Carpeta de justicia

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La Comisión Nacional del Mercado de Valores nos ofrece unos consejos que resultan muy útiles para protegernos frente a los denominados “chiringuitos financieros”, es decir, aquellas entidades que prestan servicios de inversión sin estar autorizadas para hacerlo.

Esto constituye un grave riesgo para nuestros ahorros, no únicamente por tratarse de entidades que no están sujetas a las normas que regulan los mercados de valores ni a los estrictos controles existentes por parte de los organismos supervisores, sino porque en la mayoría de ocasiones nos encontramos ante un auténtico fraude, es decir, se trata de una tapadera que lo que busca es apropiarse del capital de aquellos inversores que caen en sus redes, detalla el abogado de ARAG, Javier Sanguino.  Hay que tener en cuenta además que estas entidades no están por supuesto adheridas al Fondo de Garantía de Inversiones por lo que los inversores no están en ningún caso protegidos frente al riesgo de insolvencia de la entidad.

El primer consejo, por lo tanto, es básico. Hay que verificar en primer lugar si la entidad está autorizada,  solicitar siempre información por escrito y en caso de duda ponerse en contacto con la oficina de Atención al Inversor de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Lo siguiente que hay que tener muy en cuenta es conocer la operativa habitual de este tipo de sociedades.  Identificar las técnicas habituales de captación de clientes puede ayudarnos a reconocer posibles señales de alarma, que nos hagan ser especialmente cautos antes de decidirnos a invertir nuestro dinero.

Estas entidades suelen ponerse en contacto a través de llamadas o correos inesperados en los que se ofrece el acceso a productos financieros complejos normalmente en mercados extranjeros, ofreciendo una alta rentabilidad con un riesgo limitado.

Otra de las pautas habituales es la urgencia. Estas entidades suelen presionar, a veces de manera muy insistente,  para que el cliente adopte una decisión de manera  inmediata para así aprovechar presuntamente las oportunidades que ofrece el mercado en esos momentos, exigiendo que el dinero se desembolse lo antes posible mediante ingreso en una cuenta corriente, muchas veces en el extranjero y a nombre de una sociedad no española.

Otro de los aspectos que nos ha de llevar a desconfiar es que la información facilitada sea poco clara, incomprensible y llena de tecnicismos a pesar de una apariencia rigurosa, y que se muestren reacios a responder a las posibles preguntas del inversor, insistiendo que la relación propuesta se ha de basar en la mutua confianza y en su condición de expertos en la inversión propuesta.

Hay que ser muy cautos también  en relación a las ofertas a través de internet, cuando se trata de ofertas no solicitadas previamente por el inversor y desconfiar siempre si la entidad menciona no utiliza el logo de la CNMV, ya que hay que recordar que este organismo en ningún caso recomienda ni invita a realizar una determinada inversión.  También hay que huir por supuesto de aquellas propuestas basadas en esquemas de tipo piramidal, en los que se vincula la rentabilidad a la captación de otros clientes por parte del inversor.

Si a pesar de todos estos consejos, explica el abogado de ARAG, acabamos entregando el dinero a alguna de estas entidades, es muy importante estar atentos para reaccionar lo antes posible ante posibles señales de que algo no va bien, como por ejemplo, que la persona de contacto se vuelva inaccesible y no conteste a nuestros requerimientos, que no se nos facilite información posterior sobre el estado de la inversión o que no se atiendan las solicitudes de reembolso que el cliente realice.

En estos casos es conveniente mostrarse firmes y solicitar de inmediato que procedan a devolvernos el dinero, amenazando incluso con emprender acciones legales o denunciarlos ante las autoridades competentes.  En ningún caso hay que seguir realizando aportaciones si no queremos seguir perdiendo dinero, ya que es muy habitual  que la respuesta que se facilite es que la inversión no ha ido como se esperaba y que al existir pérdidas no conviene en ese momento deshacer posiciones sino por el contrario aumentar la inversión para aprovechar un inminente cambio de tendencia.

El último consejo es que, si nos encontramos ante alguna de estas situaciones, procedamos de inmediato a ponerlo en conocimiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores  y denunciar estos hechos ante la policía o el juzgado competente.

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