Roger Mateos Barcelona, 18 ene (EFE).- El último puñetazo sobre la mesa del líder de JxCat, Carles Puigdemont, para que el Gobierno de Pedro Sánchez "cumpla los acuerdos" de investidura o asuma ya que la legislatura no tiene más recorrido, ha vuelto a sacudir el tablero político, a la espera de un encuentro crucial Junts-PSOE en Suiza.
La decisión de la Mesa del Congreso de posponer la admisión o no a trámite de la proposición de Junts que emplaza a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza, así como el anuncio de Puigdemont de que suspende negociaciones con el PSOE y no hablará de presupuestos mientras no se restablezca un clima de confianza, abren múltiples interrogantes sobre el futuro de la legislatura española.
¿Por qué lanza ahora Puigdemont un ultimátum al PSOE?
"Esta semana hemos estado muy cerca del abismo", reconocen fuentes de Junts, que aseguran que si la Mesa del Congreso hubiese rechazado la propuesta sobre la cuestión de confianza, la ruptura con el PSOE habría sido instantánea y habría dejado la legislatura al borde del "colapso", ya que los siete diputados de JxCat son imprescindibles para que Sánchez mantenga la mayoría de la investidura.
La razón que arguyen en Junts para amenazar a Sánchez con negarle su apoyo es que, más allá de buenas palabras y acciones para "ganar tiempo", el PSOE no está concretando en hechos sus compromisos, ya que todo lo que se avanza en reuniones discretas en Suiza, según denuncian, luego apenas tiene traslación en la práctica.
¿Es reconducible la crisis?
A esta pregunta, un dirigente de Junts consultado por EFE responde que todo "depende del PSOE", lo que significa a su juicio que los socialistas deben "dejar de marear la perdiz" y traducir en resultados tangibles las cuestiones acordadas previamente.
Una es el traspaso integral de competencias en inmigración -las negociaciones han avanzado, pero sigue habiendo escollos, como el control fronterizo-; otra es la oficialidad del catalán en Europa; pero quizá lo más sensible es la Ley de Amnistía, que los jueces no aplican a los líderes del 'procés', mientras los socialistas, según Puigdemont, se muestran pasivos y ni tan solo asumen una simbólica "amnistía política", ya que, por ejemplo, el presidente catalán, Salvador Illa, no ha querido reunirse con él hasta ahora.
Junts también quiere concreciones en otras reivindicaciones como el techo de gasto o una reforma fiscal en línea con sus posiciones.
¿Qué papel puede jugar el mediador internacional?
Puigdemont pedirá formalmente una reunión urgente en Suiza, donde el último año Junts ha mantenido encuentros discretos con los socialistas -el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha sido su principal interlocutor- y en presencia del diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez, que desempeña el rol de verificador internacional, tal y como acordaron ambos partidos.
La próxima reunión en Suiza puede servir para que Galindo haga balance del grado de cumplimiento de los acuerdos, un encuentro que parece ser la última oportunidad para evitar la ruptura: para ello, los de Puigdemont exigen a los socialistas que aclaren si piensan concretar en hechos sus compromisos y calenzarizarlos.
¿Puede haber una pinza Junts-ERC en Madrid?
Los puentes entre Junts y ERC, rotos hasta hace unas semanas, han empezado a reconstruirse con la reunión de esta semana entre Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, que acordaron activar "espacios de trabajo coordinado": ¿supondrá esto más presión para Sánchez?
Junqueras, elegido presidente de ERC en diciembre, afrontará en marzo la segunda parte del proceso congresual de su partido, con una redefinición del rumbo estratégico, y, para marcar perfil frente a los opositores internos, podría elevar su nivel de exigencia ante los socialistas: de hecho, no prevé apoyar los primeros presupuestos de Illa y ya ha advertido a Sánchez de que, si quiere el aval de ERC a sus cuentas, antes tiene que cumplir los compromisos previos.
En cambio, ERC marca distancias con Junts en la reclamación de una cuestión de confianza porque no tiene "ninguna prisa" por hacer caer al Gobierno de PSOE y Sumar y propiciar que PP y Vox tomen el mando.
¿Puede Junts provocar la caída de Sánchez?
"No vamos de farol", aseguran fuentes de Junts, en referencia a su amenaza de retirar el apoyo a Sánchez, y aseguran que no les inquieta ser acusados de servir en bandeja la Moncloa al PP.
Por ahora, Puigdemont no quiere especular sobre una moción de censura con el PP -y eventualmente otros grupos, además de Vox-, pero sí ha avisado a Sánchez de que, si no cumple, Junts le pedirá que dimita y convoque elecciones como haría "cualquier Gobierno europeo", porque, sin mayoría, la legislatura sería ingobernable.
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