El Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó en diciembre un 1,6% en tasa interanual, nueve décimas más que en noviembre, según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de una décima por encima del dato adelantado por el INE hace dos semanas.
Esta aceleración se explica principalmente por la evolución de los precios de los productos energéticos y, en particular, de combustibles y carburantes. Durante todo 2016, la inflación media ha vuelto a ser negativa por tercer año consecutivo (-0,2%), lo que ha permitido nuevas ganancias de poder adquisitivo de salarios y pensiones.
Los precios de los productos energéticos crecieron en diciembre un 5,3% interanual, tras la disminución del 0,5% registrada en noviembre. Esta evolución se explica, principalmente, por el comportamiento de la partida de combustibles y carburantes, cuyos precios se aceleraron siete puntos, desde el -1% al 6% y, en menor medida, por los precios de la electricidad, que incrementaron en 3,1 puntos su ritmo de crecimiento, hasta el 3,7%.
La inflación de la alimentación se situó en diciembre en el 0,8%, cuatro décimas por encima de la del mes precedente, debido a la aceleración de los precios de los alimentos no elaborados, un punto y medio hasta el 2,1%. Esta evolución responde, principalmente, al aumento de los precios de las legumbres y hortalizas frescas, que han pasado de retroceder el 1,1% en noviembre a aumentar el 7,7% en diciembre. Los precios de la alimentación elaborada se desaceleraron ligeramente, una décima hasta el 0,2% interanual.
La inflación subyacente (que excluye la alimentación no elaborada y la energía, que son los elementos más volátiles del IPC) aumentó dos décimas en diciembre, hasta el 1%, debido a la aceleración de los precios de servicios, cuatro décimas hasta el 1,6%. Los precios de los alimentos elaborados se incrementaron con menor intensidad (0,2%, frente al 0,3% de noviembre), mientras que los de los bienes industriales no energéticos (BINE) mantuvieron el ritmo de crecimiento anual en el 0,6% de los dos meses previos.
En términos intermensuales, el IPC aumentó en diciembre el 0,6%, frente al retroceso del 0,3% del mismo mes de 2015. Por componentes, los precios de los productos energéticos subieron un 3,6%, tras el descenso del 2,2% de un año antes; los de los servicios aumentaron un 0,6%, tres décimas más que en el mismo mes de 2015; los de los BINE retrocedieron un 0,6%, igual que en diciembre del año anterior; y los de alimentación aumentaron el 0,4%, frente a la estabilización de un año antes.
Dentro del grupo de alimentación, los precios de los alimentos no elaborados registraron en diciembre de 2016 una tasa intermensual del 1,4%, un punto y medio superior a la del mismo mes de 2015, mientras que los de los alimentos elaborados se estabilizaron, frente a la subida del 0,1% de un año antes. Destaca, dentro de la alimentación no elaborada, el notable incremento de los precios de las legumbres y hortalizas frescas, el 7,4% intermensual, tras la disminución del 1,4% de diciembre de 2015.
La tasa interanual del IPC se incrementó en diciembre de 2016 en todas las comunidades autónomas. Las mayores subidas se registraron en Castilla-La Mancha (1,1 puntos, hasta el 1,6%), La Rioja (1,1 puntos, hasta el 1,5%) y la Región de Murcia (también 1,1 puntos, hasta el 1,6%). El menor aumento, de cinco décimas, correspondió a Canarias, con una inflación del 1,3%.
El INE ha publicado asimismo el IPC armonizado (IPCA) correspondiente al mes de diciembre, cuya tasa de variación anual se sitúa en el 1,4%, nueve décimas superior a la de noviembre. Esta tasa es tres décimas superior a la adelantada por Eurostat para la zona euro (1,1%, frente al 0,6% del mes previo), resultando un diferencial de inflación desfavorable a España respecto a la zona euro de tres décimas, tras el diferencial favorable de una décima de noviembre.
En resumen, la tasa interanual del IPC se sitúa en diciembre en el 1,6%, nueve décimas por encima de la del mes previo, aceleración que se explica en gran medida por la evolución de los precios de los productos energéticos y, en particular, de combustibles y carburantes. El año 2016 se cierra con una tasa media anual del IPC negativa, del -0,2%, lo que ha permitido por tercer año consecutivo ganancias en el poder adquisitivo de salarios y pensiones.
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