Carpeta de justicia

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Conducir me sirve para asentar ideas; la digestión de este fin de semana de intensa reflexión sobre Derecho Colaborativo en la Universidad de Deusto (Carmen Azcúnaga al timón) no va a ser fácil. Ponencias y debates memorables (Paul Faxon "super"; Linda Cohan "suprema", exquisita en el manejo del silencio); fish bowl ejemplar, esta vez sí (Isa "inmensa" y "poderosa"). En fin, ya me siento deudor de un homenaje individual a todos los actores. No ahora.

De vuelta de Bilbao, conduzco hacia Santiago; esta noche, cena con mis padres y mis hermanas. Cada vez tenemos menos ocasiones de reunirnos "porque sí".

Me he parado en un área de servicio en la A6. Sí, la famosa de "Pepiño Blanco" y sus reuniones clandestinas (caricatura solo, ¡eh!). Me he parado a escribir esto. Me rondaba la cabeza, erre que erre; si no paro, no lo cuento...

Hace tiempo que me pregunto por qué el Derecho Colaborativo florece en Euskadi; por qué Maria José de Anitua despliega esa potencia inhumana -que nos agota a todos, por cierto-; o por qué los presupuestos generales de una comunidad autónoma, van a recoger una partida específica para la promoción del Derecho Colaborativo. Probablemente la primera vez que eso ocurre en el mundo.

En el IACP Forum, en Washington, el conflicto de Irlanda del Norte volvió a estar en escena. Es un clásico para los "yanquis", tras las duras negociaciones en las que intervino Bill Clinton; y la ponencia de Donna Hicks en el IACP Forum sobre su libro "Dignity: Its Essential Role in Resolving Conflict" hacía expresa referencia a ello. Todos sabéis que no soy ajeno a nada de lo que pasa en la isla esmeralda, "mi hogar ahora".

Mi hipótesis de partida para responder esa pregunta del "por qué aquí", era que una sociedad (la vasca) que ha sufrido tan íntimamente el más radical de los conflictos (antes de esta nueva era de terror "dizque-islamista"), ha desarrollado un don para indagar cualquier atisbo de coincidencia o interés compartido por detrás de la exteriorización bronca del enfrentamiento de posiciones.

Terminamos la primera sesión agotados, el viernes no daba más de sí; nosotros tampoco. En la última hora, yo mismo me había puesto el sombrero de "payaso" para hacer alguna gamberrada desde el estrado, para desesperación de Carmen Aja y Ana Armesto que intentaban describir, ellas sí en serio, nuestro paso por el IACP Forum.

Enganchados al "colaborativo", quisimos seguir con unas cervezas. A Asier y Jose no les puedes dar el espacio de "una cerveza", porque te la lían, y te enganchan para el siguiente proyecto..., pero dejemos eso por ahora también...

Cuando ya nos íbamos, se acercó Nerea; lo normal es que quisiera reñirme por alguna payasada que se me hubiera "ido un pelín".

Nerea es una señora de cuarenta y algo, creo, algo más joven que yo. Creo que Nerea vive en Vitoria ahora, pero Nerea es de Getxo. Ella estudió en Deusto. Nerea es una abogada de familia, ya curtidita, claro. Pero las cicatrices de Nerea no vienen de los desasosiegos del derecho de familia adversarial y litigioso que intentamos superar los "colaborativos".

Nerea habla muy rápido, a borbotones, ¡más rápido que yo! Nerea se disculpa cuando habla, como si tuviese grabado en el subconsciente algún motivo para disculparse, supongo que un "tic" de "aquellos tiempos".

Nerea está emocionada con el Derecho Colaborativo. EMOCIONADA con mayúsculas...; ... y yo que sigo sin entender por qué..., qué hay de especial en su entusiasmo...

Yo ya no recuerdo que era Elkarri; vagamente, hace mucho tiempo. Nerea sí. Por supuesto, no me importa qué era Elkarri; me importa qué era, qué es, y qué va a ser Nerea...

Nerea y Paul estudiaban Derecho en Deusto en los últimos noventa. Parece que ya ha pasado mucho tiempo; yo ya me he olvidado de que vivía en Pamplona por esas fechas, y el día en que pusieron una bomba en el "Roche Bobois" de Torre Basoko, que nos hizo de despertador junto con las sirenas..., nos levantamos y nos fuimos a clase... (yo creo que ya era amago-de-profe entonces...).

Nerea vivía inmersa en una sociedad extremadamente conflictiva. Nerea menciona de corrido todos los nombres de las formaciones que se movían por allí, en su "uni", desde las juventudes de unos y de otros, los cachorros de no sé quien, y el brazo juvenil de otros más... Me suenan, vagamente ya en la memoria de la sopa si siglas, por supuesto, HB y Jarrai (si se escribe así, y si no me disculpo, pero ni por googlearlo...), o Gesto y Gestoras....

Nerea y Paul tienen dos perlas vivenciales escalofriantes. Nerea estaba "frustrada": "-¡No conseguimos una declaración conjunta!-". Y yo que alucino...: consiguieron sentar en una mesa, en Deusto a "casi todos"; dialogaron, o algo así, se intentó, se conocieron al menos..., alguno de aquellos tuvo un largo recorrido político luego, fuera de la facultad...

Nerea estaba frustada, también, porque en la "super-concentración" que organizaron en Getxo (Las Arenas) para exigir el traslado de presos, con la participación del representante de la familia de Cosme Delclaux, entonces secuestrado por ETA, no consiguieron los avances que esperaban.

Nerea explotó poco después. Tenían una de sus reuniones, en las que conseguían a duras penas sentar a todos, tal era la presión, extrema, asfixiantes; una reunión esa tarde que consiguieron mantener, "in extremis"... aunque acababan de secuestrar a Miguel Angel Blanco...

Cuando la reunión se inició, Miguel Angel Blanco había sido asesinado, esa tarde...

Esa tarde, Nerea comenzó la reunión con una lágrima, destrozada; casi todos destrozados allí. En lugar de avanzar hacia una esperanza de paz, iban en dirección contraria...

Joseba la interrumpió en su discurso. Joseba insistia en que había que condenar el dolor de todos los afectados por el conflicto...

Nerea se levantó, la voz de Nerea temblaba un poco...

            - Amigos, ¡ahora no hablo en nombre de Elkarri!

            - Amigos, ahora habla Nerea.

            - Joseba, ¡vete a tomar por el culo!

Y Nerea desapareció, abandonó el pacifismo, abandonó la ilusión, abandonó la esperanza, abandonó.

El sábado por la mañana Nerea me trajo las copias de los periódicos de aquellos días. Las guarda en el fondo de un cajón y en el fondo de su corazón.

Nerea es la respuesta.

Una generación de jóvenes, que ya no lo son, que han sufrido la exposición al más grave de los conflictos..., ellos son los que tienen inoculada la vacuna contra la estupidez de las batallas destructoras, auto-destructoras...

Gracias Nerea. ¡Ahora ya tengo mi respuesta!: Me encantaría poder sintetizar tu vacuna, e inocularla a tantos, tantos, tantísimos..., que siguen, erre que erre, en el infierno de la destrucción como modo de afrontar cualquier discrepancia, y en cualquier grado... ¡Nos vemos en Bilbao, pronto, prontito! ¡Mi dosis de vacuna!




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