El Colegio Notarial de Valencia ha sido la sede elegida en España, por el Consejo de Notariados de la Unión Europea (CNUE), para organizar la cuarta edición del Foro sobre el futuro de la profesión notarial y la tecnología blockchain. Notarios de Austria, Alemania, Bélgica, España, Francia, Hungría, Italia, Países Bajos, Rumanía y Eslovenia han analizado el papel que va a jugar la tecnología de la cadena de bloques como complemento al trabajo diario ofrecido por los más de 40.000 notarios de Europa.
Por parte de España, estuvieron presentes en la jornada de trabajo el notario de Burjassot y miembro de la Agencia Notarial de Certificación (ANCERT), César Belda; la notario de Alicante, María Reyes Sánchez; el notario de Ayora y miembro del grupo de trabajo de nuevas tecnologías del CNUE, José Carmelo Llopis, y el decano del Colegio Notarial de Castilla La Mancha y miembro de la empresa de tecnologías del notariado español (Ancert), Luis Fernández Bravo.
En su intervención, el notario Luis Fernández Bravo profundizó en la importancia actual de la identidad digital, que, aseguró, ha venido para quedarse, y en la certificación que debe ofrecer el notario en la gestión de la acreditación personal por medios electrónicos. “Debemos ser los notarios los que certifiquemos la vinculación de la persona física y su representación en el mundo electrónico, su capacidad de obrar, para garantizar confianza y seguridad jurídica preventiva al igual que lo llevamos realizando en el plano analógico durante siglos”, ha asegurado.
Por su parte, respecto a la tecnología blockchain, el decano de Castilla La Mancha indicó que la cadena de bloques puede servir al mundo notarial de complemento, como “una gran base de datos tecnológica donde poder circular documentos, con seguridad, comodidad y eficiencia; una sede notarial donde el usuario pueda disponer de toda su documentación de forma digital y que ésta sea visible para todas las notarías”.
El notario de Ayora, José Carmelo Llopis, fue el encargado de explicar las diferentes iniciativas que a lo largo de estos últimos años se han desarrollado en materia tecnológica y los retos de futuro, dejando patente que la cadena de bloques está presente en todos los ámbitos; que una parte del sector privado está adaptando a su propio ritmo el blockchain, y que el bitcoin se conoce cada vez más y la gente empieza a utilizarlo para invertir, pero que para que sea una herramienta generalizada es imprescindible la actuación de las administraciones públicas con carácter general o de la UE con carácter particular. Tal y como dejo claro Llopis, “desde hace muchos años la UE no ha sido ajena al movimiento generado alrededor del blockchain, ni a los proyectos o ideas que se basan en esta tecnología de cadena de bloques, que, más allá de teorías, analizan ahora qué va a ocurrir de forma legal con estos contratos inteligentes y la necesidad de llegar a una regulación civil y mercantil de los efectos que produce el blockchain”.
María Reyes, precursora de la plataforma EUfides, fue la encargada de explicar esta plataforma de los notariados de la Unión Europea, cuyo objetivo es la conexión telemática de las notarías de toda Europa, como sistema de cooperación europea entre todos los notarios que facilite el negocio jurídico transfronterizo, combinando la libre circulación, la digitalización y la libre elección del notario. Tal y como avanzó, si el proyecto nació para dar cobertura a las transacciones inmobiliarias, colaborando los notarios europeos para garantizar el perfecto asesoramiento del cliente evitando los desplazamientos de un país a otro, ahora EUfides se utiliza más en el Derecho de familia, para particiones de herencias o separaciones matrimoniales cuyos cónyuges residen en diferentes países.
Asimismo, del resto de países de la Unión Europea ha participado en el Foro Robert Horvath, de Hungría, experto en la materia y miembro de MakerDAO, quien ha analizado los orígenes del blockchain, así como los retos de la red Ethereum como almacenamiento de forma segura y anónima de documentos y archivos notariales. De esta forma, aseguró que el notariado tendrá más trabajo con la implantación de estos sistemas de cadenas de bloques, que utilizan la tecnología para certificar un activo real pero cuya transacción para garantizar la legalidad la debe seguir autorizando un notario.
