Carpeta de justicia

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Ya hemos visto en el artículo anterior que para que el operador del conflicto pueda saber, ab initio, como responder adecuadamente al caso necesitará elaborar una representación de la realidad de la situación descrita por el cliente o como dirían, Galtung, Entelman, Schellenberg, Lederach -entre muchos otros autores de referencia-, un mapa del conflicto mismo, en el que detallar los distintos elementos que lo componen.

Ahora y conforme al desarrollo que he realizado en el libro más vendido que tengo hasta la fecha Construcción de Paz. Diseño de intervención en conflictos les invito a ahondar en los elementos del conflicto.

Queda claro que para continuar avanzando se debe optar por una definición de conflicto, pues sólo a partir de ella podremos establece los elementos que lo integran.

La última definición de conflicto que he practicado es la siguiente:

«El conflicto es una relación social de interdependencia entre dos o más actores, que incluso en coaliciones, orientan sus conductas en función del poder del que disponen para no reconocer al otro, no legitimar la pretensión de sus intereses y objetivos, los que percibidos (o no) como total o parcialmente incompatibles, pueden (o no) ser filtrados en conciencia a través de sus marcos de referencia y de sus emociones.» (Conforti, 2017, p. 55).

De ella podemos extraer los elementos estáticos y dinámicos que integran un conflicto, a saber: 1) los sujetos, 2) los intereses y objetivos, 3) el poder, 4) la conciencia, 5) los marcos de referencia, 6) las emociones, 7) las relaciones, 8) las coaliciones, 9) el reconocimiento, 10) la intensidad del conflicto, 11) la dinámica de la interacción, y 12) las dimensiones del conflicto.

Conocer los elementos constitutivos de los conflictos, nos aproxima a un análisis del tipo clínico, como si hiciéramos un diagnóstico médico. En medicina la fórmula para clasificar enfermedades atiende al tipo de alteración que la origina, por ejemplo: a) traumáticas, b) tóxicas, c) degenerativas, d) infecciosas, etc., ¿Podríamos establecer algo similar para los conflictos? Si pudiéramos diagnosticar, podríamos pronosticar y recetar (diagnosis, prognosis y prescripción), en nuestro campo ¿podríamos tomar como punto de partida la alteración del las relaciones, convivencia o simplemente de la Paz?

En el sentido de tipificar conflictos ya hay antecedentes que cuentan con fundamentos científicos y teóricos… pero para avanzar sobre el tema habrá que esperar al próximo artículo.

Bibliografía.

Conforti, Franco. (2018). Construcción de Paz. Diseño de intervención en conflictos. 3ª Edición. Dykinson. Madrid.




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