UGT alerta sobre la brecha digital de nuestro país y denuncia que España desperdicia, además, su talento tecnológico, pues los jóvenes especializados en tecnologías emigran en busca de trabajos de calidad. Destaca que sólo el 23% de las empresas forma a sus plantillas en competencias digitales y que estamos a la altura de Madagascar o Túnez, en inversión formativa en el entorno empresarial en esta cuestión. Por otro lado, la formación a los desempleados en habilidades digitales es casi inexistente y el gasto que destina el Ministerio de Educación a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es únicamente de un 2%.
El sindicato demanda crear un referente gubernamental que coordine y asuma responsabilidades que tienen que ver con la transformación digital, impulsar un cambio de modelo productivo que genere empleos de calidad, para retener a los jóvenes, y recursos e inversiones adecuadas para afrontar una reconversión digital de la fuerza laboral, a todos los niveles: a nivel educativo, en política activas y en formación continua.
UGT, que ha participado en el 31º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones: La realidad digital de España”, a través de su representante, José Varela, alerta sobre la falta de concienciación política y social para acometer la transformación digital de forma urgente, algo que no ocurre en el resto de los países europeos. El sindicato denuncia las deficiencias en materia digital de nuestro país.
España desperdicia su talento tecnológico. En 2014 (último año disponible para confeccionar las comparativas), en España se graduaron 1.138 personas en matemáticas, ciencias técnicas e informática y destruyó 106.000 empleos de expertos en TIC. En el mismo periodo, Francia redujo su rango de titulados en estas materias, pero creo 105.000 empleos TIC y Alemania amplió el número de graduados en 3.454 y creo 47.700 empleos TIC.
Los datos constatan que nuestros jóvenes especializados en tecnología emigran porque los trabajos que se les ofrecen en España no son de suficiente calidad para seducirlos, ni salarialmente, ni por estabilidad, ni por derechos, ni por protección social.
En España el empleo dedicado a tareas TIC está muy por debajo de la media Europea. Nuestro país solo dedica un 3% de su masa laboral a especialistas TIC, lo que nos coloca en la posición 18ª de la UE 28, lejos de la media europea (casi un 4%) y muy lejos de países como Reino Unido, Francia o Alemania. Además, el porcentaje de españoles empleados en el ámbito de la ciencia y la tecnología y el porcentaje de la población activa, en esta materia, es tan bajo, que solo superamos a Grecia y Rumania: el resto de Europa tendría más personal dedicado a tecnología. En cuanto a la trayectoria, no hemos mejorado nada en la última década, cosa que sí han hecho otros países como Alemania (en 2007 tenía el mismo porcentaje de especialista en TIC que España, 10 años después está en la media europea). Esta ausencia de masa crítica de empleo TIC no conforma un ecosistema que retroalimente de forma sostenible a nuestra Economía Digital y frena nuestra capacidad para innovar y transformarnos.
La Brecha Digital Laboral que sufre nuestro país es de las más grandes de Europa y la principal barrera que tiene nuestra economía para adaptarse a la nueva realidad digital. Por ejemplo, la mitad de los trabajadores españoles no usan una conexión a Internet en su trabajo y sólo un 23% de las empresas forman a sus plantillas en competencias digitales. El principal indicador de digitalización mundial (el Network Readiness Index de 2016, confeccionado por el Foro Económico Mundial) señala que estamos a la altura de Madagascar o Túnez en inversión formativa en el entorno empresarial.
Por otra parte, el desconocimiento de nuestros dirigentes hace que la formación a los desempleados en habilidades digitales sea casi inexistente. Sólo el 15 % de los parados han usado en alguna ocasión Internet. Además el gasto en TIC del Ministerio de Educación es únicamente de un 2%.
Una brecha también de género. Hay que destacar la escasísima presencia de la mujer en los entornos laborales dedicados a la tecnología. La proporción de mujeres matriculadas en estudios de ingeniería no supera el 26% (menos de un 28% del total de ingenieros graduados son mujeres). Su participación no supera el 13% de los graduados en ciencias y matemáticas en tecnología. Además, únicamente un 0,6% de las mujeres graduadas en educación superior eligieron como campo de estudios las TIC y, en 2015, sólo el 17,4% de los especialistas en TIC son mujeres (con un descenso de dos puntos respecto a 2005). En resumen, la presencia femenina en actividades tecnológicas no alcanza ni un tercio de la masa laboral.
Y esto a pesar de que en un futuro nada lejano el 90% de los puestos de trabajo necesitará manejar competencias digitales, tal y como avanzan numerosos expertos.
UGT demanda:
- Crear un referente gubernamental, ya sea un Ministerio o un Alto Comisionado, que coordine y asuma responsabilidades en todo lo referente a cuestiones de transformación digital.
- Generar ofertas de trabajo de calidad, con buenos salarios y con derechos sociales para retener a nuestros jóvenes.
- Atraer a las mujeres a este sector. Sin mujeres tecnólogas, sin ingenieras, sin mujeres licenciadas en matemáticas o físicas, nuestro país no tiene futuro. Necesitamos, imperiosamente, atraer a las mujeres a las TIC. Para conseguirlo, necesitamos construir una sociedad basada en la igualdad de oportunidades, que tenga como pilar irrenunciable la conciliación personal y laboral, desterrando, en definitiva, cualquier estereotipo de género de tipo profesional o familiar.
- Conformar un proceso de reconversión digital de la fuerza laboral. Esto implica: potenciar la formación continua en los puestos de trabajo; actualizar la Educación Académica reglada a las demandas del mercado de trabajo y de la sociedad; y establecer auténticas políticas activas de empleo, que permita a los desempleados formarse en nuevas tecnologías para facilitar su acceso al mercado de trabajo.
El sindicato hace un llamamiento a las Administraciones Públicas para que se pongan a la tarea ya. Hay que trazar un plan de adaptación de nuestra economía a una realidad que ya no es futuro, sino que es presente. De no hacerlo nuestro país se quedará atrás. Necesitamos implicación, sensibilización, conocimientos y altura de miras para poner a nuestro país en el lugar que merece.
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