Es comprensible que ahora se ofrezcan una amplia variedad de actividades online, entre muchas otras, ha llegado el teatro online. Hay cursos sobre prácticamente todo tipo de disciplina y arte.

La oferta de plataformas de videoconferencias ha crecido de forma exponencial.

Muchos de los cursos que hay en el mercado parecen estar limitados a cómo usar Zoom y otras plataformas de videoconferencia.

En el sector de la Resolución de Disputas Online (ODR) la experiencia satisfactoria del cliente estará directamente relacionada al resultado del proceso, lo que a su vez estará íntimamente ligado a las exceptivas de los participantes.

Hay que pensar en que una videoconferencia, por si sola, es decir, sin un expediente electrónico, sin acreditar identidad, firma electrónica, etc., no aporta nada para ayudar activamente al operador del conflicto y a las partes para alcanzar la resolución del mismo.

Para ello, se debe profundizar en la compresión del conflicto, reencuadre de posiciones y el operador debe despegar todas las herramientas y técnicas en las que se ha formado para ayudar a las partes, como agente de realidad y, motivarlos para llegar a un acuerdo.

Las plataformas ODR para mediar online permiten realizar procesos de mediación cuando no es posible realizarlo de forma personal.

Todo este trabajo debe realizarse bajo las condiciones de seguridad adecuadas.

Al mismo tiempo, debemos prestar atención al cumplimiento de la ley. Aunque éste último aspecto no debería pesar sobre el operador de conflictos como una espada de Damocles, el sentido común y la lógica indican mantener siempre la prudencia.

Los ODR existen desde hace muchos años, sin embargo es ahora cuando parece que van a desarrollarse.

Para desarrollarse será necesario contar con profesionales capacitados que puedan desarrollar sus labores en estos nuevos espacios virtuales, superando las barreras físicas que dificultan los procesos de resolución de conflictos.