La innovación en el sector legal por Diego Alcalde Díaz

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Según el Diccionario Jurídico Elemental, la innovación es la “acción y efecto de mudar o alterar las cosas introduciendo novedades” (Cabanellas de Torres, 2016). Para mí la innovación supone progreso, avance, supone un hito que cambia el curso ordinariamente establecido hasta un momento determinado. El hombre debe arriesgarse para mejorar, si no fuese por la innovación, estaríamos estancados. Como decía Andre Gide, “el hombre no puede descubrir nuevos océanos a menos que tenga el coraje de perder de vista la costa”.

Si echamos un vistazo al ordenamiento jurídico español nos damos cuenta de que en el momento en que tenemos una sociedad humana habrá un Derecho (“ubi societas ibi ius”). Han primado, a lo largo de la historia las normas consuetudinarias pero siempre se ha tenido constancia de la mayor estabilidad y seguridad jurídica que aporta la norma escrita, es por ello, que hoy en día, la costumbre ha pasado a un segundo plano en nuestro ordenamiento jurídico, primando la norma escrita.

Hay que destacar, además, que los medios hoy en día son infinitamente más avanzados que en la Antigüedad, de modo que antes el conocimiento de la ley era complejo y solo un grupo reducido de personas tenían el conocimiento de la ley mientras que hoy en día, gracias al impacto de internet todo el mundo tiene acceso a las normas a través de internet y se ha incluido la obligación de publicar las leyes en el Boletín Oficial del Estado (BOE) al que todos tenemos acceso, de tal modo que una norma no entra en vigor hasta que se haga pública en este Boletín.

El otro día leí un artículo de la revista The Economist titulado “Wealth without workers, workers without wealth”. Este artículo hizo que me diera cuenta de la enorme influencia que está causando la, llamada por la misma revista, “revolución digital” en el mundo actual. De este modo, si bien internet ha globalizado y simplificado nuestra vidas por un lado, por otro las ha complicado de un modo que pocos entienden. Así, el desempleo actual no solo se debe a la época de recesión económica que vivimos sino también a que hoy en día hay muchos puestos de trabajo que son cubiertos por máquinas. Esos aparatos tecnológicos realizan el trabajo que realizaría un empleado de manera más eficaz y gratuitamente. Ahora bien, ¿esta “revolución digital” afecta al mundo jurídico?

Algunos defienden que difícilmente la tecnología podría influir en el sector legal dado que el jurista necesita, por la naturaleza de su profesión, ciertas habilidades profesionales con las que persuadir y convencer al receptor. Por tanto, no hablamos de sustitución, sino más bien de apoyo. Hoy en día, internet es un buen medio publicitario para juristas autónomos que quieren promocionar sus ofertas laborales para darse a conocer a un público mayor. La cercanía jurista-cliente se puede ver también en que hoy en día, los Ministerios, el Gobierno, la Fiscalía… Todo tiene página web que permite de nuevo aproximar al ciudadano a la ley y a los profesionales que se dedican a ella. Por tanto, en este sentido, no considero que internet afecte negativamente al sector legal, sino todo lo contrario, sirve de apoyo.

Hoy, el paradigma del abogado ha cambiado en la medida en que el abogado necesita publicitarse, necesita demostrar por qué sus servicios son mejores que los de su colega. Otra de las grandes innovaciones que se han dado en este sector es la aparición de los despachos de abogados internacionales que se encargan de la defensa del Derecho interno en otros países, como consecuencia del mundo globalizado en el que vivimos.

Por tanto, la innovación es necesaria y debemos dejar que siga su curso.