¿Quién no ha soñado alguna vez que alguien hiciese por él esas tareas tediosas y repetitivas que muchas veces se presentan en nuestra vida profesional y personal?

¿Quién no se ha quejado algún día en la oficina porque las tareas de escaso valor nos terminan quitando tantas horas que apenas podemos dedicar tiempo a tareas tan importantes como crear, pensar, planificar y tomar decisiones?

Al final del día, todos deseamos cosas parecidas y es por eso que la irrupción de nuevas tecnologías suele responder al afán del hombre de dar respuesta a sus anhelos y deseos.

Cada nuevo avance tecnológico suele tener esta motivación, y no podía ser menos con la Inteligencia Artificial (IA) que coloquialmente no es otra cosa que una máquina que imita las funciones «cognitivas» que las personas asociamos con otras mentes humanas, como, por ejemplo: «aprender» y «resolver problemas».

Estos avances están empezando a llegar tanto a nuestra vida personal, dónde nos encontramos numerosos ejemplos como puede son los sistemas de conducción autónomos o los capaces de jugar una partida de ajedrez, como a nuestra vida profesional dónde cada vez será más frecuente que los humanos contemos con la ayuda de la inteligencia artificial en sus distintas versiones. Desde los brazos robóticos colaborativos que operan con sistemas de visión artificial o sensores de tacto para automatizar procesos industriales  hasta la Automatización Robótica de Procesos (RPA) que se ha convertido en una de las últimas tendencias dentro los procesos de automatización de las empresas ya que permite a cualquiera, configurar un software informático, o un "robot" para emular las acciones de un ser humano que interactúa con múltiples sistemas digitales para ejecutar un proceso de negocio.

Los robots de software se pueden encargar de realizar algunas de las tareas empresariales que realizaban hasta ahora los empleados y que son repetitivas y basadas en reglas, liberando su tiempo para trabajos más valiosos, como siempre habíamos soñado. Los robots de software capturan datos y manipulan aplicaciones como lo hacen los humanos. Interpretan, desencadenan respuestas y se comunican con otros sistemas para realizar una variedad de tareas repetitivas como el registro de pedidos, la asignación de facturas o la lectura y el procesamiento de datos estructurados y no estructurados.

Estos “colaboradores” pueden trabajar 24 horas al día, 7 días a la semana, eliminando la posibilidad de error y ahorrando tiempo y dinero a las empresas lo que permite a las organizaciones mejorar la eficiencia y la satisfacción de los empleados y clientes.

El potencial de esta tecnología es tal que lo que comenzó en el sector puramente financiero se está consolidando como un gran aliado de los trabajares también en el resto de sectores como el Sector Público, Telecomunicaciones, Automoción, Banca, Sanidad, etc.

A pesar de que estos avances en sus inicios siempre abren algunas incógnitas sobre como esta tecnología afectará a los trabajadores según el informe CEO Outlook 2018 elaborado por KPMG, casi siete de cada diez empresarios y directivos españoles, el 68%, cree que la robotización y la inteligencia artificial creará más empleo del que destruya en los próximos tres años y los consejeros delegados, tanto en lo nacional (96%) como en términos mundiales (95%) se muestran optimistas ante la transformación digital y conciben la disrupción tecnológica "como una oportunidad" en vez de como una amenaza.

Cómo ya ocurrió en el pasado, con la llega de cada nueva tecnología se abre un mundo apasionante que va llevando a la sociedad por nuevos caminos, no transitados.

Aquellos que adopten primero en sus negocios tecnologías como el RPA se situarán, sin lugar a dudas, a la cabeza de sus sectores, como ya viene ocurriendo desde principios de siglo temas como el Big Data, la ciberseguridad o la Cloud.

Y es que todo apunta a que a medida que avance el Siglo XXI iremos descubriendo la automatización robótica de procesos como un gran aliado para las empresas.