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  • A pesar de posicionarse como uno de los mayores proveedores de soluciones, España tiene una clara dependencia tecnológica.
  • El desconocimiento es la principal barrera para la adopción de esta tecnología, seguida de lejos por el coste y la inseguridad jurídica.
  • Los usuarios piden que se regulen los nuevos mercados y tecnologías, pero no hay una demanda real en otorgar derechos a los robots.

El Centro de Estudios de la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema) y la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), presentan el primer estudio elaborado en España que analiza las aplicaciones de la inteligencia artificial en la defensa de las marcas y de los derechos de Propiedad Industrial. La investigación, de ClarkeModet, el mayor grupo internacional de IP en los mercados de habla hispana y portuguesa, destaca que España puede ser una potencia mundial en estos servicios, pero tiene que superar su dependencia tecnológica.

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) ha creado un nuevo paradigma en la defensa de los derechos de Propiedad Industrial (PI) afectando tanto a los servicios disponibles en esta área -herramientas de vigilancia, mecanismos de protección basado en tecnología blockchain…-, como a los derechos a proteger -metaverso o marcas de tercera generación- e incluso al planteamiento de los titulares de los derechos -como avatares y robots.

El director de la OEPM, José Antonio Gil Celedonio, destaca precisamente cómo la IA afecta a todo, no solo al derecho, también a la economía, la ciencia y la sociedad. Como señala: “con este estudio pretendemos seguir ahondando en esta realidad para poder dar respuesta a los interrogantes que van surgiendo de la aplicación de la IA a la PI, en diferentes ámbitos”.

De acuerdo con el Dr. Jordi Montaña, catedrático emérito de ESADE y director del Centro de Estudios Andema: “la aplicación de la IA a la protección y defensa de la marca, de las empresas y, por ende, a la protección del consumidor final, supone una auténtica revolución que nos planteará nuevos retos casi a diario. De ahí que sea un tema clave a estudiar para adelantarnos en la medida de lo posible a los riesgos y oportunidades que puedan surgir”.

El estudio, el primero que se realiza bajo la supervisión del think tank de la asociación, destaca que nuestro país es líder en soluciones de vigilancia con IA aplicadas a la defensa de la propiedad industrial, sin embargo, ocupa el puesto 22º en cuanto al origen de patentes de IA.

Según Benjamín Martínez, Business Intelligence Director en ClarkeModet y uno de los autores del estudio, “a pesar de nuestra clara dependencia tecnológica, España ha sabido posicionarse como uno de los mayores proveedores de soluciones basadas en IA para la defensa de los derechos de Propiedad Industrial, especialmente en el mercado de habla hispana. Pero para mantener esta posición es importante definir una estrategia clara y atacar nuestra principal debilidad, la dependencia tecnológica”.

Los actores implicados en el mundo de la PI no tienen dudas de que la IA jugará un papel muy relevante en la creación de nuevas estrategias y métodos de protección de sus derechos. A pesar de ello, el 50% de los encuestados para este estudio identifican el desconocimiento como la principal barrera para su adopción, alejadas de otras razones como el coste (24%) la inseguridad jurídica (16%) o su baja eficiencia (7%), entre otros.

“La investigación nos muestra que hay grandes oportunidades en este mercado, con demandas no cubiertas por los servicios disponibles, especialmente en el área de protección donde las soluciones disponibles no cubren ni el 45% de la demanda”, señala Gerard Guiu, director general de Andema.

La IA, los derechos de PI y los usuarios

El informe revela que los usuarios son partidarios y reclaman que se regulen los nuevos mercados y tecnologías, así como que se refuercen los sistemas de protección tradicionales con las nuevas capacidades, pero a diferencia de lo que se pueda pensar, no hay una demanda real en otorgar derechos a los robots.

En las diferentes partes del proceso de gestión de los derechos de PI, la confianza de los usuarios en estas soluciones es muy desigual. Hay mucha confianza en su aplicación en los procesos más sistemáticos, como los de vigilancia y protección, pero aún hay mucha reticencia sobre su aplicación en área de actuaciones frente a terceros y, especialmente, sobre la resolución de conflictos.




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