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Entreistamos a Ana Nieves Escribá Pérez. Diplomada en Relaciones Laborales por la Universidad de Valencia en el año 2000, Máster en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social por la Universidad de Valencia en el año 2002, Máster en Prevención de Riesgos Laborales en las especialidades de Seguridad, Higiene Industrial y Ergonomía y Psicosociología en el año 2004.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia en el año 2010 y Máster en Derecho Humanos, Democracia y Justicia Internacional por la Universidad de Valencia en el año 2012. Comienza sus estudios de Doctorado en la Universidad de Valencia en el Programa de Doctorado “Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional” en el año 2013 bajo la Dirección de la Dra. Doña Gemma Fabregat Monfort defendiendo, en septiembre de 2017, su Tesis Doctoral: “El derecho a la seguridad social como derecho social fundamental: Adaptación del ordenamiento jurídico español a los principios de universalidad e igualdad reconocidos en el ámbito europeo e internacional”, obteniendo la calificación de Sobresaliente Cum Laude.

Sus líneas de investigación se centran en los Principios de Igualdad y Universalidad, los Derechos Humanos, pero, ante todo, el Derecho a la Seguridad Social prestando principal interés en el estudio de las prestaciones del sistema de Seguridad Social español.

Actualmente, la Dra. Doña Ana Nieves Escribá Pérez es la Directora del Grado en Derecho de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) y profesora de la disciplina de Derecho del Trabajo impartiendo las asignaturas Derecho Laboral, Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Ámbito Jurídico de la Prevención y Acción protectora de la Seguridad Social, además de ser Directora de Trabajos Fin de Título en la titulación que dirige, en el Grado en Criminología y Ciencias de la Seguridad, en el Máster Universitario en Criminología: Delincuencia y Criminología y en el Master Universitario en Prevención de Riesgos Laborales.

  • ¿Qué es la brecha salarial y cuáles son sus causas?

La brecha salarial de género es un término que se viene utilizando desde hace ya varios años y eso es así porque es una realidad que convive con nosotros y a la cual, la sociedad y los Estados, deben ponerle fin. Se trata de la diferencia entre el salario que perciben los hombres y el que perciben las mujeres.

Las causas que generan la brecha salarial son bien claras. Por un lado, tradicionalmente, las mujeres son las que suelen desempeñar los trabajos a tiempo parcial, pero, además, tienen peores empleos que los hombres -tanto a nivel real como en lo que refiere a la consideración social-. Según la ONU, el empleo de las mujeres en trabajos a tiempo parcial se debe, en ocasiones, a la reducción de jornada que deben hacer para compatibilizar su vida laboral con su vida familiar y, en otras, a que son los únicos trabajos a los que pueden acceder -es de destacar que según informe de la OIT y la OMS, en 2022, por ejemplo, la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el sector sanitario se situaba en un 24%-; sin lugar a dudas, en estas circunstancias, la ONU resalta que las mujeres acceden a peores empleos, es decir, prestan servicios en sectores peor remunerados y tienen menores posibilidad de acceder a trabajos de mayor nivel debido, entre otras causas, a la maternidad. Es cierto que, en este último sentido hay que destacar que el Gobierno de España está trabajando desde hace varios años en la equiparación de los permisos por nacimiento de un menor con la intención de, por un lado, compartir responsabilidades en el cuidado del mismo y, por otro, de equiparar los derechos laborales para que las oportunidades de las mujeres y los hombres no se vean sesgadas por la maternidad. No se debe olvidar, además, que siguen existiendo marcados estereotipos en el entorno laboral y una serie de roles de género muy marcados en nuestra sociedad todavía a día de hoy

  • ¿Por qué es importante eliminar la brecha salarial?

Es importante respetar los derechos laborales de cualquier persona trabajadora, pero existe una necesidad notoria de fomentar la igualdad y, por tanto, conseguir la eliminación de las barreras laborales y, por tanto, salariales entre hombres y mujeres. Siendo que las mujeres prestan servicios, sobre todo, en el sector servicios -siendo, casualmente, el peor pagado de todos- se está fomentando la pobreza y la desigualdad de este colectivo ya que no afecta solo a su situación actual, sino que, además, dado el sistema de Seguridad Social imperante en España y basado en el principio de contributividad, se verán afectadas, por ejemplo, los ingresos por incapacidad o por jubilación -entre otros-.

  • ¿Qué debe cambiar desde el punto de vista legislativo?

Es necesario actuar desde el punto de vista social, pero, sin lugar a dudas, la labor legislativa a nivel estatal, comunitario, europeo e internacional es fundamental. Es de destacar el importante papel que jugó la aprobación del RD por el que se estableció un Salario Mínimo Interprofesional de 1.134€ para 2024 porque teniendo en cuenta que la mayor parte de los trabajos a tiempo parcial y lo del sector servicios -con los sueldos más bajos del mercado- son ocupados por mujeres y, por tanto, esta importante subida afecta de manera positiva a todo el colectivo femenino que ha visto incrementados sus ingresos y, por tanto, sus contribuciones al sistema de Seguridad Social lo que, a su vez, permitirá que no solo disfruten de mejores condiciones en la actualidad sino también en el futuro ya que verán incrementadas sus pensiones de jubilación.

La Directiva 2023/970 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 10 de mayo de 2023, por la que se refuerza la aplicación del principio de igualdad de retribución entre hombres y mujeres por un mismo trabajo o un trabajo de igual valor, a través de medidas de transparencia retributiva y de mecanismos para su cumplimiento, debe ser traspuesta a nuestro ordenamiento jurídico para garantizar un principio tan básico como es la igualdad retributiva entre hombres y mujeres y la eliminación de la brecha salarial que, en pleno siglo XXI, no debería existir. Cierto es que España, ya en 2019, aprobó el RD Ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, o los Reales Decretos 901/2020 y 902/2020, de 13 de octubre, relativos a la igualdad retributiva entre mujeres y hombres y a los planes de igualdad. En el mismo sentido y con la misma finalidad, la Directiva 2019/1158, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, relativa a la conciliación de la vida familiar y profesional de los progenitores y los cuidadores, cuya intención fue la de mejorar los permisos por nacimiento evitando, como ya se mencionó, que no se penalice a las mujeres en este sentido.

  • Como Directora del Grado en Derecho de VIU, ¿considera que las nuevas generaciones están concienciadas con la igualdad y los derechos de las mujeres?

Las nuevas generaciones están recibiendo formación e información tanto desde los colegios hasta las Universidades pasando por los Institutos al respecto. En ocasiones, todos estos recursos invertidos dan su fruto si bien es cierto que, por otra parte, la gestión emocional y educacional que se genera desde las familias, en ocasiones, no es la deseada por lo que, si bien es cierto que se trata de una generación mucho más concienciada tanto en el papel de la mujer en la sociedad como en la familia, todavía queda mucho camino que recorrer al respecto.

Los jóvenes están cada vez más preparados, las mujeres optan por carreras que, tradicionalmente, se entendían como carreras destinadas a ser desarrolladas por hombres, pero todavía queda mucho trabajo de concienciación a realizar por los entes públicos, los docentes, las familias y los propios jóvenes.

Hay que seguir invirtiendo recursos económicos y humanos para concienciar de manera absoluta sobre el papel de la mujer en la sociedad, su desarrollo laboral como profesional y el disfrute de sus derechos en el sentido amplio del concepto. Cuando lleguemos a ese punto ya no será necesario celebrar el Día Internacional de la Brecha Salarial ni algún otro similar -recordemos que solo hay días internacionales cuando hay un problema de reconocimiento pendiente de resolver-.




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