El objeto de este post es realizar un informe acerca de la innovación en el sector legal, profundizando en el concepto y en su presencia dentro del mundo jurídico, así como en el estado actual de la técnica y las pequeñas innovaciones que los despachos de abogados están incluyendo en su día a día.
Para poder introducirnos en el mundo de la innovación en el sector legal es necesario definir en primer lugar el término “innovación” que se entiende como “aquel cambio que introduce alguna novedad o varias en un ámbito, un contexto o producto”. La innovación, que a primera vista puede parecer sencilla, no lo es, ya que detrás de este concepto se encuentran numerosos requisitos para que realmente se produzca. Así pues, debemos preguntarnos la siguiente cuestión ¿qué condiciones son necesarias para llevar a cabo el proceso innovador?
En primer lugar, para poder hablar de innovación, debemos hablar de personas, ya que detrás de toda idea innovadora está la mente de una persona humana. Dentro de cualquier sector son las personas las que están en contacto con la sociedad, son ellas las que conocen sus problemas y sus necesidades. Sólo las personas son capaces de aportar una serie de cualidades tales como la imaginación, la creatividad, la flexibilidad para adaptarse a los cambios… que son fundamentales a la hora de innovar.
En segundo lugar, son necesarios los recursos y dentro de estos, los hay de muchos tipos. Podemos distinguir entre recursos materiales, financieros, tecnológicos… Es evidente el porqué de su necesidad y es importante que se den todos para poder desarrollar la idea innovadora.
Por último, es necesario tener una buena estrategia para que el resultado sea óptimo y ganar una ventaja competitiva dentro del sector.
Tras esta breve exposición acerca de lo que es innovar y los requisitos necesarios para ello, cabe recalcar que hoy en día casi todo el mundo está de acuerdo con el hecho de que la innovación es más que necesaria. Esto se debe, por un lado, a que vivimos en la era digital en la que todo gira en torno a la tecnología y a la novedad y por otro a que nuestra sociedad no deja de cambiar. Si a esto le sumamos el hecho de que nuestra sociedad es la sociedad del consumo, del “usar y tirar” y del sometimiento a las modas, que son todo menos duraderas, realmente podemos afirmar que las empresas se han visto forzadas a cambiar, a sobresalir y por tanto a innovar.
Poco a poco vamos observando como cada vez se producen pequeñas innovaciones en el sector jurídico y llegará un momento, en que ya no serán pequeños cambios innovadores, sino que estos serán gigantescos y el sector legal será un mundo nuevo.
Uno de los primeros cambios innovadores que se produjo en el sector legal tuvo lugar en la década de los noventa con la llegada de los ordenadores a los despachos. A partir de este momento todos los documentos que antes estaban protegidos entre las cuatro paredes del despacho, pasan a estar en un dispositivo electrónico.
Este gran cambio que tuvo lugar en la mayor parte de los sectores, sirvió para desencadenar otros en nuestro sector, el legal. Por ejemplo, una innovación respecto a la forma tradicional de prestar servicios jurídicos es la que cada vez más bufetes anglosajones están llevando a cabo y que reciben el nombre de bufetes “low cost”. Uno de los despachos más conocidos y más prestigiosos que decidieron innovar y seguir este modelo es Axiom Law, entidad jurídica a la que la Universidad de Harvard ha dedicado un caso de estudio llamado “Getting down to business”.
Siguiendo un poco el mismo modelo que la anterior, surge un despacho llamado Axess Law, cuya peculiaridad se encuentra en el hecho de que sus oficinas se encuentran localizadas en algunas de las tiendas de la gran red de supermercados Walmart. De este modo cuentan con miles de clientes potenciales que visitan cada día estas tiendas alimenticias.
Son muchos más los casos que se podrían mencionar, pero con los anteriores es suficiente para ver que la innovación en el sector legal ha llegado para quedarse y aunque es una realidad que estas innovaciones no se van a producir del día a la mañana es sólo cuestión de tiempo.
Beatriz Martínez de Bedoya Jáudenes, estudiante de primer año del doble grado de Derecho y Relaciones Internacionales que ofrece la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE)
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