La crisis sanitaria ha sido una prueba de fuego para la mayoría de familias. Para algunas, ha sido un elemento cohesionador, que ha servido para afianzar lazos y para redescubrir sentimientos a menudos solapados bajo el estrés. Pero también ha jugado a la contra. El confinamientoLa crisis sanitaria ha sido una prueba de fuego para la mayoría de familias. Para algunas, ha sido un elemento cohesionador, que ha servido para afianzar lazos y para redescubrir sentimientos a menudos solapados bajo el estrés. Pero también ha jugado a la contra. El confinamiento ha hecho aflorar tensiones entre las parejas y ha reafirmado planteamientos de ruptura que están acabando en los tribunales ha hecho aflorar tensiones entre las parejas y ha reafirmado planteamientos de ruptura que están acabando en los tribunales
En la actualidad, los despachos de abogados se están enfrentando a nuevos casos de divorcio y a la modificación de medidas acordadas anteriormente en resolución judicial. La pandemia ha traído consecuencias y todavía puede acarrear mayores conflictos de pareja si la situación económica empeora.
Demandas de divorcio a dos velocidades
La situación de pandemia se ha vivido de dos maneras distintas en los despachos de abogados y en los juzgados de familia. Durante los meses de confinamiento, con el cierre de la actividad y la paralización de los juzgados, el ritmo de las demandas bajó a niveles insospechados. En algunas zonas de España, como por ejemplo en Campo de Gibraltar, los divorcios y separaciones bajaron hasta un 42% respecto al mismo periodo del año anterior.
Con la reanudación de la actividad tras el confinamiento, la tendencia ha cambiado. Las consultas a los abogados de familia en Madrid y en otras capitales se han multiplicado; muchos conflictos y planteamientos de separación, que habían quedado pendientes por el cierre, han vuelto a ponerse sobre la mesa. Y a ellos se han unido demandas nuevas, parejas que ya vivían momentos de tensión y que no han podido soportar el encierro, la convivencia forzada durante meses y la presión derivada de los ERTEs y del parón económico.
La situación que se está produciendo estos últimos meses es similar a la que se vive tras los periodos de vacaciones de Navidad y verano. Pasar juntos 24 horas, muchas veces rodeados de niños, es una situación que pone a prueba la estabilidad de las parejas. Las relaciones más sólidas superan el trance, pero las que ya atraviesan etapas conflictivas suelen acabar mal.
Parejas separadas obligadas a convivir
El confinamiento de la pasada primavera creó situaciones anómalas y especialmente estresantes. Parejas que ya estaban viviendo separadas o que pensaban iniciar los trámites de divorcio de forma inminente se vieron obligadas a convivir. El cierre fue tan repentino que cogió a muchas personas de paso en casa de sus exparejas, y eso hizo aumentar las situaciones de tensión.
Otra consecuencia del confinamiento han sido el aumento de las denuncias por violencia de género y de las llamadas al 061 por agresiones machistas.
Principales consultas: custodias y pensiones alimenticias
Con la reanudación de la actividad tras el confinamiento, volvió el trabajo a los juzgados y a los gabinetes de abogados. Las principales consultas tienen que ver con la custodias de los hijos y con las pensiones alimenticias. Los ERTEs, los cierres de empresas y la tardanza en el cobro de las prestaciones están afectando económicamente a muchas personas, que se han retrasado en el pago de pensiones y que han incumplido los acuerdos de divorcio.
La situación no tiene visos de mejorar, lo que hace prever un crecimiento constante de las visitas a las consultas de abogados.
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