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Madrid, 31 ene (EFE).- La eventual reforma de la conocida como ley del solo sí es sí para endurecer determinadas penas en los delitos sexuales, anunciada por el ala socialista del Gobierno, no impedirá que se sigan revisando a la baja condenas ya impuestas, advierten juristas consultados por EFE.

"Si el objetivo es evitar las revisiones, entonces la reforma no sirve para nada. Otra cosa es que quieran rectificar la rebaja de penas mínimas" que consagró la ley de garantía integral de la libertad sexual, explica a EFE el magistrado Jorge Fernández Vaquero, portavoz de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria.

Las nuevas penas se aplicarán a quienes delincan una vez que la reforma entre en vigor, pero a quien haya cometido antes una agresión sexual y pida una revisión se le aplicará la ley del solo sí es sí si es más beneficiosa. "Aunque haya estado en vigor un día, tiene efecto retroactivo", añade Fernández Vaquero.

"Por el principio constitucional de irretroactividad desfavorable, no es posible endurecer la ley con efectos retroactivos. Tampoco se puede legislar para que una reforma que ya ha entrado en vigor, y que beneficia a los acusados o condenados, deje de surtir ese efecto", recalca el catedrático de Derecho Penal en la Universidad Carlos III de Madrid Jacobo Dopico.

La eventual nueva reforma que se pueda aprobar ahora, incide, solo se aplicaría a quienes delincan después de su entrada en vigor en la medida en que pretenda aumentar penas.

La presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Pino de la Nuez, tiene claro también que seguirá habiendo rebajas de penas y excarcelaciones, revisiones de condena que los tribunales, en cualquier caso, "tienen que hacer en su justa medida, analizando con minuciosidad los hechos probados".

EFECTOS DE LA REFORMA

La propuesta de reforma que se ha filtrado a los medios y que apuesta por subir las penas mínimas incluyendo la violencia y la intimidación, apunta De la Nuez, "va acorde con los intereses de las víctimas y evitará condenas inferiores a las aplicables antes".

Y destaca que no se toca el eje de la ley, la nueva filosofía en torno al consentimiento que impide, por ejemplo, que pueda interpretarse como tal el silencio o la pasividad.

En opinión de Altamira Gonzalo, jurista miembro también de Themis, es probable, de hecho, que la mayoría de los condenados que pueden beneficiarse con la ley del solo sí es sí ya hayan pedido la revisión o que los tribunales hayan dado el paso de revisar sus condenas de oficio.

"Pienso que no saldrán de prisión muchos más de los que han salido hasta la fecha. Que saliera uno solo ya fue insoportable", afirma. A su juicio, no obstante, "la reforma sirve y muchísimo para las condenas de futuro".

Para Fernández Vaquero, sin embargo, resulta incomprensible que el Congreso y el Senado dieran luz verde a un sistema de penas determinado y que tan pocos meses después se considere que es "incorrecto", sin escucharse un análisis racional de por qué es necesario cambiarlo.

A su juicio, el discurso en defensa de la ley del solo sí es sí ha sido "un desastre"; aunque la norma tiene deficiencias y es "chapucera", añade, tiene "puntos fuertes muy importantes" al avanzar en el tratamiento del consentimiento y crear un amplio sistema de asistencia a las víctimas de agresiones sexuales.

De la Nuez insiste también en no olvidar las importantes "novedades" de una ley integral que aborda todas las violencias sexuales, da respuesta a los compromisos internacionales adquiridos por España y apuesta por la prevención, la sensibilización y la reparación de las víctimas, tratadas como protagonistas de todo el proceso.




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