La innovación a lo largo de los últimos años se puede considerar como el factor indispensable para la mejora, el desarrollo, el éxito y la supervivencia de empresas, productos y servicios en una sociedad cada vez más competitiva, moderna, exigente y avariciosa.
Por ello, debemos considerar la innovación, en un ámbito general, como un elemento que da vida. Peter Drucker, el pensador más influyente del mundo en el campo de la administración de empresas, definió innovación como: la acción de dotar a los recursos con una nueva capacidad de producir riqueza; el medio por el cual explotar el cambio como una oportunidad para un negocio diferente (Drucker). Un cambio que sin duda no podemos percibir en el sector jurídico, nuestro ámbito a tratar.
Se puede llegar a pensar que en este tan antiguo sector no hay cabida para la innovación debido a lo complejo que resulta introducir novedades en el mismo. Sin embargo, debemos verlo desde otro punto de vista, como una oportunidad para dotar a los recursos que tenemos esa nueva capacidad con el fin de mejorar.
Generalmente se ha ligado la innovación con la tecnología, ya que es en este sector donde más relevancia ha tenido como podemos observar día a día en la vida social, y sobre todo en el mundo empresarial, con la aparición de internet y de los dispositivos móviles, a los que el sector jurídico se debe adecuar e introducir en sus respectivos ámbitos de actuación. Un gran avance sería instaurar un tipo de servicio de abogacía como una consulta rápida, fácil y accesible para el día a día de los ciudadanos con el fin de resolver los problemas cotidianos de los temas más comunes a través de éstas dos herramientas.
No obstante, alejándonos de la tónica de la idea que se tiene de innovación, más que una innovación tecnológica en el sector jurídico, que también, a mi juicio es igual de necesario la introducción de novedades no sólo en el canal de transmisión (como puede ser a través de aplicaciones informáticas para móviles inteligentes –apps- o servicios de consulta rápida) sino de novedades o mejoras en el ámbito sustantivo del sector jurídico, es decir, conseguir un mayor acercamiento de la sociedad a lo jurídico a través de su mayor entendimiento en el mismo. Conseguir que lo sustantivo, el lenguaje, sea más próximo y menos erudito sin perder su exactitud. Así se alcanzará como consecuencia un mayor interés del individuo por las normas que le rigen y por lo tanto un mayor cumplimiento, una lectura menos compleja y por lo tanto más rápida, en un mundo donde el tiempo es oro.
CONCLUSIÓN
En conclusión, este sector puede presentarse como una oportunidad importante para innovar, donde actualmente no se necesita ser un letrado o jurista para llevarla a cabo, como podemos observar en ejemplos como la reforma de ley sobre eventos en Madrid (gracias a una de las madres de las fallecidas en el Madrid Arena) haciendo saber que lo jurídico necesita cambios que se adhieran más a ésta sociedad competitiva, moderna, exigente y avariciosa en la que nos encontramos para su mejora y desarrollo en un ámbito legal y de Justicia.
Carlos Fierro Olalquiaga, estudiante de la Universidad Pontificia Comillas (ICADE), Grado en Derecho y Diploma en Business Law (E-1).