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En la actualidad podemos identificar que cuando se habla de una startup, no se hace mención a un manejo tradicional del negocio, sino todo lo contrario. Una startup es una forma temporal de empresa que tiene como objetivo principal el lanzamiento de lo que llamamos “nuevo modelo de negocio empresarial” o la apertura de un nuevo mercado. Por tanto, podemos definir a una startup como una empresa de nueva creación que presenta grandes posibilidades de crecimiento y comercializa productos o servicios a través del uso de nuevas tecnologías de la información y comunicación.

Este modelo se caracteriza por estar orientada exclusivamente a la innovación y contar con una gran capacidad de adaptación al cambio. Por tanto, debe tener una orientación excluyente en torno al cliente, financiación del capital de riesgo y ganancias. Asimismo, las startups nacen con el objetivo de simplificar procesos y ofrecer soluciones tecnológicas con miras a las necesidades del mercado.

El fenómeno de las startups ha atraído una atención creciente por parte de los medios de comunicación. Desde el 2012, lo podemos ver reflejado dentro del manejo de los especialistas en innovación, inversionistas y las nuevas formulaciones en torno a políticas reguladoras en América Latina.

En esa misma línea, se fueron introduciendo distintas políticas de apoyo en países como: Chile, Colombia, México y Perú (OCDE,2013). Al igual que, en Uruguay y Panamá, entre otros (OCDE,2015). Dicha ayuda a diferencia de otras intervenciones más tradicionales y menos innovadoras, han generado cambios importantes en la lógica, enfoque y estructura de este nuevo modelo de negocio.

Cabe resaltar que parte de la evolución en los últimos años dentro del manejo económico de las startups, se ve reflejado en la aparición de innumerables iniciativas empresariales, que desembocaron en una fluida interacción entre los propios emprendedores y sus futuros inversionistas. Entre ellos se encuentra el famoso “fundraising” o recaudación de fondos, que es el proceso de captación de fondos, por el que las compañías privadas captan recursos, fondos para poder crear, escalar, crecer un proyecto en concreto. Para los fundadores de startups es parte fundamental de su proceso de crecimiento el apoyo de inversionistas, pues entre más recursos se tengan, más posibilidades hay en desarrollar un buen producto o servicio y llevarlo al mercado para explorar su potencial.

Una de las diez razones principales por las que fracasan las startups es la falta de financiación y de interés de los inversionistas. Es por eso que la recaudación de fondos es una parte importante. Por ello, es importante cuestionarse:

¿Qué busca un inversionista en una startup?

Los inversionistas principalmente buscan que el producto perteneciente al emprendedor, sea un producto escalable. Esto quiere decir, que será considerado un buen producto, aquel que pueda capturar el valor que se espera ofrecer a los clientes. Asimismo, todo inversionista busca que el equipo de fundadores de la empresa, vaya acorde al desempeño que se busca en torno a la evolución del negocio. Al invertir en una startup, no solo se invierte en el producto, sino en las personas que lo manejan. De esta manera, es importante que se conozca el fondo de inversión, para que dicho equipo fundador reconozca el financiamiento que necesitan, la etapa en la que se encuentra el proyecto que buscan promocionar y sobretodo, proyectarse a la tendencia de incrementación en conjunto con los aprendizajes de cada una de las interacciones que lo llevarán a aumentar su tracción.

Asimismo, son tres las principales métricas que tienen los inversionistas para el fundraising. En primer lugar, la activación, la cual incluye el Lead Conversation Rate y el Promedio de usuario activos.  Sobre el Lead Conversation Rate, la data de esta métrica imprescindible para el levantamiento de capital, esto le permitirá conocer al inversionista cuántos leads se obtienen con el tráfico de la página web. El promedio de usuarios activos mide la actividad general del negocio y da pistas sobre el nivel de ingresos que se está recibiendo.

En segundo lugar, el revenue, es medido mediante el growth rate, que consta en la métrica del flujo de caja para que se logre comprender si va en aumento o si decae y el gross profit que habla sobre el histórico de ingresos percibidos por el negocio después de pagar los impuestos.

En tercer lugar, la retención es medida a través del lifetime value que es el ingreso que le aporta un cliente al negocio en el tiempo que dura siendo su cliente. Asimismo, el churn rate que hace referencia a la tasa de cancelación, es decir quiénes de tus clientes deciden abandonar el servicio o dejan de interactuar con tu producto.

Otra forma de financiamiento es el crowdfunding, el cual es un mecanismo alternativo de financiamiento que permite conectar a demandantes de capital con inversionistas para que puedan sacar adelante sus proyectos.

El crowdfunding funciona en seis pasos, comienza con la presentación de la idea, en la cual el emprendedor envía su proyecto a una plataforma de crowdfunding, que suele ser online, para ser candidato a la financiación. Incluye la descripción del proyecto, cantidad de dinero que necesita, tiempo estimado para la recaudación, entre otros.

