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Inmaculada Tapia

Madrid, 6 abr (EFE).- Los diseñadores de alta costura, creadores de tendencias desde Nueva York, París, Londres o Milán buscan también la mirada cómplice de los consumidores con menos poder adquisitivo lanzando colecciones cápsula, colaboraciones que sellan con firmas 'low cost'.

A mediados del siglo XX la alta costura se reinventó con el prêt-à-porter, el término que acuñó Pierre Cardin, y que sirvió para reflotar una industria asfixiada por la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, la alternativa del lujo pasa por acercarse a todos los consumidores, diseñando colecciones cápsula a precios asequibles, una colaboración que establecen con firmas 'low cost' que, a su vez, suben enteros al contar entre sus filas con un reputado creador.

Carmen Azpurgua de ISEM Fashion Business School (Universidad de Navarra) recuerda que fue el diseñador Karl Lagerfeld -en ese momento, director creativo de Chanel y de su propia firma- el primero que inició este tipo de asociaciones, al crear una colección para H&M en 2004, una marca que ha continuado con esta estrategia con Isabel Marat, Kenzo, Alexander Wang, Rabanne o Moschino.

La última en sumarse a esta línea de negocio, beneficiosa para ambas partes, ha sido la diseñadora británica Victoria Beckham, que se ha unido a Mango.

Con este tipo de iniciativas, "la gran distribución gana estatus y se separa del lastre del 'fast fashion'. Están trabajado mucho y muy bien en esa línea", explica Azpurgua a EFE, que ve en ello una manera aumentar su prestigio y separarse de la producción excesiva.

La habilidad de algunas firmas para adaptarse las ha ayudado a aumentar su cifra de negocio, como ha demostrado la cuenta de resultados de Inditex. Zara -su marca insignia- es un ejemplo de su cambio de estrategia firmando alianzas, la última junto a Harry Lambert, responsable de muchos de los 'looks' del popular cantante Harry Styles.

Además de la colaboración con Clarks, Susan Fang, además de con la marca surcoreana Ader Error y con Kassl Editions.

Azpurgua, profesora también de "Cine y moda" en ISEM, señala que las series coreanas son auténticas pasarelas de moda.

"La colocación de producto antes se hacia una manera discreta ahora es bochornoso", comenta divertida, subrayando que es al mercado asiático hacia el que se proyectan las firmas.

Este tipo de colaboraciones están tomando una "velocidad exponencial", advierte Azpurgua, y tienen que ver con "la transformación del lujo", que ha sido el sector "más reticente a adaptarse a los ritmos de consumo".

Advierte que, en las últimas décadas, el lujo "se ha lanzado a la arena" en busca de los milenial y la generación Z.

"Un nicho de negocio que no cultivaba al no disponer de poder adquisitivo", pero que ahora muestra interés por las marcas exclusivas.

"Están interesados y dispuestos a ahorrar", una circunstancia que no sucedía con generaciones anteriores.

"Que una joven luciera un chanel hace 30 años sonaba antiguo - apunta- ahora no", los buscan en tiendas de segunda mano o los compran aprovechando las colecciones cápsula en marcas de gran distribución.

Las firmas lo saben y, por ello, también crean segundas marcas con precios más competitivos y se posicionan donde están los prescriptores, los videojuegos o los festivales de música.

Es una inversión a largo plazo. "Un 'win-win' (ganar-ganar) total: el lujo accede a la gran distribución, gana volumen y cuota de mercado ante los milenial y Z, que, algún día, llegarán a tener poder adquisitivo", apunta la experta.

El británico Jonathan Anderson -creativo de Loewe y con marca propia- no lo ha dudado y colabora, desde hace varias temporadas con Uniqlo, ambos han presentado nueva colección "pensando en las necesidades del día a día", según han confirmado.

El creador norteamericano Thom Browne ha confeccionado una novedosa propuesta para la cadena de grandes almacenes Saks.

"Los modelos de negocio están cambiado", asegura Carmen Azpurgua, a que sorprenden alianzas, "a priori imposibles de imaginar hace un tiempo", como la triple entre el diseñador Palomo Spain, Swarovski y el agua Solán de Cabras, o la de algunas firmas espiritosas que 'visten' la botella con un diseño de autor.




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