La Ley de Competencia Desleal se encarga de mantener la sana competencia entre empresas, fomentando así el desarrollo del mercado. Descubre más a continuación.
La Ley de Competencia Desleal regula y controla aquellos actos o prácticas que sean contrarios a la buena fe en el ámbito del comercio, ya sea por empresarios, profesionales u otras personas físicas o jurídicas que participen en el mercado.
Su objetivo es proteger tanto al consumidor como a otros empresarios o profesionales (sean personas físicas o jurídicas), de actos o prácticas deshonestas.
¿Qué actos se consideran competencia desleal?
La Ley de Competencia Desleal indica que todos los actos contrarios a la buena fe serán desleales. Aun así, especifica algunos que serán considerados desleales, entre otros:
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Actos de engaño: Conductas que tengan información falsa o que pueda inducir a error.
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Actos de confusión: Comportamientos que buscan crear confusión con una actividad o un establecimiento ajeno.
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Practicas agresivas.
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Actos de comparación o imitación.
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Venta a la perdida con el fin de perjudicar a un competidor o desprestigiar un producto.
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Publicidad ilícita.
La Ley también nos define qué prácticas comerciales con consumidores o usuarios pueden ser desleales, sin perjuicio de lo que estable la Ley de Consumidores y Usuarios, entre otras:
¿Qué puedo hacer si detecto un acto de competencia desleal?
Contra los actos de competencia desleal podemos ejercitar diversas acciones, algunas de ellas son:
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Que se declare que la acción es desleal, que es lo que se conoce como “acción declarativa de deslealtad”.
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La acción de cesación, es decir, que se cese en la práctica en cuestión que se ha considerado desleal o su prohibición si todavía no se ha puesto en práctica.
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Rectificación de las informaciones engañosas o falsas.
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Resarcimiento de los daños y perjuicios derivados de esas acciones. Se podría solicitar enriquecimiento injusto siempre que se cumplan una serie de condiciones.
Si nos encontramos ante una situación que puede ser competencia desleal, es recomendable iniciar una reclamación amistosa mediante un burofax, dejando clara la práctica o acción que estamos reclamando como desleal, solicitando que se cese en ella, así como cualquier otra pretensión que vayamos a reclamar o reservándonos el derecho a hacerlo a posteriori.
Si no se llegara a acuerdo con la reclamación amistosa, deberemos dirigimos a la vía judicial, por ello siempre es recomendable obtener previamente todas las pruebas oportunas que fundamenten nuestra demanda.
