En este artículo hablo de cómo muchas personas creen que el sector legal debe experimentar cuantos menos cambios posibles con tal de conseguir una estabilidad y un orden; además de lo que llamamos “seguridad jurídica” . Aunque algo cierto e innegable es que el mundo progresa y todas las doctrinas, incluida la jurídica, deben adaptarse a esta realidad.
Generalmente se habla de tres áreas en las que el mundo jurídico innova más. La primera “nuevos rangos de servicios basados en tendencias de mercado y análisis de prospectiva”. Esto vendría a ser la respuesta a las nuevas necesidades que surgen según la sociedad va avanzando y descubriendo. Seguidamente, otro ámbito en el que se ha producido un avance es el de los “nuevos instrumentos de relación con clientes, partners y proveedores que apoyen la dinamización del negocio”. Nuevos métodos que han surgido y evolucionado los últimos años, y que conforman los nuevos aparatos electrónicos, y aplicaciones, que facilitan la comunicación entre los que las usan, internet, etc. Estas nuevas formas de comunicación han influido tremendamente en nuestro mundo e inevitablemente han tenido un gran impacto también en el sector jurídico. El hecho de no adaptarse a estos nuevos cambios tecnológicos podría suponer la ralentización del trabajo y la pérdida de información, es decir: el trabajo mal hecho. Incluso podría suponer trabajar incorrectamente en otras áreas.
Finalmente, otro sector en el se han producido las innovaciones en el sector jurídico sería en “nuevas formas de gestión de alto valor añadido que además, disminuyen costes”. Esto supondría la utilización de la imaginación para ayudar de una forma predeterminada a sistemas que requieren asistencia o nuevas ideas.
Para concluir, me gustaría mencionar mi idea innovadora. Para empezar, analizando la Justicia y su procedimiento he comprobado que hay una serie de problemas que podrían solucionarse. Por ejemplo, creo que es un error el exceso de poder de decisión que tienen los abogados sobre los temas de su cliente, y eso es, evidentemente porque el cliente no tiene conocimientos suficientes sobre la materia y no tiene otra opción que confiar en las decisiones y actos de su abogado. Muchas de esas personas pueden estar jugando con el negocio de toda su vida o incluso con algo mucho más importante y valioso: su libertad, creo que son factores demasiado relevantes como para desentenderse y dejarlo todo en manos de una persona ajena. Por eso en caso de yo ser un cliente, me gustaría poder informarme sobre el tema y poder buscar yo mis propios resultados. Por eso me gustaría crear una plataforma en la que se incluyan todos los códigos de este país (código penal, civil, etc.) y también donde la gente pueda (anónimamente) compartir su estrategia y método utilizado para ganar un caso. Esta plataforma dispondría de un buscador, por ejemplo: “demanda por fraude” y seguidamente aquella persona dispondría de todas las disposiciones legales y todos aquellos casos en que una persona ha sido inculpada por lo mismo. De esta manera el cliente podría estar mejor informado y tomar decisiones junto a su abogado.
En definitiva, innovar no es una opción, es algo inevitable, que ha de saber llevarse de la mejor forma posible e intentar no quedarse atrás. Eso sí, también es de importancia destacar que la innovación requiere gran talento creativo e imaginación. Hay que saber qué deseos y gustos tiene nuestro cliente, adaptándose lo mejor posible a él, también es importante el método que se emplea para conseguir esos objetivos, es decir, si se tiene un buen equipo, una buena formación y un buen plan se puede llegar muy lejos. Es habitual decir que innovar asusta, es claramente menos seguro que seguir con la misma estructura que se ha llevado a cabo durante los últimos años, pero si no se innova no se mejora.
Sofía Albiñana de Pineda, estudiante E-1 (Derecho y Business Law) en la Universidad Pontificia Comillas, Madrid.