Existen una serie de enfermedades que, por su propia naturaleza, y aunque dependiendo de las limitaciones que causen, pueden llegar a ser tributarias de una incapacidad permanente. Esto se debe a que en materia de incapacidades “no hay enfermedades, sino enfermos”, lo que significa que dos personas que estén afectadas por la misma patología no la padecen del mismo modo. No obstante, en este artículo encontrarás un listado de enfermedades que, según nuestra propia experiencia, pueden dar lugar a una pensión de incapacidad. ¡Comenzamos!
Listado de enfermedades físicas
Pese a no haber un listado oficial de enfermedades que puedan causar incapacidad, y aunque sobre todo haya que estudiar cada caso en concreto, queremos exponer aquí una lista de ejemplos de patologías habitualmente limitantes.
El listado que verás a continuación no está relacionado por el baremo de enfermedades profesionales que establece la Seguridad Social -una cuestión muy diferente a la que nos ocupa-.
En definitiva, os presentamos una base, aunque orientativa, altamente fiable. Fruto de años de estudio y trabajo de nuestro despacho, dentro y fuera de los tribunales. Es importante recordar que no hablamos tanto de enfermedades como de enfermos. Es decir, que una misma enfermedad puede ser incapacitante en un paciente y en otro no. Por lo que insistimos en que debe estudiarse de forma individualizada cada caso.
Cardiología
Dentro de esta especialidad médica, las enfermedades que muchas veces llegan a ser tributarias de incapacidad permanente son:
- Cardiopatías
- Miocardiopatías
- Arterioesclerosis
- Enfermedades cardiovasculares
- Arteriopatía periférica u obliterante
- Arteriopatías
- Fibrilación auricular
- Insuficiencia Mitral
- Tetralogía de Fallot
- Hipertensión pulmonar
- Aneurisma
- Infarto Agudo Miocardio
- Síndrome Wolf-Parkinson-White
- Taquicardias
Aparato digestivo
En cuanto a las patologías digestivas, estas son las que más frecuentemente son origen de incapacidad laboral:
Medicina interna
Atendemos ahora a dolencias que se tratan bajo la disciplina de medicina interna, entre las que destacan dos que pueden llegar a ser motivo de incapacidad:
Nefrología
Enmarcadas también en la medicina interna, las dos siguientes patologías que afectan al riñón podrían desencadenar una incapacidad permanente:
Neumología
Y si hablamos del aparato respiratorio, los trastornos que en muchas ocasiones generan una pensión de incapacidad son:
- EPOC
- Apnea del Sueño
- Enfisema
- Asma profesional/ocupacional
- Sarcoidosis
- Enfermedades respiratorias por Amianto
Neurología
En esta sexta categoría encontramos diversas enfermedades del sistema nervioso que son comunes en las resoluciones positivas tanto del INSS como de los jueces:
Alergología
La dermatitis es una de las pocas afecciones relacionadas con las alergias que puede acabar motivando una incapacidad permanente.
Oftalmología
Ciertos trastornos visuales son también razón por la cual se conceden un gran número de incapacidades. Estos son, en concreto:
Oncología
El cáncer, en general, puede ser origen de una incapacidad permanente. En este punto, cabe mencionar por ejemplo estos tres tipos:
- Cáncer de mama
- Cáncer de pulmón
- Cáncer de recto
Otorrinolaringología
En nuestros oídos también se puede hallar una posible fuente de incapacidad, más probablemente si se dan alguna de estas dos patologías:
Reumatología
Los siguientes trastornos del aparato locomotor -y del tejido conectivo- son muy habituales en las notificaciones y sentencias de reconocimiento de incapacidad permanente:
Traumatología
Por último, entre las dolencias físicas traumatológicas que pueden originar una pensión de incapacidad destacan:
- Lumbalgia
- Patologías graves de la mano
- Patologías graves de la cadera
- Patologías graves del hombro
- Gonartrosis
- Patologías graves de los codos
- Hernia Cervical
- Patologías graves de los pies
- Enfermedad de Perthes
- Síndrome Cola de caballo
Enfermedades psíquicas
Numerosas son las dolencias que suelen ser tratadas en psiquiatría, pero las que más desembocan en situaciones de incapacidad permanente, se encuentran:
Conclusión
Bajo la premisa de que cada paciente es único y que, de cara a valorar una posible incapacidad permanente, es necesario analizar cada caso en particular, las enfermedades que hemos listado son muy habituales en los expedientes de incapacidad permanente. Aunque a cada persona le afectan de una manera y en un grado diferente, por lo que siempre hay que tener en cuenta si han provocado o no limitaciones funcionales. En caso de que no, aunque se sufra la patología, no habría motivo para declarar una incapacidad permanente.