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  • El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha analizado el Informe Anual 2023 de ArcelorMittal y ha constatado que se omite información relevante sobre los impactos medioambientales y climáticos de sus operaciones. 
  • La compañía siderúrgica no tendrá lista en 2025 la planta de reducción directa (DRI) de hierro alimentada de hidrógeno renovable en Gijón a pesar de que el Gobierno de España ya publicó la concesión de 450 millones de euros para ello. 
  • 15 organizaciones ambientales y defensoras de los derechos humanos de todo el mundo se han unido en la Fair Steel Coalition para presionar a la industria siderúrgica para que cambie sus políticas en materia de derechos humanos, clima y medioambiente. 

ArcelorMittal, la mayor siderúrgica del mundo, no tendrá lista en 2025 la planta de reducción directa (DRI) de hierro alimentada de hidrógeno verde en Gijón tal y como ha confirmado la propia compañía en prensa, a pesar de que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ya reguló, en 2023, la concesión de 450 millones de euros de dinero público. 

El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha constatado que, en el Informe Anual Consolidado (IAC) de 2023 recientemente publicado, ArcelorMittal asegura que destinará 1.000 millones de euros a la construcción de una planta de DRI de hidrógeno en Gijón (450 millones procedentes de una ayuda directa por parte del Gobierno español, el mayor Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica —PERTE— concedido hasta la fecha). Sin embargo, no especifican si el hidrogeno será renovable como sí hacían en el IAC de 2022. Esto podría suponer un incumplimiento del Real Decreto 251/2023, de 4 de abril, por el que se regula la concesión directa de subvenciones a la empresa ArcelorMittal España S.A. para la ejecución del proyecto Hidrógeno circular DRI, que en el artículo 5.16 específicamente detalla que “el beneficiario se asegurará de que el hidrógeno utilizado en el proyecto para el funcionamiento de la planta de reducción directa es producido a partir de fuentes de energía renovable”. 

“De confirmarse que la planta pretende ponerse en funcionamiento con hidrógeno procedente de gas fósil utilizando esas ayudas, es importante revisar el marco bajo el que se concedieron, para ver si esto supondría un incumplimiento del mismo y, por tanto, que ArcelorMittal tuviese que reintegrar la ayuda concedida en su totalidad”, sostiene la abogada ambiental del IIDMA Carlota Ruiz-Bautista. A ello se suma que la compañía no cuenta todavía con una hoja de ruta que incluya objetivos y medidas a corto y medio plazo que garanticen la trasformación que necesita para reducir sus emisiones contaminantes.  

A nivel global, el análisis tanto del Informe Anual 2023 como del Informe Anual Consolidado (IAC) 2023 omiten información relevante acerca de los impactos medioambientales y climáticos de sus operaciones. En concreto, el Instituto ha corroborado que la prioridad de ArcelorMittal para descarbonizar sus actividades a medio plazo está centrada en Europa y Canadá, puesto que todas las inversiones y los proyectos de innovación contemplados se concentran en estas regiones. La compañía no deja totalmente claro que actualmente fuera de estas regiones no contempla proyectos de descarbonización (salvo en Brasil), sino que debe deducirse esa realidad por omisión de información o por comentarios muy genéricos.

“Las buenas prácticas en una zona geográfica no pueden compensar por la cuasi completa ausencia de ellas en otra zona geográfica, puesto que supone la desnaturalización de cualquier estrategia de descarbonización que pueda llegar a implementar ArcelorMittal”, señala la abogada ambiental del IIDMA Marta Vicioso.  

La empresa siderúrgica pretende reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% en 2030, pero debería explicar con detalle cómo alcanzará esta cifra. “Es extremadamente difícil creer que en siete años ArcelorMittal va a reducir sus emisiones globales en un 25% si la reducción se compone esencialmente de mejoras en sus sedes europeas y canadienses”, explica Vicioso.

La sociedad civil actúa: nace la ‘Fair Steel Coalition’ 

En este escenario, la sociedad civil ha empezado movilizarse. 15 organizaciones ambientales y de defensa de los derechos humanos de todo el mundo, se han unido en la Fair Steel Coalition (Coalición por el Acero Justo) para promover la transformación de la industria siderúrgica.

Entre sus primeras acciones han presentado el informe ‘El coste real del acero: Racismo medioambiental, zonas de sacrificio e impunidad en la cadena de suministro’ (disponible aquí en inglés). En dicho documento se detallan los graves impactos (acaparamiento de tierras, destrucción de ecosistemas, pérdida de medios de subsistencia o problemas de salud) con las que las siderúrgicas ArcelorMittal y Ternium podrían estar relacionadas en diferentes comunidades de Brasil, Liberia, México y Sudáfrica.  

Por otro lado, varios miembros de la Fair Steel Coalition están recorriendo Europa dando a conocer sus reivindicaciones en encuentros con responsables políticos, organizaciones de la sociedad civil y representantes del sector privado —banca y empresas—. De esta forma, el llamado ‘The Defenders Tour’ está visitando, del 21 de abril al 17 de mayo, Ámsterdam, Bruselas, París, Luxemburgo, Marsella y Toulouse. 

También el lunes, 29 de abril, en vísperas de la Junta General Anual de accionistas de ArcelorMittal en Luxemburgo en la que varios miembros de la coalición participan, tuvo lugar el ‘Steel for People & Planet Meeting’, un encuentro que contó con la presencia de defensores de los derechos humanos y medioambientales de todo el mundo como Eduardo Моsqueda (México), Samson Mokoeda (Sudáfrica) o Julia Hovenier (Países Bajos), entre otros




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