El siguiente informe va a exponer en primer lugar lo que se entiendo por innovación aplicado directamente sobre el sector; además, se realizará un breve análisis de la actualidad en el sector legal para ver qué novedades podemos encontrar a día de hoy; y, por último, se hablará de una aplicación para dispositivos móviles cuyo objetivo es agilizar las relaciones cliente-abogado y ahorrar tiempo.
La innovación se define como la acción de alterar cosas establecidas introduciendo novedades. Bajo mi punto de vista, es un concepto directamente relacionado con el paso del tiempo, puesto que algo que ayer pudo ser novedoso, hoy es algo común. Algo que podemos destacar con respecto a las novedades es que nunca llueve a gusto de todos y que lo que para unos es un gran invento, a otros les parece algo sin sentido y sin utilidad; siempre estarán aquellos que prefieran los modos tradicionales, y aquellos que prefieran lo último.
Como punto de partida para analizar el estado de la técnica en el sector legal, comenzaré por el famoso Aranzadi de Derecho, el cual se encuentra distribuido en una serie de tomos y que solía consultarse a mano. Ahora, ese mismo manual, se encuentra en la red digitalizado y aunque su acceso no sea abierto para todos, el simple hecho de que se encuentre en una plataforma web hace mucho mas sencilla la elaboración de búsquedas y el manejo de la información.
El agilizar los procesos no siempre es positivo puesto que hay ocasiones en las que sigue siendo imprescindible la intervención humana o de otros factores, aunque supongan más dificultad. Ha salido a la luz un caso en el que España había introducido un proceso monitorio que consistía en un procedimiento especial destinado a obtener la rápida resolución de litigios en los que se reclama el pago de una deuda cuando el demandado no se opone formalmente a la demanda y en el que el título ejecutivo judicial que pone fin al proceso monitorio es un decreto dictado por el secretario judicial. Sin embargo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado que este proceso monitorio para reclamar el cobro de una deuda sin la intervención de un juez es contrario a la directiva europea de 1993 sobre cláusulas abusivas en estos contratos. Esto quiere decir que muchas veces no es solo el facilitar procesos, sino que en primer lugar hay que respetar la legislación y en algunos casos el eliminar “intermediarios” y hacer más asequible un procedimiento podría no estar totalmente dentro del marco legal en el que queremos trabajar.
En España la modernización del sector legal va siendo cada vez más manifiesta. El pasado octubre se celebró en Barcelona un evento en el que esta ciudad se convirtió en la anfitriona del emprendimiento y la innovación en el sector legal. La aplicación ganadora del primer premio, fue a parar a Lawyers Survivors que permitía a un abogado saber en qué momento del proceso se encuentra y presentar una prueba válida. El evento fue el escenario de la gestación de tres proyectos de soluciones digitales para el sector legal. Por otro lado, también se presentaron propuestas muy interesantes y novedosas como Simplaw, aplicación que permite escribir un problema legal y utilizando palabras clave detecta qué tipo de abogado se necesita.
La abogacía es históricamente una profesión con una enorme capacidad de adaptación y es así por mera razón de ser. Un abogado debe adaptarse a los cambios legales, a los cambios procesales y a los usos sociales a la misma velocidad que estos suceden para poder atender a sus clientes de una forma efectiva y profesional, por lo que está en constante movimiento.
Si tuviera que presentar una innovación para el sector legal, mi enfoque apuntaría claramente hacia las nuevas tecnologías y, más concretamente, a los teléfonos móviles creando una aplicación que permitiera el intercambio de documentación confidencial entre abogado y cliente sin necesidad de hacerlo cara a cara con el objetivo de ahorrar tiempo y hacer más efectiva la recopilación de datos que fueren necesarios para el pleito.
Esther Gabilondo Mingote, actualmente estudia el doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas- ICADE.
Referencias