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  • Con motivo del Día Internacional de la Educación, el Adecco Group Institute quiere poner en valor la educación como aspecto clave para acceder a un empleo y conocer los datos que ratifican la importancia de la formación a la hora de encontrar un trabajo.
  • Según el Instituto Nacional de Estadística en el año 2019 en España el abandono temprano de la educación (personas de 18 a 24 años que no ha completado la educación secundaria) alcanza la cifra del 21,4% para los hombres (la más alta de todos los países de la UE) y del 13% para las mujeres (uno de los más altos de la UE, solo superado por Bulgaria, Malta y Rumanía).
  • En el último año, en nuestro país solo ha crecido el número de ocupados con estudios superiores, mientras que se ha reducido el de aquellos con niveles educativos inferiores. La pérdida de empleo ha sido más grave cuanto menor era el nivel educativo. Han sido contratadas 38.900 personas con formación superior (+0,4%). Esas contrataciones contrastan con el despido de 162.600 personas con educación primaria (-15,5%).
  • Los titulados universitarios siguen siendo los candidatos más demandados por las empresas en sus ofertas de empleo. Durante el último año, una titulación universitaria está presente como requisito en cuatro de cada diez ofertas de empleo (38,8%).

Este domingo se celebra el Día Internacional de la Educación, una efeméride que, según la UNESCO, pretende conmemorar la importancia del papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo. La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva. El tema de esta edición será “Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19”.

En este contexto, el Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, quiere poner en valor la educación como aspecto clave para acceder a un empleo y conocer los datos que ratifican la importancia de la formación a la hora de encontrar un trabajo.

Según el Instituto Nacional de Estadística en el año 2019 en España el abandono temprano de la educación (personas de 18 a 24 años que no ha completado la educación secundaria) alcanza la cifra del 21,4% para los hombres (la más alta de todos los países de la UE) y del 13% para las mujeres (uno de los más altos de la UE, solo superado por Bulgaria, Malta y Rumanía).

A pesar de estas cifras, el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) Panorama de la Educación 2019 destaca que la población adulta española con estudios superiores a los obligatorios alcanza el 60,2%.

La educación y formación es el principal condicionante de la empleabilidad, la capacidad de un profesional para incorporarse al mercado laboral, así como su facilidad para mantener una posición estable a lo largo del tiempo.

Según el mismo informe de la OCDE, cuanto más elevado es el nivel educativo, mejores son los resultados en empleo y salarios. En 2018, la tasa de empleo en personas con estudios superiores en España alcanzó el 78%.

En los últimos años se ha pasado de percibir la formación como una mera herramienta para la adquisición de conocimientos a contemplarla como una actividad continua, focalizada en el desarrollo de capacidades que garanticen la empleabilidad.

En este sentido, Javier Blasco, director del Adecco Group Institute, señala que: “la importancia estratégica de potenciar un modelo de recualificación para adaptarse a los cambios venideros, y la necesidad coyuntural de reorientación profesional en los sectores más castigados por la pandemia, nos dan luz sobre el potencial de la formación para el empleo. No se trata sólo de las necesidades derivadas de la transformación digital, si no que en unos meses volveremos a identificar carencias de personal cualificado tanto en sectores en crecimiento como en sectores que ahora parecen irrecuperables, como la hostelería o el comercio”.

“Tenemos la necesidad de superar la tradicional desconexión entre formación y oferta de empleo. No son sostenibles tasas, tan contradictorias como elevadas en nuestro país, como son la sobrecualificación o el abandono escolar. El esquema español de cualificaciones está en continua actualización, y gracias a la colaboración público-privada -tanto en el entorno educativo como de ocupación- y a la potenciación de las políticas activas de empleo, podremos ser capaces de salir reforzados de esta crisis, poniendo como vector de competitividad el talento de nuestras personas trabajadoras”, valora Blasco.

La ocupación según el nivel educativo

Como ya se vio hace unos días, en el VIII Monitor Anual Adecco de Ocupación, la pandemia ha hecho desaparecer prácticamente todos los empleos creados en los dos años anteriores pues en el último año se han destruido 697.400 puestos de trabajo (-3,5% interanual),

En los últimos cuatro trimestres, solo ha crecido el número de ocupados con estudios superiores, mientras que se ha reducido el de aquellos con niveles educativos inferiores. La pérdida de empleo ha sido más grave cuanto menor era el nivel educativo.

