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Este post es para invitaros los próximos días 4 a 6 de Noviembre la las I Jornadas de derecho digital Notartic, que organizan en Sevilla el Colegio Notarial de Andalucía y la Universidad Hispalense.

Dado que el programa lo tenéis hipervinculado al principio de este post, y que soy Notario, permitidme que os hable de como he vivido yo, como notario esa revolución tecnológica, desde que aprobé en el año 1997.

Recuerdo mi llegada a Fuente Obejuna en 1997, y como mi oficial me comentaba que hacía las escrituras con un ordenador y un programa de tratamiento de textos llamado xiwrigt (el otro conocido era el wordperfect, de hecho ni en internet encuentro como se escribe correctamente el nombre de ese tratamiento de textos).

Fui, el primer Notario de dicho pueblo que usó Windows, y el primero en usar el ordenador para hacer facturas, índices, y en definitiva, llevar la gestión de mi despacho.

No os engañéis, pues esos índices son importantes y complejos, y en ellos, entre otras cosas, se informa a las comunidades autónomas y ayuntamientos de las escrituras que tributan por los conocidos como Impuestos de derechos reales (ITPAJD) o plusvalías municipales (IIVTNU).

En el año 1999 me traslado a Hinojosa del Duque, donde instalé mi primera RSDI; hasta entonces mi ordenador tenía un módem, que hacía un ruido infernal, y que me obligaba a elegir si quería que funcionara el teléfono o un internet, que aún andaba en pañales.

Es en ese año, cuando mi colegio me manda un cacharro (que tardé un par de años en usar) y que era una especie de tarjeta de crédito y un lector.

Me decía que eso era mi firma electrónica, y que en lo sucesivo, con ella tendría que hacer las comunicaciones a mis compañeros y las colegiales.

Ya por aquel entonces se habían sustituido los partes al Registro General de Actos de Última voluntad, que se hacían a máquina de escribir, por un formulario que enviábamos en los disketes de 3.5.

En mi siguiente destino (Ubrique –año 2000- ) es donde empecé a usar la firma electrónica; ya tenía más un empleado, por lo que instalé mi primera red en la Notaría (de hecho instalé primero una red con cable coaxial y luego tuve que hacerlo con Ethernet).

Ni que decir tiene que la Notaría estaba las 24 horas del día conectada a Internet.

Llego a Posadas en el año 2004, y es cuando me llaman del Colegio, para decirme que iban a instalarme un servidor nuevo, porque la firma electrónica se iba a generalizar.

Ese servidor, al que llamaban Platón, y que es de IBM, aún hoy en día funciona en todas las Notarías de España, y permite tener una red privada interna entre las notaría, con las que nos comunicábamos los Notarios.

El notariado, ya era consciente de los peligros de la que llaman red de redes, y decidía salirse de ella, creando una red segura propia.

El primer cambio significativo, fue que ya no era necesario mandar los índices colegiales en papel, sino que teníamos un programa, llamado Doctor Índice, que no solo agilizaba el envío, sino que además comprobaba errores e incoherencias.

Fue entonces cuando empecé a mirar dos normas que llevaban ya cierto tiempo publicadas Ley 24/001 de medidas fiscales administrativas y del orden social, así como la ley 59/2003 de firma electrónica.

Estaba claro que esas normas iban a afectar a mí día a día profesional.

Destinado en Écija en el año 2006 donde me pillan tres importantes cambios:

  • Aparece un Índice Único notarial, en el que no sólo las comunicaciones corporativas, sino que las demás informaciones que tenía que hacer a hacienda y otros organismos se unificaban, facilitaban y agilizaban (no voy a negar que el arranque y el camino de ese Índice ha sido una relación de amor odio)
  • Se pueden presentar telemáticamente escrituras en el Registro de la Propiedad (recuerdo con ternura, que nos designaron notaría y registro piloto, y que a los dos días mi registrador, me llamaba por teléfono, pidiéndome por favor que no las presentara  todas, porque necesitaban adaptarse al nuevo sistema)
  • Se pueden constituir telemáticamente sociedades limitadas.

