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El creativo Ricardo Bermejo, director y socio mayoritario de Kukuxumusu

“Ni Mikel Urmeneta, ni ninguna otra marca ni empresa, puede utilizar unos dibujos cuyos derechos fueron cedidos a Kukuxumusu a lo largo de los años por una veintena de dibujantes y por los que sus autores cobraron”, expone Ricardo Bermejo, director y propietario del 66% de Kukuxumusu, siendo del otro 33% Urmeneta, en relación a la sentencia del Juzgado nº1 de lo mercantil de Pamplona por la que se le ha dado la razón. La jueza ha estimado íntegra la demanda del actual director de Kukuxumusu por la cual se condena a Urmeneta y a otros cuatro dibujantes de Katuki Saguyaki, a “cesar o abstenerse de iniciar” la reproducción,  distribución, comunicación pública y transformación de los dibujos del “Universo Kukuxumusu” por ser propiedad de la compañía por el contrato de cesión actualmente vigente, por el que ellos vendieron y cobraron en esos términos la cesión de los dibujos. 

“La sentencia clarifica y refuerza la seguridad jurídica tanto de los dibujante como de las empresas“, valora el creativo Ricardo Bermejo, quien indica que se ha fallado en este sentido porque se ha actuado de forma ilícita y es precisamente Kukuxumusu quien está protegiendo los derechos contractuales en los que se rigen las relaciones en materia de creatividad de su obra. “El fallo tiene, por lo tanto, consecuencias esclarecedoras para todo el sector editor e ilustrador, del dibujo, diseño y creatividad para el ejercicio de su efectiva defensa de sus derechos de propiedad intelectual”, explica Bermejo, quien alude a que existe mucha desinformación y falsedades circulando sobre el tema y recuerda que las relaciones comerciales del sector creativo se rigen por contratos de venta y cesión amparados por la Ley de Propiedad Intelectual (LPI) y es en sus cláusulas donde se fijan las características específicas de dicha venta y cesión, así como su duración.

Hace unos días conocimos la sentencia del juzgado de lo mercantil de Pamplona que da la razón a la empresa Kukuxumusu frente a varios dibujantes entre los que se encuentra su fundador, Mikel Urmeneta. Nos puede explicar ¿cómo se ha llegado a esta situación?

Llegué a Kukuxumusu en 2014 porque Mikel Urmeneta me lo propuso, dadas las urgentes necesidades creativas, comerciales y financieras que tenía la empresa. Los dos socios de Urmeneta hacía tiempo que querían vender su participación porque no deseaban continuar en el proyecto y adquirí el 66% de la compañía con la intención de fortalecer la marca, siempre con el beneplácito de Mikel Urmeneta, que fue el impulsor de toda la operación. El problema comenzó cuando pocos meses después comprobé que Urmeneta no cumplía con sus funciones como director artístico: no dibujaba, no generaba nuevas ideas, no hacía propuestas sobre nuevas tendencias, nuevas líneas y tampoco permitía aportar ideas a los creativos de la empresa. Ni hacía, ni dejaba hacer, estaba centrado en sus proyectos personales y, contrariamente a lo que se había comprometido por contrato, no aportaba negocio a Kukuxumusu.

En esa situación se le propuso modificar sus condiciones económicas y se negó en reiteradas ocasiones. A los 16 meses de nuestra relación como socios, Urmeneta seguía sin cumplir con sus compromisos de trabajo, razón por la cual, se le hizo un preaviso de rescisión de contrato, –como externo, ni siquiera formaba parte de la plantilla- se volvió a intentar negociar con él, pero cuando faltaba muy poco para la finalización de su contrato se produjo un episodio violento en las oficinas de la empresa, por el que recientemente un juzgado le ha condenado por coacciones, que produjo una pérdida total de confianza y la rescisión de su contrato. En las condiciones en las que estaba Kukuxumusu, tras 7 EREs y un concurso de acreedores, la empresa no se podía permitir tener un director artístico con unos honorarios como los suyos y que no aportara en el objetivo de dotar de viabilidad a la empresa. A día de hoy Urmeneta sigue manteniendo el 33% de la empresa, el mismo porcentaje que desde su fundación.

¿Por qué le demandaron a él y a los otros dibujantes?

Muy sencillo. Tras su salida con él se fueron cuatro dibujantes externos y montó una empresa en donde comercializaron dibujos copiados que pertenecían a Kukuxumusu. Esta situación nos llevó a tener que acudir a la justicia ante la vulneración de dichos derechos por contrato. Es curioso porque dichos contratos que firmaron los dibujantes fueron creados en su mayoría mientras Mikel Urmeneta era administrador de la empresa, lo cual significa que él mismo validó la forma de trabajo, de cesión y de remuneración de esos dibujos. Como bien dicta la sentencia y derivado de dicho acuerdo contractual, se infringieron los derechos de uso de propiedad intelectual de Kukuxumusu, y es por ello que tuvimos que recurrir a la vía judicial, en contra de nuestra voluntad, para la resolución del conflicto.

¿Qué dice exactamente la sentencia?

Lo que dice la sentencia es que ni Mikel Urmeneta, ni ninguna otra marca ni empresa, puede utilizar unos dibujos cuyos derechos económicos fueron cedidos a Kukuxumusu a lo largo de los años y por los que sus autores cobraron. Ni Mikel Urmeneta ni nadie puede arrogarse ningún derecho sobre unos dibujos cuya autoría es de una veintena de dibujantes diferentes –algunos de los cuales forman actualmente parte de la plantilla de Kukuxumusu- y cuyos derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación fueron cedidos a la compañía tras ser debidamente remunerados.

