Hace sólo unos tres años comenzamos a escuchar en España hablar de las ALSP, siglas que corresponden a Alternative Legal Service Providers (ALSP). Bajo el paraguas de las ALSP se encuentran muchos tipos de empresas de servicios jurídicos. Una categoría la constituyen empresas que prestan servicios jurídicos, entre los que suelen incluirse: la constitución y liquidación de sociedades, la llevanza de secretarías societarias, el apoyo en la gestión de procedimientos judiciales o la obtención de certificaciones, licencias o permisos. Otra, las empresas que prestan servicios apoyándose en tecnología y que han conseguido automatizar procesos y documentos, logrando así importantes economías de escala y reducir sus precios.  Hay también ALSP que podrían ser clasificadas en los dos grupos anteriores. 

Cada dos años Thomson Reuters, el Center on Ethics and the Legal Profession de Georgetown Law y Saïd Business School de la Universidad de Oxford realizan un informe sobre este segmento de empresas y comparte sus resultados. Puede accederse al informe completo  “Alternative Legal Service Providers: 2021 Report – Strong Growth, Mainstream Acceptance, and No Longer an “Alternative”  a través de este link. 

Desde el Instituto de Innovación Legal, hemos hecho un resumen de lo más destacable del informe de este año, que recogemos a continuación en 6 puntos: 

1. Se trata de  un sector en crecimiento, al que se suman continuamente nuevos operadores y que actualmente suma cerca de $14.000 millones de cuota a finales de 2019.
2. Estas empresas son consideradas cada vez en mayor medida aliadas de los despachos de abogados, pues les permiten aumentar facturación y reducir costes. De hecho, el 79% de los despachos de abogados y el 71% de las empresas entrevistadas para el informe declararon que trabajan con ALSP impulsados por la necesidad de reducir costes, mejorar la eficiencia y aprovechar las tecnologías de vanguardia.
3. Por otra parte, en el informe se identifican dos modalidades principales de ALSP:  Las fundadas por despachos de abogados y las independientes (no vinculadas a un despacho).  La primera modalidad es la que más está creciendo, un 30% anualmente. La segunda crece también, aunque a una ratio menor, equivalente al 15%. 
4. Dentro de los servicios ofrecidos por ALSP que más demanda tienen, están los de asesoramiento en Legal Tech y consultoría de transformación digital, áreas en las que por lo general las ALSP han hecho bien los deberes, pues muchas de ellas han sido pioneras en abrazar tecnologías como la inteligencia artificial, las herramientas de predicción judicial o el blockchain.
5. Respecto a la nacionalidad de las ALSP, Australia lidera el mercado, seguida de EEUU y Canadá, mientras que Reino Unido es dónde menos se utilizan. En Australia y EEUU se utilizan sobre todo para la llevanza de litigios. 
6. Respecto al potencial de futuro, las firmas entrevistadas afirmaron que utilizarán el doble de servicios de este tipo en los próximos cinco años.

En conclusión, según este informe las ALSP prestan por lo general, servicios jurídicos de baja complejidad y bajo coste o bien servicios con alta automatización que son demandados por los clientes de los despachos de abogados, están siendo objeto cada vez en mayor medida de procesos de “outsourcing”. Las razones son lógicas: las firmas de abogados pueden ofrecer un mejor servicio a un menor coste y centrar su esfuerzo en trabajo de alto valor añadido por el que los clientes sí están dispuestos a pagar honorarios más elevados.

En los países donde el big data está siendo utilizado de forma intensiva para analizar las eficiencias e ineficiencias en los despachos y en las asesorías, tienen muy claro que hay servicios que no merece la pena ofrecer o realizar internamente. En España son cada vez más las firmas y asesores internos de empresa, que están tomando consciencia de la conveniencia de dejar en manos de ALSP parte de su trabajo favoreciendo también en nuestro país su crecimiento.