Todos estos pequeños avances se han ido depurando y mejorando desde entonces, y han aparecido nuevos servicios digitales que nos Notarios prestan, fruto de dichos índices o acuerdos de colaboración con las administraciones públicas (por ejemplo ya se pueden obtener certificaciones catastrales en las Notarías, o los famosos certificados del Registro General de Actos de Última voluntad)

Sin embargo he dicho pequeños avances, pues este camino, a mi juicio, no es sino el punto de partida de lo que verdaderamente está a punto de comenzar, y en gran medida estas jornadas tratan de concienciar.

Ya os he comentado que dos años antes de que saliera la ley de firma electrónica, los Notarios contábamos con ella, cómo tenemos una red propia, o cómo gracias a los índices la mayor base de datos de España está en los Índices Notariales.

Es el momento de potenciar el reglamento eIDAS 910/2014, y no sólo la firma electrónica cualificada con la que contamos los Notarios, sino de ofrecer una firma electrónica que proteja las identidades digitales y las identidades virtuales (que no son conceptos sinónimos).

Es el momento de una mejor colaboración entre el Notariado y otros organismos públicos que velan por la seguridad, especialmente:

  1. Fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, usando el big data de ambas instituciones, y luchando contra el ciberdelito, o colaborando en la firma electrónica del DNI 3.0
  2. Administración de justicia: facilitando no solo la remisión de poderes para pleitos, sino también de copias de escrituras, o comunicaciones tales como una fluida relación con fiscalía en cuestiones relacionadas con menores, incapaces y lucha contra el delito en general y el blanqueo de capitales en particular
  3. Instituto Nacional de ciberseguridad y Ministerio de Industria, convirtiendo al Notariado en cibercooperante, implementando mayor seguridad en las oficinas notariales, y colaborando seriamente en la aplicación correcta del reglamento Eidas.

Llega el momento de que el Notario ofrezca la custodia de los documentos digitales del ciudadano y que se ocupe de la sucesión mortis causa de sus archivos digitales e identidades virtuales.

Es necesario ofrecer un buen servicio de Time Stamp, y un buen servicio de notificaciones electrónicas (en un país como España, donde aún nadie es QSTP en estos temas)

No sólo el Notariado ha de intervenir en la contratación tradicional, sino también en la contratación electrónica, ofreciendo servicios de escrow, o gestionando contratos inteligentes.

El fenómeno del crowfunding está ahí, y es fuente de muchos engaños, frente a los cuales, algo puede hacer el Notariado.

No arrancan las webs corporativas de las sociedades, y es necesario garantizar la seguridad del comercio on line, dando fiabilidad a las webs que ofrecen productos, a las transacciones electrónicas, y seguridad a los usuarios.

Fenómenos como los Smart contract, blockchain, y la Inteligencia Artificial, son unas potentes herramientas que no pueden ser desconocidas por los notarios, para mejorar la calidad de sus servicio (servicio que no es otro que el de atender las necesidades del ciudadano y dar seguridad a este)

Hay un mundo poco valorado como son los MMOG en los que cientos de menores, y no tan menores, se enfrentan a caprichosas decisiones de Game Operators que disponen de sus datos personales, y que en pequeñas cuantías facturan millones.

Todo ello por no hablar de la personalidad jurídica que el parlamento europeo trata de reconocer a los robots y ciertos programas de inteligencia artificial.

El depósito y gestión notarial de cierta información, por poner un ejemplo: programas informáticos, e incluso del propio código genético, es una necesidad frente a la que los sistemas tradicionales de archivo fracasan.

No podemos olvidar la necesidad de seguridad de la información (esto es confidencialidad, integridad, disponibilidad, autenticidad y trazabilidad de dicha información), y en ello el notariado, como autoridad pública, que con un secreto de protocolo, se sitúa en una siempre delicada línea entre seguridad y libertad, entre la privacidad y la legalidad, creo que tiene mucho que aportar.

El notariado está implantado en casi todo el globo terráqueo, y es necesario potenciar la intercomunicación entre notarios, haciendo de proyectos como EUFIDES o IBERFIDES una solución práctica en un mundo cada vez más globalizado.

Esto es un simple post, sin embargo cada uno de los temas que indico merecerían por si solos, muchas horas de estudio y muchos congresos; las I Jornadas de derecho digital Notartic, sólo pretenden ser el punto de arranque de todo ello.




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