La Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado a dos años de cárcel y multa de ocho meses con una cuota diaria de nueve euros a un hombre por un delito continuado de apropiación indebida y falsedad documental por falsificación mercantil.
La sentencia relata que el acusado, que trabajaba como contable en el despacho de un procurador en Salamanca, emitió durante los años 2017 y 2018 numerosos cheques a su propio nombre en los que había estampado el sello del despacho profesional, escribiendo dentro de él un número de expediente que no requería ningún pago, y finalmente, falsificando su firma. Asimismo, ingresaba los cheques en su cuenta bancaria por una cantidad total de 132.467,50 euros.
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