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El estado de Paz Social, esa armonía en la convivencia que tanto deseamos se ve frecuentemente alterada con el quiebre del equilibrio que provocan los problemas que pueden (o no) ser el germen del conflicto, que a su vez puede (o no) ser mal gestionado, no transformarse y escalar hasta llegar a la violencia.

La pregunta que se impone entonces es: «¿Cómo recuperar ese estado de Paz?».

Antes de desarrollar algunas ideas básicas al respecto, veamos algunas definiciones y distinciones que resultan trascendentales para la correcta compresión del tema. 

En otras oportunidades he definido al problema como un hecho objetivo en el que no intervienen las emociones y/o los sentimientos. Un problema es una situación en concreto que puede reconocer dos niveles: determinado o indeterminado (Conforti, 2017: 68). 

También he definido al conflicto como una relación social de interdependencia entre dos o más actores, que incluso en coaliciones, orientan sus conductas en función del poder del que disponen para no reconocer al otro, no legitimar la pretensión de sus intereses y objetivos, los que percibidos (o no) como total o parcialmente incompatibles, y pueden (o no) ser filtrados en conciencia a través de sus marcos de referencia y de sus emociones (Conforti 2017: 55).

En Entelman (2005) el conflicto tiene una dimensión dinámica y otra estática; en Galtung (2010) el conflicto reconoce cuatro niveles: micro, meso, macro y mega; y en Conforti (2016: 58, 2018: 129) el conflicto se divide en tres categorías: interpersonal, intrapersonal y estructural.

Además hay que apuntar que es posible siguiendo a Coser (1961), Deutsh (1977), Dahrendorf (1957), Moore (1995) y Kriesberg (1989) reagrupar a los conflictos según la percepción en diversas categorías (para todos estos autores véase Conforti 2017).

Finalmente, he definido a la violencia como la conducta que surge cuando no se es capaz de transformar un conflicto. En Galtung la violencia puede reconocer tres niveles: directa, estructural y cultural (Conforti, 2017: 186).

La llave que permite, tanto evitar la escalada hacia la violencia, como la superación de la violencia en la búsqueda de la Paz, es el abordaje y trabajo sobre la resolución del conflicto.

El conflicto es un proceso y no un producto; como tal debe ser estudiado y analizado en la profundidad correcta para lograr la determinación de sus elementos y así poder trabajar con cada uno de ellos en el nivel y dimensión adecuada.

Como queda visto, en el proceso de construcción de un conflicto intervienen una multiplicidad de elementos que interactúan entre sí de forma muy diversa. 

«Deconstruir un conflicto implica trabajar todos y cada uno de los elementos que integran el conflicto [1) los sujetos, 2) los intereses y objetivos, 3) el poder, 4) la conciencia, 5) los marcos de referencia, 6) las emociones, 7) las relaciones, 8) las coaliciones, 9) el reconocimiento, 10) la intensidad del conflicto, 11) la dinámica de la interacción y 12) las dimensiones del conflicto] en dos niveles (estático –según se analice un momento determinado, una fotografía del conflicto– y dinámico –según se analice el conflicto a lo largo de su vida, su historia–)» (Conforti, 2017: 55).

Aunque esto no quiere decir que todos los elementos deban necesariamente estar presentes en todos los conflictos.
No voy a entrar aquí en el desarrollo del análisis de todos los elementos constitutivos del conflicto, trabajo que ya he realizado en el libro Construcción de Paz. Diseño de intervención en conflictos, sin embargo, les propongo que veamos una figura que he denominado «La rueda triangular: problema, conflicto y violencia» que facilita la visualización del planteamiento del tema

«La Paz tiene dos aspectos bien diferenciados y a la vez interdependientes, por un lado, a) como ausencia de conflicto, conlleva la deconstrucción del mismo, y del otro lado, b) implica fortalecer la colaboración, integración, cohesión y armonía de todos los integrantes de la sociedad» (Conforti 2018: 140).

Construir Paz, por tanto, y respondiendo a la pregunta que formulé al comienzo del artículo,  implica que se deba trabajar sobre los siguiente cuatro aspectos:  

  1. Transformación del conflicto (resolución o disolución)
  2. La reparación y restauración
  3. La reconciliación y el perdón
  4. La resolución o disolución del conflicto

Bibliografía: 

Conforti, Oscar Daniel Franco. 2017. Construcción de Paz. Diseño de Intervención en Conflictos. 3ª Edición. Madrid: Dykinson.

Conforti, Oscar Daniel Franco. 2018. Integridad. El aporte de Organizaciones y Empresas a la construcción de Paz. Madrid: Dykinson.

Conforti, Oscar Daniel Franco. 2019. El hecho jurídico restaurable. Nuevo enfoque en Derecho Penal. Madrid: Dykinson.

Galtung, Johan. 1998. Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la violencia. Trad. Teresa Toda. Colección Red Gernika Dir. Juan Gutiérrez. Bakeaz - Gernika Gogoratuz. Bilbao - Gernika-Lumo.

Galtung, Johan. 2010. A Theory of Conflict. Overcoming Direct Violence. Kolofon Press.

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