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  • Un estudio elaborado por sociólogos de la UMA, en colaboración con la Fundación BBVA, analiza los emparejamientos en la sociedad digital

En las últimas décadas España ha vivido una importante evolución en el concepto mismo de pareja y en los distintos momentos del proceso: desde la formación hasta la ruptura, pasando por las dinámicas internas. La mayor esperanza de vida ha venido acompañada de más posibilidades de emparejamiento en el tiempo, y del matrimonio como modelo único y ritual de pareja se ha pasado a un mapa variado de relaciones que se centran en el pacto privado.

De todo ello se ha ocupado el estudio que lleva por título ‘La gestión de la intimidad en la sociedad de la información y el conocimiento. Parejas y rupturas en la España actual (GESTIM-BBVA-2018)’, dirigido por el catedrático de Sociología de la Universidad de Málaga Félix Requena, que ofrece una radiografía de esa evolución y se detiene en algunas de las nuevas tipologías de pareja.

Se trata de un proyecto realizado con una ayuda competitiva de la Fundación BBVA a Equipos de Investigación Científica en el área de Economía y Sociedad Digital correspondiente a la convocatoria de 2018.  Su objetivo general es conocer la forma en la que las parejas españolas gestionan los procesos de emparejamiento, las dinámicas de vida en pareja, y la forma y consecuencias de las rupturas, cada vez más frecuentes en las biografías vitales.

Pese a la importancia de esta cuestión para el análisis de la estructura social y calidad de vida en España, apenas se había analizado de forma conjunta. Esta laguna de información contrasta con la diversidad de trabajos realizados en países como Francia, Inglaterra o Estados Unidos, donde estos temas han tenido una importante tradición e impacto. Los resultados del estudio serán publicados próximamente en una monografía editada por la Fundación BBVA.

La propuesta presentada para el caso de España partía de una amplia revisión bibliográfica nacional e internacional y la elaboración de un marco teórico original que integraba todas las perspectivas desarrolladas hasta la fecha. Se planteó un diseño de investigación triangular (cuantitativa, cualitativa y de redes), con la explotación específica de varias bases de datos, sobre todo la Encuesta de Fecundidad (INE, 2018) y la tercera oleada de la Encuesta Social General Española ESGE (CIS, 2018); a ellas se le sumaba un trabajo cualitativo inédito realizado a nivel nacional, con 9 grupos de discusión y 27 entrevistas a parejas (81 en total).
De este trabajo de campo se obtuvo también información para realizar un análisis de redes a 104 participantes. Esto ha permitido el estudio de las parejas desde tres perspectivas; teniendo en cuenta los diversos grupos de edad (parejas jóvenes, mediana edad y mayores), las diversas tipologías de vida en pareja, y las relaciones de pareja cara a cara o mediadas por las TIC.

Transformaciones

Los resultados obtenidos señalan las importantes transformaciones que están aconteciendo en la esfera privada en nuestro país. Los procesos de emparejamiento se alargan cada vez más durante todo el ciclo vital con una mayor aceptación de la pluralidad; las nuevas tecnologías contribuyen a ampliar los mercados de emparejamientos y los nuevos valores a acentuar esta tendencia, dando lugar a una amplia diversidad de relaciones afectivo-sexuales que afectan a los proyectos estables de pareja.

Existen importantes diferencias por edad a partir de los 65 años. A nivel interno, pese a la percepción negativa del impacto de las TIC, la comunicación en la familia es cada vez más intensa, y aspectos como la conciliación, la gestión de los cuidados, el dinero, o la sexualidad forman parte de manera más explícita de la gestión de la intimidad, con una tendencia hacia la mayor igualdad de género.

Las rupturas están más presentes en todas las generaciones, viviéndose este hecho con mayor normalización que en el pasado. Los factores de las rupturas también han cambiado y en la actualidad son principalmente emocionales, debiendo trabajarse más la gestión de las emociones en todas las edades. El análisis de redes pone de manifiesto el proceso particular de “nuclearización” de las relaciones de pareja en España, con menos hijos y con un peso más importante de las redes digitales y los amigos, pero sin perder los vínculos estructurales que han sido claves, por ejemplo, ante el confinamiento.

Contextualización: la revolución silenciosa de la vida en pareja
Si se pone el énfasis en el estudio de las parejas se desvela el intenso cambio que han experimentado las sociedades avanzadas en las últimas décadas. Por ejemplo, y solo observando la manera de formar parejas, se puede percibir el cambio desde los matrimonios concertados, el desarrollo del cortejo y el noviazgo y la conquista del amor como elemento central de las uniones hasta aspectos más actuales propios del “individualismo afectivo”, como la importancia de acumular experiencias sexuales, el rol central de los elementos emocionales, y la revolución de las Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC) que multiplican interacciones, contactos, identidades y sentimientos.

Algunos cambios importantes:

•    La vida en pareja se ve influenciada por el alargamiento de la esperanza de vida.
•    La importancia del pacto privado. Los miembros de la pareja definen el tipo de relación que van a mantener, cuáles van a ser las normas de su privacidad y la existencia o no de “líneas rojas” en la misma.
•    La “revolución de los mercados de emparejamientos” como consecuencia del desarrollo de las TIC, multiplica la diversidad y tipologías de emparejamientos, y aumenta el coste de oportunidad.
•    La “cultura del amor” señala que sigue estando muy presente la “utopía del amor romántico”, pero coexistiendo con otros tipos de amor, como el amor individualista, el amor digital e incluso el llamado fastlove que identifica al amor como un objeto de consumo.
•    La erotización de la vida cotidiana da lugar a que el experimentar y acumular experiencias sexuales sea percibido de forma positiva tanto en el caso de los hombres como de las mujeres.
•    A nivel interno, la tendencia es a un mayor igualitarismo sobre todo entre las parejas más jóvenes. Las causas deben buscarse principalmente en el menor número de hijos, la integración de nuevas tecnologías en el hogar y la mayor incorporación de la mujer al trabajo extra-doméstico.
•    La mayor socialización de las nuevas generaciones en la ruptura da lugar a que se dé más importancia a saber gestionar los desacuerdos y estar preparados para un desencuentro emocional.

Las personas quieren seguir emparejándose, pero de una forma diferente a la de generaciones anteriores. Los autores se atreven a vislumbrar las tendencias de estos procesos en una sociedad digital en la que se reformulará el “arte de vivir juntos”. La necesidad emocional de experimentar probablemente traiga consigo relaciones de pareja de muy diverso tipo y forma, con una cada vez mayor legitimidad social; a la vez que se espera que aumenten las personas sin pareja, la frustración y el sentimiento de soledad. El compartir el espacio físico posiblemente pierda relevancia en favor del “estar en relación o comunicación”. Una novedad significativa será la combinación de relaciones presenciales y digitales basadas únicamente en la intensidad emocional entre sus miembros y que dará lugar a un nuevo tipo de amor digital.

 



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