Carpeta de justicia

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Por Isabel Pérez-Coca, Corporate Counsel de ABB España

Actualmente, en Europa, solo el 17% de los empleos del sector tecnológico están ocupados por mujeres. En cambio, los datos en España son un poco más esperanzadores. Según el Observatorio de Igualdad y Empleo, 3 de cada 10 trabajadores del sector TIC son mujeres. Unas cifras muy similares a las que nos podemos encontrar en las aulas españolas: las mujeres representan el 13% de los estudiantes de grados informáticos y el 29% de las ingenierías.  

Estos datos ponen en manifiesto la necesidad de que, entre todos, tengamos que resolver uno de los mayores desafíos globales a los que nos enfrentamos: la desigualdad de género. Se han hecho algunos avances en materia de igualdad, pero aún queda camino por recorrer.

Como ejemplo de estos avances, el estudio ‘Las mujeres en los Consejos de las empresas cotizadas’ elaborado por ATREVIA señala que la presencia femenina en los consejos de administración de empresas de tecnología y telecomunicaciones es del 37% en 2021, lo que sitúa a este sector como el más paritario del mercado continuo, seguido por el financiero y el energético.

Estas cifras son prometedoras, pero el avance general no se produce a la velocidad adecuada ni se ven reflejadas esas cifras en los cuadros medios de la mayoría de nuestras empresas, donde la presencia de hombres sigue siendo mayor en estos sectores.

Detrás de esta lucha por la igualdad no hay solo evidentes razones de equidad que hacen que en su consecución se deban implicar los poderes públicos y establecer medidas legislativas encaminadas a conseguir esa igualdad efectiva entre hombres y mujeres y a suprimir la discriminación por razón de sexo. También parece ya un hecho claro que los equipos mixtos son los que más valor aportan a las compañías. Un estudio de Balance de Género, elaborado por Sodexo, releva que los equipos liderados de manera equilibrada por mujeres y hombres tienen más éxito. Algunos indicadores que lo demostraron fueron los márgenes de operación y la satisfacción del cliente. Al mismo tiempo, la lealtad de los empleados es mayor cuando se cuenta con equipos diversos. Una realidad que nos reafirma que las personas, independientemente de su género, deben estar en el centro de cualquier ámbito de la estrategia empresarial. Así, en esa búsqueda de una mayor flexibilidad y un mayor aporte de valor, deberán ser las empresas que quieran ser exitosas las que tomen el liderazgo y pongan en marcha planes y acciones concretas que les ayuden a captar el mejor talento, sin género, lo que necesariamente pasa por incrementar el número de mujeres en sus equipos, a todos los niveles y, fundamentalmente, en sus equipos directivos.

Para ello, aparte de acciones a otros niveles, contar con más presencia femenina en las organizaciones implica incrementar el talento desde las escuelas. Necesitamos que, desde la infancia, se promuevan las competencias STEM para que las niñas y adolescentes tengan referentes y líderes a los que seguir. De esta manera, podremos construir juntos una sociedad más igualitaria y diversa. Por ello, es importante que empresas, ciudadanía y administraciones trabajemos conjuntamente para poder lograrlo.

En este sentido, para poder contribuir a ello, ABB puso en marcha en 2020 una estrategia global de diversidad e inclusión 2030. Esta hoja de ruta está formada por tres grandes pilares:

  1. La gobernanza: los procesos, políticas, herramientas y mejores prácticas que permiten un entorno de diversidad, inclusión e igualdad de oportunidades.
  2. El liderazgo y cultura inclusivos: fijación de objetivos, así como planes, acciones y mecanismos concretos para su seguimiento.
  3. Y las colaboraciones: tanto internas, a través de redes de empleados y los representantes de los trabajadores; como externas, a través de todo tipo de entidades activas en este ámbito.

En ABB en España, toda esta actividad es coordinada desde la Comisión de Diversidad, una comisión delegada del Comité de Dirección, en el que, además, mensualmente se hace seguimiento de los KPIs de igualdad, siendo el principal alcanzar el 25% de mujeres en nuestra plantilla en 2022.

Definitivamente, en la cultura de ABB tenemos integrada la diversidad, la inclusión y la igualdad de oportunidades y fomentamos el crecimiento profesional y personal de todas nuestras colaboradoras y colaboradores. Creemos firmemente que el capital humano de ABB es uno de nuestros activos más importantes. Por este motivo, queremos aunar esfuerzos y liderar un cambio en nuestra industria y en la sociedad para alcanzar la plena igualdad entre hombres y mujeres.




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