Fue Alexander Winkler, notario de Austria y director del CNU, el encargado de explicar al resto de compañeros el proyecto piloto realizado en su país con la tecnología blockchain para la constitución de una sociedad limitada por vía digital. De esta forma, por medio de la tecnología de cadenas de bloques, el notario crea una sala de datos digital donde poder redactar los estatutos, identificar a los fundadores, recoger los acuerdos, quedando reflejados todos los movimientos realizados. “Una vez se determinan los términos de la empresa, el notario por videoconferencia lee los estatutos y comprueba en directo el momento de la firma de las escrituras, controlando la legalidad, para poder inscribir la sociedad en el registro mercantil posteriormente”, concluyó.
Por su parte, Domenico Cambareri, notario de Italia y delegado de relaciones con Europa del Consejo Nacional del Notariado Italiano, explicó el proyecto de su país llamado “Notarchain”: una base notarial digital donde de forma segura se puede almacenar y gestionar toda la información notarial, utilizando la tecnología blockchain. Los asistentes manifestaron su interés por este proyecto, señalando la conveniencia a nivel europeo de crear una cadena notarial que sirva para que los notarios amplíen sus horizontes geográficos y mejoren sus servicios al ciudadano con la máxima seguridad.
En la clausura, el presidente del CNUE, José Manuel García Collantes, estuvo acompañado por el presidente del Consejo General del Notariado (CGN), José Ángel Martínez, así como por el presidente del Forum sobre el futuro de la profesión notarial y notario de Hungría, Tamás Parti, y por el decano del Colegio Notarial de Valencia, Francisco Cantos.
En su intervención, Collantes destacó cómo los notarios “hemos sabido descender desde las grandes ideas a los problemas concretos de las nuevas tecnologías”. Para el presidente del CNUE, si en 2016 el reto era crear una gran base de datos central con información que nos permitiera luchar contra el blanqueo de capitales, ahora “debemos mejorar los sistemas de identificación electrónica y ver el blockchain como una herramienta útil notarial”, añadió, “aquí estamos analizando los proyectos que en este momento algunos países como Austria o Italia están estudiando. Hoy entre todos estamos perfilando esas ideas para la creación de una cadena de bloques basada en tecnología blockchain que puedan utilizar por todos los notarios de Europa”. Para Collantes, “estas ideas deben ser transformadas en proyectos concretos donde la decisión política es necesaria para su puesta en funcionamiento y, por ello, me encargaré de trasladar las conclusiones de este foro a la próxima asamblea general del Consejo de Notariados de la UE”.
El presidente del CGN, José Ángel Martínez, quiso también dirigir unas palabras a los asistentes, enfatizando el papel que el notariado valenciano ha prestado en materia de nuevas tecnologías a nivel nacional con el notario valenciano y anterior decano del Colegio Notarial de Valencia, César Belda, a la cabeza. “Estamos en el colegio notarial más antiguo de España cuyos orígenes se remontan en el siglo XIII y cuyos notarios se han caracterizado por enarbolar la bandera de las nuevas tecnologías a nivel nacional, y ahora europeo”, manifestó. Para el Presidente del Consejo General del Notariado, el colectivo notarial es una institución que se ha sabido adaptar a las necesidades y a los medios de cada momento y ahora más que nunca lo va a seguir haciendo para garantizar la seguridad jurídica y mejorar la atención notarial prestada a la población.
Y es que, como bien indicó Tamás Parti, el Presidente del Foro y notario de Budapest, “nuestro entorno y nuestras relaciones legales están cambiando a un ritmo acelerado. El desarrollo de la tecnología, la creciente complejidad de la economía, el creciente flujo migratorio genera procesos contractuales nuevos, más rápidos y geográficamente más expandidos y, por lo tanto, relaciones legales más extensas”, añadió. “Si los notarios queremos mantener nuestras actividades en estos nuevos procesos ampliados, es crucial que nos adaptemos a ellos. Esta adaptación no significa que tengamos que renunciar a nuestras actividades tradicionales, sino ajustar una nueva forma de práctica notarial a este nuevo enfoque”.
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