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El uso de tecnología por parte de las firmas optimiza las horas de trabajo de los abogados mientras entrega un servicio más rápido y barato a sus clientes. Según el artículo del Financial Times “Legaltech uses AI to help business to help itself”, el legaltech no es una novedad pero sí está en constante expansión y son cada vez más las firmas que invierten ello. HighQ en 2016 recibió US$50 millones de parte One Peak, Morgan Stanley y Goldman Sachs.

Josefa Soto

30 millones de documentos tuvo que revisar la Oficina de Fraudes del Reino Unido (SFO por sus siglas en inglés), en una investigación sobre corrupción en Rolls Ryce. Hasta ese entonces, nunca se habían visto envueltos en un caso así: 4 años duró la investigación, según informó un artículo del Financial Times del 15 de noviembre de este año.

Ante la abrumadora cantidad de documentos que hubo que administrar, se hacía indispensable para la entidad encontrar una forma de analizarlos, sin cargar con los elevados costos de tiempo y trabajo.

Inteligencia artificial fue la respuesta. Usando un software de la startup Ravn pudieron examinar la información. Hoy la SFO enfrenta otro caso donde deben analizar más del doble de archivos que en ese entonces. “Es imposible lidiar con investigaciones como estas sin tecnología”, aseguró el jefe de tecnología de la SFO, al Financial Times.

En el mundo de la “cuarta revolución industrial”, del big data y los algoritmos, el legaltech no es una novedad. De hecho, el mismo artículo del medio financiero da dos ejemplos de empresas dedicadas a ello, con más de 10 años de historia.

En 1998 ya existía iManage, que provee de IA y gestiona documentos para firmas, equipos de abogados inhouse, y otros grupos de servicios profesionales. HighQ es una empresa londinense que también ofrece soluciones tecnológicas para mejorar los procesos de trabajo de los abogados. Lleva 17 años en el mercado.

Según el mismo artículo, antes las compañías se preocupaban por cómo compartir sus archivos de manera segura. Ahora, gracias al legaltech, mediante aprendizaje automático y procesamiento del lenguaje, las máquinas pueden optimizar sus procesos de diligencia, ejercicios de divulgación, pueden procesar big data y completar contratos, dentro de otras herramientas.

Insiders

No sólo las empresas especializadas en tecnología están ofreciendo estos servicios. Algunas firmas tomaron la iniciativa y se han especializado en el desarrollo de aplicaciones y plataformas con inteligencia artificial, como es el caso de Allen & Overy’s Fuse, se lee.

La nota menciona otros casos, como el de Slaughter and May, que invirtió en la startup creada en 2015 por unos matemáticos de Cambridge, Luminance, y el de la multinacional de origen estadounidense Dentons que creó la asesora de innovación y tecnología, Nextlaw Labs.

Según el FT, firmas y empresas de legaltech han tenido dificultades tanto para implementar la tecnología —de modo que los trabajadores sepan de qué forma usarla—, así como también para mantener el equilibrio entre la inversión en estas herramientas y el capital humano. En estos casos, “la tecnología está a la altura, pero falta la experiencia sobre los servicios legales y profesionales necesarios para aplicar la tecnología”.

El mercado legal hoy está rodeado de tecnología y son cada vez más las firmas que invierten en ella. Según la misma fuente, la crisis económica podría ser un factor. Presionados por las cifras rojas, los abogados tuvieron que buscar medidas que les permitiesen mantener un negocio rentable. Así fue como comenzó un aumento de abogados in house en un intento por reducir los costos externos. Esa lógica de reducir costos se extrapoló al ámbito tecnológico que optimiza las labores administrativas.

“Las empresas se han dado cuenta de que la última tecnología les permite hacer mucho más por sí mismas, reduciendo la dependencia tanto de asesores externos como de proveedores externos, y que la nube les permite asumir esto sin una inversión masiva en infraestructura local”, dijo Jon Terry de la empresa Everlaw al FT.

Algunos ejemplos de grandes inversiones que han dado paso al crecimiento del legaltech serían los casos de HighQ que en 2016 recibió US$50 millones de parte One Peak, Morgan Stanley y Goldman Sachs; y Everlaw que “recaudado casi 35 millones de dólares de inversores como Andreessen Horowitz y Menlo Ventures, según datos de Crunchbase”, afirma el medio financiero.

Clientes exigentes

Pero la crisis económica y esta nueva mentalidad de reducción de costos no son los únicos factores implicados en la adopción de inteligencia artificial y otras herramientas digitales. Los mismos clientes estarían en busca de firmas que cuenten con estos servicios pues son cada vez más conscientes de sus beneficios.

Así afirmó uno de los socios de Deloitte en Amsterdam, Marc Verdonk, en la nota publicada por el FT: “El cliente está contento porque el uso de la tecnología significa, a menudo, que pagan menos, y podemos ser más eficientes, lo que nos permite seguir invirtiendo en innovación, y todos se benefician”.




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