente por encima de la media de la eurozona. El empleo que más ha crecido con la reforma laboral es el empleo de mayor calidad, esto es, el indefinido a jornada completa. Por el contrario, el que más se ha reducido es el más precario, el temporal a tiempo parcial. Esta mejora en la estabilidad del empleo es lo que refleja con precisión la EPA, con la tasa de temporalidad en su mínimo histórico y la de parcialidad en su nivel más bajo desde 2011”.
Señales que están empezando a verse
Según Conde-Ruiz, “aunque aún hay que esperar un poco a que se consolide este nuevo marco contractual, para una evaluación más justa de la reforma, se empiezan a ver señales preocupantes como la alta creación y destrucción diaria de empleo, que estaría indicando alta rotación e intermitencia o discontinuidad en el empleo o la menor duración de los contratos indefinidos, con una utilización en ocasiones excesiva de la extinción en período de prueba. Si estas tendencias se acaban consolidando, es muy probable que, a pesar de que la tasa de temporalidad ha bajado prácticamente a la media europea, en breve volvamos a meter en la agenda de retos laborales la lucha contra la precariedad laboral y en favor de la estabilidad del empleo, principalmente entre los más jóvenes”. Para Lago, “la reforma laboral forma parte de un cambio estructural del mercado de trabajo en nuestro país, que tuvo como primer pilar los ERTE. En 2020 el PIB cayó el 11,3 % y sin embargo la tasa de paro apenas se incrementó 2 puntos, y ahora, con datos de Eurostat para el mes de abril, está en el 12,7%, su valor más bajo desde 2008. Con los ERTE dejamos atrás el modelo de ajuste vía destrucción de empleo –incorporándolos al modelo europeo de los mecanismos de protección del empleo– y con la reforma laboral se ha reforzado la estabilidad, dando más fortaleza y resiliencia al mercado de trabajo. Los registros de afiliación a la Seguridad Social reflejan día a día el creciente peso del empleo indefinido en el Régimen General. Una mejora la calidad del empleo que influye en la vida de las personas y en el crecimiento económico, como lo puso en evidencia el Banco de España, que estima en más de 2.000 millones de euros el aumento del gasto de los hogares como consecuencia de la mayor estabilidad en el empleo derivada de la reforma laboral”.
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