Hubo un momento en que las posturas han sido irreconciliables, ¿Cómo le ha afectado esta situación a la marca?

Antes de mi llegada a la empresa, Kukuxumusu había perdido al 70% de su plantilla por un concurso de acreedores y varios EREs, la compañía se encontraba en pérdidas y con grave riesgo de desaparecer. Ahora hay un plan de viabilidad, se ha recuperado la confianza de inversores, clientes y licenciatarios, han surgido nuevos proyectos, hay una evolución creativa, necesaria para volver a tener fortaleza comercial, y hay en marcha un plan de internacionalización con el que la marca está cumpliendo su histórico anhelo de expandirse a otros países.

¿Y en qué medida ha afectado el conflicto a los trabajadores?

Aquí seguimos todos trabajando con normalidad, apostando por evolucionar, innovar y buscar nuevos mercados internacionales y nuevas ideas, así como apoyando el valor de la creatividad, tal y como siempre hemos hecho. Y lo estamos haciendo con buena parte del equipo que también trabajó junto a Urmeneta y manteniendo los principios de la marca. La prueba más evidente de que yo no pretendía modificar los valores, la filosofía y la esencia de Kukuxumusu es que mantuve en sus puestos de responsabilidad a toda la gente que había estado con Mikel Urmeneta. Algunos de los pilares básicos de la empresa (comunicación, marketing, finanzas o gerencia) siguen dirigidos por las mismas personas que cuando estaba Mikel y sigue habiendo 3 dibujantes en plantilla que ya estaban cuando Urmeneta salió de la empresa. En total, ahora la empresa cuenta con 27 empleados y 8 dibujantes colaboradores externos. Y claro, también estamos tratando de mejorar la eficiencia, la gestión, los procesos, y encontrando nuevas líneas creativas y mercados.

Pero Mikel Urmeneta sostiene que sin él, Kukuxumusu está condenado a morir.

Eso dice él, su ego es desmedido… Estoy en absoluto desacuerdo. Kukuxumusu no es solo obra de Mikel Urmeneta. Kukuxumusu también es obra de sus otros dos fundadores, que permanecieron en la empresa durante más de 25 años y sin cuya participación Kukuxumusu nunca hubiera existido; Kukuxumusu también es el trabajo de una veintena de ilustradores que han dibujado para la marca desde su fundación; y Kukuxumusu también son más de un centenar de trabajadores que han estado o siguen estando en la compañía: entre ellos un montón de diseñadores, creativos, comunicadores y guionistas que han contribuido a crear el lenguaje de la marca. Sin todos ellos Kukuxumusu no sería lo que hoy es.

Mikel Urmeneta y los dibujantes que se han ido pueden dibujar lo que quieran, en el estilo que quieran, nadie se lo impide, siempre que no perjudiquen los derechos cedidos a Kukuxumusu.

Mikel Urmeneta y los otros condenados consideran que la sentencia es un ataque a la creatividad, ¿cuál es su opinión al respecto?

Mikel Urmeneta está tratando de manipular y engañar al mundo de la ilustración. Nadie le ha quitado nada, nadie le impide dibujar, nadie limita su creatividad. Está buscando confundir al mundo artístico y de la ilustración argumentando que están en peligro los derechos del colectivo. Eso es falso. La sentencia lo que hace es aclarar el marco de relación entre los dibujantes y las empresas. Nadie le prohíbe ser quien es y, además, no lo pretendemos.

Lo único que Mikel Urmeneta  no puede hacer es copiar con su nueva marca unos dibujos cuyos derechos pertenecen a Kukuxumusu. Mikel tiene talento y seguro que no necesita copiar para volver a hacer cosas novedosas y singulares. De hecho, en los últimos años, no solo en esta última etapa, Urmeneta apenas hacía dibujos para Kukuxumusu y estaba centrado en sus trabajos artísticos, realizados con su propio estilo y buena parte de ellos relacionados con el mundo taurino. Como dato, basta indicar que en entre 2008 y 2015, durante el periodo más duro de la crisis y cuando la empresa más le necesitaba, solo realizó el 10% de las ilustraciones.

Han anunciado que recurrirán la sentencia y tiene visos de terminar en el Tribunal Supremo.  ¿Cómo lo ven sus abogados?

Están en su derecho, pero la sentencia es clara y confiamos en que será ratificada. Mikel Urmeneta, al igual que cualquier otro dibujante, creador, marca o empresa, está sujeto a la Ley de Propiedad Intelectual y, por tanto, puede dibujar cualquier cosa que no vulnere los derechos que Kukuxumusu ostenta sobre sus dibujos, es decir, como cualquier otro ilustrador. Haber ostentado el cargo de director artístico de la empresa o ser el autor material de algunos dibujos no le concede, al haber cedido sus derechos, ningún derecho añadido sobre ellos.

Precisamente, la sentencia es protectora de la creatividad. La marca, los dibujos y creaciones de Kukuxumusu están protegidos legalmente y, además, son fruto no solo del trabajo aportado en su día por Mikel, sino también del de un montón de personas más, incluidos dibujantes, guionistas y diseñadores que han decidido apostar por Kukuxumusu porque creen en este proyecto y en el de otros dibujantes externos que se han sumado.




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