Han sido contratadas 38.900 personas con formación superior (+0,4%). Esas contrataciones contrastan con el despido de 162.600 personas con educación primaria (-15,5%), 457.700 personas con la primera etapa de la educación secundaria (-8,5%) y 116.000 personas que cuentan con la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP (-2,4%).

Desde este ángulo, los 19,2 millones de ocupados españoles se desagregan en 884.400 con no más que educación primaria, 4,9 millones con la primera etapa de la secundaria, 4,6 millones con segunda etapa de formación secundaria o FP y 8,7 millones con formación superior.

Empleabilidad y formación

Si los datos anteriores son de por sí elocuentes acerca de la importancia fundamental de la educación como medio de maximizar las oportunidades de empleo, eso queda aún más evidenciado cuando se tiene en cuenta el nivel formativo solicitado en las ofertas de empleo, según se recoge en el último Informe Infoempleo Adecco: Oferta y Demanda de Empleo en España.

Un mercado laboral en plena transformación como el actual necesita profesionales preparados y dotados de las competencias adecuadas para desarrollar sus carreras en un escenario cambiante. En este contexto, los titulados universitarios siguen siendo los candidatos más demandados por las empresas en sus ofertas de empleo. Durante el último año, una titulación universitaria está presente como requisito en cuatro de cada diez ofertas de empleo, o lo que es lo mismo, el 38,8% de las ofertas tiene, entre sus requisitos, que el candidato haya ido a la universidad. Una opción -la educación universitaria- que, sumada a un nivel todavía superior, el de los estudios de máster y/o postgrado, supone recibir el 42,7% de las ofertas de empleo generadas en el último año en nuestro país.

Sin embargo, los que tienen únicamente la Educación Secundaria Obligatoria siguen siendo los candidatos menos demandados por las empresas en sus ofertas de empleo. Durante el último año, solo el 9% de las ofertas ha recogido entre sus requisitos que el candidato cuente solo con el Graduado Escolar o similares, sin otra formación superior. 

La OCDE apuesta por la Formación Profesional para facilitar el acceso del alumnado al mercado laboral. El estudio Panorama de la Educación 2019 destaca que la FP se considera más efectiva para desarrollar habilidades que permitan acceder antes al mercado laboral. Según los datos recogidos, solo el 18,7% del alumnado español de 17 años elige la FP en la segunda etapa de la Educación Secundaria.

Según el Informe Infoempleo Adecco: Oferta y Demanda de Empleo en España la FP es la formación no universitaria más demandada en nuestro país: un 38,76% de las ofertas de empleo así lo indica. Por muy poca diferencia, las ofertas que demandan título universitario superan a las que requieren título de FP.

Continuando con el siguiente nivel formativo, el máster y/o postgrado es un diferenciador en la empleabilidad, ya que además del porcentaje que se pide de forma expresa en las ofertas de empleo, en igualdad de condiciones de dos candidatos, los técnicos de selección elegirán al que tenga este tipo de formación superior de especialización.

El máster y/o postgrado cumple dos funciones en la inserción laboral. Por una parte, potencia el acceso al primer puesto de trabajo y, por otra, facilita la mejora de la categoría profesional en profesionales con experiencia.

En el global de ofertas de empleo publicadas en el último año, el 3,55% incluían entre sus requisitos la necesidad de contar con estudios de postgrado, un aumento que multiplica por más del doble el valor cosechado en 2018 (1,4%). Tomando como referencia el conjunto de ofertas dirigidas a candidatos con carrera universitaria, paso previo necesario para la realización de un título oficial de postgrado, el porcentaje aumenta hasta el 8,4%. La cifra alcanza el 39,1% cuando se trata a este tipo de formación superior no como requisito, sino como generador de un valor diferencial para una candidatura.

El auge en la demanda de candidatos con este tipo de formación responde principalmente al hecho de ser la única vía de acceso al ejercicio de determinadas profesiones que, por su naturaleza o por imperativo legal, requieren contar con un título específico de máster (abogacía, la enseñanza en ciertos niveles, la arquitectura, determinadas ingenierías, etc.), y a una mayor demanda para las vacantes de categorías gerenciales.




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