En 1959 la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (ONU), marco un antes y un después respecto a los derechos de los niños al considerar como delito ciertas acciones u omisiones que implican en los niños profundas y graves consecuencias en su salud, psicológicas, sociales y legales, tanto inmediata como no mediata, que afectan al desarrollo de los niños en el medio y largo plazo.

Por su parte la Convención Internacional de los Derechos de los Niños señala que todos los niños y niñas tienen derecho a ser protegidos contra la violencia, el abandono, el descuido, la explotación y el abuso sexual y que, los gobiernos y sociedades civiles tienen un papel importante para garantizar que nunca sean maltratados en el entorno familiar, escolar o público.

Con el objetivo de dar visibilidad a la violencia contra la infancia y al mismo tiempo promover la concienciación de agentes sociales y de la ciudadanía toda, el 25 de abril es el “Día Internacional para la lucha contra el maltrato infantil”.

En los últimos años esta iniciativa ha experimentado un gran crecimiento haciéndose eco de la lucha por los derechos de los niños diversas agencias gubernamentales y no gubernamentales además de instituciones, empresas y la Sociedad Civil. Esta campaña, de la que no se conoce al promotor inicial se le atribuye a la Sociedad Civil en general, y se suma a otras como las que realiza habitualmente Unicef.

El maltrato infantil se define como, los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.

De acuerdo a la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) son «factores que determinan o promueven el maltrato:

• Modelo autoritario en donde no se consideren los derechos de los niños

• Tratamiento de los niños y niñas como propiedad privada

• Notable verticalidad y rigidez en la estructura familiar o escolar

• Uso de castigos físicos como método educativo

• Ausencia de recursos alternativos para promover conductas positivas

• Carencia de autocontrol en las personas adultas para responder y comportarse frente a los conflictos.»

Algunas de las conductas negativas observables en los menores que sufren o han sufrido maltrato pueden ser: fuga del hogar, fracaso escolar, trastornos de identidad, problemas de relacionamiento, etc.