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  • La crisis del “dieselgate” de Volkswagen es un gran ejemplo de cómo las empresas pueden superar las consecuencias de sus errores más graves, e incluso de sus delitos, aplicando medidas enérgicas de compliance, que les permitan reducir los daños, limpiar su organización y recuperar la confianza del mercado.
  • Diego Cabezuela, senior partner de Círculo Legal, asegura que "los sistemas de compliance no son solo medicina preventiva, también son una excelente cirugía, cuando el enfermo quiere curarse y colabora".

El caso Volkswagen, denominado del dieselgate, del que la entidad ha sabido recuperarse y volver al primer plano empresarial en un  tiempo récord, ha puesto en valor la importancia del compliance como una herramienta de apoyo y, cuando llega el caso, de auténtica salvación para las empresas, asegura el senior partner del despacho Círculo Legal, Diego Cabezuela.

El abogado ha señalado que el sistema penal español "ha convertido a las empresas en sus mejores agentes de prevención del delito", y ha indicado que cuando las empresas tienen problemas, el sistema "las tiende la mano, como a un hijo pródigo, para que vuelvan a la senda de la ley".

Cabezuela ha explicado que este retorno solo es posible "después de una severa penitencia y de comprobar que se han sometido a un intenso proceso de autolavado ético y organizacional".

"La noticia supuso un escándalo reputacional devastador. La cotización de las acciones de Volkswagen se desplomó y todos los que confiaban en la marca se sintieron traicionados", ha recordado Cabezuela sobre el impacto inicial del escándalo.

Una recuperación “milagrosa”

Sin embargo, el abogado ha destacado la capacidad de recuperación de la empresa: "Volkswagen parecía al borde del K.O., pero no solo no se desplomó, sino todo lo contrario, fue capaz de encajar los golpes, tirar la basura y poner en marcha una profunda transformación".

Cabezuela ha detallado que Volkswagen se comprometió a una severa modificación de su estructura organizacional, implementando "300 reglamentos y políticas internas" que mejoraban sus sistemas de prevención y control.

"Las heridas de su reputación tardarán en curar, pero sus acuerdos con el Departamento de Justicia se tradujeron en una auténtica catarsis de ética y cumplimiento de la ley, que le permitió reconciliarse con el mercado", ha manifestado el abogado.

El senior partner ha enfatizado que "los sistemas de compliance no son solo medicina preventiva, también son una excelente cirugía, cuando el enfermo quiere curarse y colabora".

Finalmente, Cabezuela ha comparado el caso Volkswagen con el de Enron, señalando que este último "marcó un antes y un después en la historia del compliance y precipitó su definitivo desembarco en el escenario empresarial




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