Esther Rebollo Madrid, 8 abr (EFE).- La escritora y periodista española Cristina Fallarás relata en su última novela, 'El final de todo esto", cómo las mujeres se van agrupando y aislando para huir de las violencias machistas y alerta de la violencia institucional que sufren, que califica de "aterradora".
"En este país, y en la mayoría, la violencia institucional es aterradora, como una película de Stephen King", afirma Fallarás en una entrevista con EFE.
Este tipo de violencia es uno de los ejes de su novela, cuyo argumento basa, asegura, en casos reales. "Imagínense, el papá viola a la niña o al niño, tú lo denuncias ante los juzgados o la Policía y te quitan a tu hija con ocho o diez años, cuando necesita más que nunca el amparo de una madre porque se están poniendo en evidencia las agresiones sexuales vividas".
"¿Por qué te han quitado a tu hija y te han retirado la custodia?, porque lo has denunciado. Así funciona el sistema. Solo se retira el 12% de las custodias a padres maltratadores, es decir, el 88% de ellos tienen a su hija o hijo al lado mientras el juez determina. Esto es atroz", argumenta.
Reconoce, así, sus ganas de "cometer actos ilegales": "Soy muy partidaria desobedecer la orden de un juez, de cometer el delito que supone no entregar a tus hijos al padre maltratador. Quizás acabas en la cárcel. Yo me los llevaría a un país donde no haya convenio para devolverte".
Fallarás también lanza un ataque a los medios de comunicación cuando se le pregunta por las redes sociales: "Las redes son espacios y medios de comunicación de masas, y en eso radica su utilidad. Los medios tradicionales (...), el cine y la industria editorial no han sido espacios de información, sino de creación de silencios".
Violencia radical
La escritora, una de las referentes del feminismo español, cuenta en su último libro cómo se van agrupando las mujeres en comunidades para sobrevivir, cuidarse y alejarse de las violencias que las acechan. Esta obra es un grito contra la violencia, especialmente contra la que se ejerce sobre las madres que protegen a sus hijas de padres maltratadores y violadores.
También es un alegato contra una sociedad machista en la que los hombres, según describe, usan a las mujeres para provocarles dolor.
Pero "no es una distopía", pese a que se narra desde el futuro. "Es lo que estamos viendo: la violencia más radical en la historia de la humanidad", afirma.
"Nunca antes, jamás, las mujeres habíamos narrado las condiciones en las que vivimos y mucho menos la violencia que recibimos. Ahora lo estamos narrando, millones en solo cinco años, con el #MeToo, el #Cuéntalo, el #SeAcabó y el 'BalanceTonPorc’ francés. Pero no pasa nada", lamenta la autora.
Por eso, "las protagonistas de mi novela se apartan, algo que ya está sucediendo en el mundo, son mujeres que deciden vivir juntas y apartadas". El final de la novela, advierte Fallarás, "es una hecatombe".
El libro también trata sobre el uso de los cuerpos de las mujeres y de la utilización, cada vez mayor, de muñecas sexuales de materiales blandos -'sex dolls'-, que expulsan sangre cuando son golpeadas, fluidos macabros o incluso aromas que evocan la niñez.
La maternidad, como regalo y castigo
La maternidad está presente en toda la obra, al igual que en la propia vida de la escritora: "Una vez que eres madre no dejas de serlo, como regalo y como castigo. Vivimos en una sociedad que castiga brutalmente la maternidad, para mantenernos trabajando sin cobrar y crear mecanismos de lucro. Blancos machos nos han usado. La maternidad es un asunto económico, es la herramienta del patriarcado para someternos.
"La usan para recluirnos y castigarnos económicamente. Yo me hago cargo de mi hijo y de mi hija. ¿Quién me paga ese trabajo?. Nadie, ni a mi, ni a la inmensísima mayoría de las madres de este país, me atrevo a decir al 99,9999%", incide.
Entre Tarantino y Almodóvar
Cristina Fallarás dice entre risas que ya le han comentado que su novela está entre Tarantino y Almodóvar. Y tienen razón, porque hay muchas mujeres, humor macabro y violencia. De hecho, las protagonistas están inspiradas en sus "comadres", sus amigas convertidas en familia, mujeres resistentes.
"El final de todo esto" es "un homenaje a mis comadres, a las mujeres que me rodean y que me han salvado la vida".
No hay comentarios.