Estamos inmersos en la huelga de los letrados de la administración de justicia, con un buen número de procedimientos suspendidos, y los que quedan por venir. ya se está oyendo hablar de seguir fastidiando a los abogados, que ya sufrimos mucho en algunos juzgados donde te hacen ir a diario para infórmate que el procedimiento se ha suspendido, con castigarnos sin vacaciones de verano. Aquí como estos políticos se creen que todos son grandes despachos con muchísimos abogados y que se pueden sustituir, pues les da todo igual, no piensan que muchos despachos son pequeños de uno dos tres abogados, y que la única posibilidad de conciliar la vida familiar es precisamente ese mes de agosto inhábil, y ahora esos días de Navidad.
Dicho lo anterior, hemos notado en la institución de mediación que dirijo un aumento inesperado de consultas para iniciar procedimientos de mediación. El parón judicial derivado de la huelga está produciendo que la gente que quiere resolver el problema intente unas vías más ágiles para solucionar el mismo, o al menos intentarlo. La posibilidad está abierta cuando lo que se busca en el procedimiento es una solución del problema por tener distintos puntos de vista o interpretaciones, no cuando estamos encantados con el retraso porque el interés del cliente es que dure lo más posible.
La gente no es tonta, y busca soluciones y es un momento idóneo para intentar probar las bondades del sistema de mediación, ahora que no sabemos cuándo se van a reiniciar gran parte de los procedimientos. No va a suponer pérdida de tiempo y además ya las partes han presentado la demanda o la han contestado. Es decir, toda la información sobre los hechos está encima de la mesa. Los hechos que alega cada uno son claros.
En la mediación, los mediadores salvo que sea una cuestión de indiscutida no vamos a hablar sobre la fundamentación jurídica del asunto, el dialogo irá dirigido a los hechos, a los intereses a las motivaciones de las conductas y explorar que es lo que impide alcanzar un acuerdo, más allá de la interpretación de la Ley que no nos corresponde, eso lo tendrá que decir el juez. Los mediadores intentarán que las partes encuentren el punto que les permita alcanzar un acuerdo.
No es necesario acudir al juzgado a que nos derive a mediación, sino que hay excelentes instituciones de mediación privadas a las que se puede acudir y que han hecho una cuidada selección de sus mediadores. Eso sí, tienen que acudir las dos partes, bien porque los letrados piensen que el intento de mediación es útil para sus clientes, o bien porque una parte piense que le puede ser útil e invita a través de la institución de mediación al otro para que lo intente. Esto no le convierte en el mediador de una parte, como me harto de explicar. La mediación solo puede iniciarse de mutuo acuerdo.
Alcanzar un acuerdo a través de un mediador tiene un plus que no tiente la negociación entre abogados y es la neutralidad. Cuando un abogado negocia lo hace de forma parcial, no puede ser neutral y lo hace además sin perder de vista lo que puede o no puede probar en el juicio. El mediador es imparcial y eso es lo que facilita el acuerdo, además por la confidencialidad se puede hablar de cosas que en un juzgado igual no conviene hablar de ellas o no se tienen pruebas suficientes.
También hemos recibido alguna solicitud de arbitraje para intentar solucionar la controversia lo antes posible.
El coste de ambas figuras puede ser insignificante en relación con los perjuicios que ocasiona, como me acaba de ocurrir que me citen a vista para el 2.025, la mediación no es cara y no todas las cortes que conozco no tienen precios estratosféricos y tienen calidad en sus laudos.
Con independencia de las leyes que se anuncian, ya los ciudadanos y algunos compañeros o sus clientes se han dado cuenta que el retraso solo ocasiona perjuicios para ambas partes y están acudiendo a instituciones de mediación para informarse sobre la posibilidad de iniciar mientras exista el parón alguno de estos procedimientos, como la mediación y el arbitraje.