Hace unos días estaba escuchando las noticias y, desde la Consejería del trabajo, explicaban que la inspección de trabajo había realizado 50.000 actuaciones en las que se habían levantado unos 8.500 puestos de trabajo que no estaban regularizados. La noticia hacía hincapié positivo en este hecho, y me alegro de que este tipo de actuaciones sean prioritarias.

No obstante, una vez hecha la felicitación a la inspección por sus actuaciones, me preocupa este vicio que tenemos de dar las noticias con una perspectiva negativa. El mensaje que se transmite es que las empresas, por regla general, siguen siendo unas defraudadoras que no hacen bien las cosas y abusan de la gente.

Si analizamos mínimamente los datos, la ratio es de un 17%, contando que en cada actuación sólo haya aflorado un puesto de trabajo irregular. Seguramente no es así, así que si consideramos que, de media, en cada actuación han aflorado dos puestos de trabajo irregulares, la ratio se queda en la mitad. Eso significa que en 45.750 de las actuaciones de la inspección, todo estaría regularizado. Sinceramente, me parece mucho más destacable esta cifra y mucho más coherente con la realidad actual de nuestra estructura empresarial. No tiene sentido seguir enviando esta imagen negativa de la empresa, así que es necesario dar también estos datos positivos.

No digo que se haga a propósito, probablemente es sólo nuestra costumbre de dar noticias negativas, pero la realidad es que muchas empresas y empresarios se esfuerzan en hacer las cosas bien. La mayoría cumplen estrictamente con la ley y merecen un reconocimiento. Y digo esto porque les aseguro que no siempre es fácil adaptarse a las leyes, teniendo en cuenta la gran cantidad de cambios y la coherencia. No es necesario dar una medalla a los empresarios porque ellos hacen su trabajo y así lo viven, pero creo que deberíamos ser más justos con ellos. Es importante no mezclarles con otros empresarios que, según lo que hagan, ni tan siquiera podemos llamarles empresarios.