Este tipo de financiamiento sigue con la valoración del proyecto, su publicación en la plataforma de inversión presentando la idea, la difusión y promoción del mismo para llegar a la recaudación del financiamiento, donde el creador tiene un plazo limitado para recaudar el dinero. Se puede apostar por “todo o nada” donde si no se llega a la cantidad, el creador no recibe nada; y el “todo cuenta” donde el creador recibe lo que se recolectó hasta la fecha límite. Este financiamiento termina con el cierre del Proyecto donde se comprueba cuánto dinero se logró recaudar.

Hay dos tipos de crowdfunding, el crowdlending, que consiste en que el aportante obtiene rentabilidad en forma de intereses y, el crowdfactoring en el que el aporte de dinero es devuelto con intereses que son pactados previamente con las empresas receptoras.

Producto del fundraising y el crowdfunding en las startups de Latinoamérica, se pueden resaltar los casos:

1. Uruguay: con dLocal, startup fundada por Sebastián Kanovich, Jacobo Singer, Sergio Fogel y Andrés Bzurovski.

La empresa se fundó con el objetivo de atender el mercado de pagos digitales en países emergentes. La firma se especializa en desarrollar soluciones de pago para empresas que buscan instalarse en mercados emergentes, aplicando tecnología y brindando una respuesta adaptada a las necesidades del cliente. En septiembre de 2020, se convirtió en el primer unicornio de Uruguay tras alcanzar una valoración superior a 1.000 millones de dólares. Actualmente, cuenta con más de 300 empleados en sus oficinas, situadas en Montevideo, San Francisco, Sao Paulo, Londres, Tel Aviv y Shenzhen y aborda operaciones en 29 países de Latinoamérica, Asia-Pacífico, Oriente Medio y Norte de África.

2. México: el caso de Kavak, fundado en 2016 por Carlos García Ottati y sus cofundadores, Loreanne García Ottati y Roger Laughlin Carvallo, con el objetivo de brindar transparencia, seguridad y acceso al financiamiento dentro del mercado de automóviles seminuevos.

La empresa ha logrado atraer la atención de los inversionistas locales y extranjeros gracias a un modelo de negocio basado en algoritmos que permiten hacer predicciones respecto a los precios, demanda de los modelos en el mercado y patrones de búsqueda, desempeño mecánico de los autos y comportamiento de pago de los clientes para autorizar un financiamiento en menos de un minuto.

3. Colombia: el caso más relevante es el de Rappi, fundado en 2015 por los colombianos Simón Borrero, Sebastián Mejía, Felipe Villamarín y Juan Pablo Ortega con el objetivo de aportarle una solución logística a una plataforma tecnológica creada para el sector retail. De esta manera, conecta comercios con repartidores ofreciendo al consumidor la posibilidad de adquirir cualquier tipo de producto o servicio en un mismo sitio.

En 2019 entraría en alianza con el Banco Davivienda para incursionar en el mundo de las transacciones digitales, lanzando RappiPay, una aplicación que permitiría a los usuarios realizar transferencias de dinero, pagos en comercios por código QR.En octubre de 2020, las compañías vuelven a anunciar un nuevo beneficio de su alianza. Esta vez, los usuarios de Rappi podrían acceder a una tarjeta de crédito Visa sin cuota de manejo, asimismo, podrían recibir 1% de cashback en cada una de las compras realizadas. Actualmente, tiene operaciones en 9 países y más de 250 ciudades en América Latina y ha recaudado más de US$2.000 millones.

4. Chile: es el caso de NotCo, fundado en el 2016 por Matías Muchnick, su CEO, Karim Pichara, jefe de Tecnología y Pablo Zamora, asesor científico de la compañía.  Con el objetivo de utilizar el aprendizaje automático para sacar al animal de la ecuación alimentaria y producir de manera sostenible alimentos que sustituyan las proteínas animales. 

Desde el 2017 a 2020, la empresa triplicó su tamaño, ventas y producción. NotCo tiene previsto que los 300 empleados que son ahora lleguen a 500 a fines de 2022. Actualmente, se han expandido a otros países como Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá y México.

Por ende, es importante entender que el mundo sigue cambiando de manera constante, y este gira alrededor de la innovación. Si bien la sociedad continúa demandando nuevas ideas para poder satisfacer sus necesidades, las startups son un nuevo modelo de negocio que se distingue de lo que ofrecen los modelos tradicionales.

En esa misma línea, las startups son modelos de negocios que todo el tiempo mira a los clientes. De esta manera, nacen para poder resolver problemas reales de la gente y como tienen estructuras más flexibles que una empresa tradicional pivotean la cantidad de veces que sea necesario hasta adaptarse totalmente a sus clientes.

 




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