- La Fundación Legálitas recoge la opinión de una veintena de profesores y encuesta a más de ocho mil padres y madres en las redes sociales, para determinar los mayores problemas relacionados con la brecha digital durante la crisis sanitaria.
La Fundación Legálitas, en su compromiso con la educación de los más jóvenes, ha estudiado los principales desafíos -en especial, los relativos a la brecha digital- que suponen las clases a distancia, como consecuencia del confinamiento motivado por la crisis sanitaria, tanto desde el punto de vista de los profesores, como de los alumnos y familias, y que ha situado a los niños y jóvenes más vulnerables de nuestro país en una situación, si cabe, aún más complicada debido al cierre de centros educativos para frenar el contagio y la expansión de la COVID-19.
Y es que no solo los hogares sin acceso a internet, sino miles de familias están haciendo frente a dificultades para que sus hijos puedan realizar sus clases en línea, tales como la falta de medios o de experiencia en esta modalidad y la conciliación con el teletrabajo de manera simultánea.
Para esclarecer esta realidad, la Fundación Legálitas ha recogido la opinión de más de una veintena de docentes de colegios concertados y públicos a lo largo de toda la geografía española, y ha realizado una encuesta en redes sociales, con más de 8.000 respuestas de padres y madres de jóvenes y niños en edad escolar.
Falta de medios tecnológicos y compaginar el teletrabajo
Padres y profesores coinciden: los principales desafíos digitales de las clases a distancia durante el confinamiento son la falta de medios tecnológicos y tener que compaginar el teletrabajo de los padres con la supervisión de las clases de los niños.
En las redes sociales, la dificultad para conciliar las clases de los niños con el teletrabajo de los progenitores ha sido la principal respuesta elegida por el 32,7% de los 8.363 padres y madres que contestaron en Twitter a la encuesta de la Fundación Legálitas, seguida de la opinión en la que el colegio no ha aportado suficientes recursos, con un 31,5% de respuestas.
Los profesores, por su parte, han coincidido en señalar estos dos mismos desafíos como los principales de la brecha digital educativa durante el confinamiento y las clases en línea. Hasta un 60% de los preguntados por la Fundación Legálitas han afirmado que la falta de ordenadores para alumnos ha supuesto un inconveniente, puesto que algunas familias no disponen de suficientes portátiles o equipos para cada persona, si bien estos mismos docentes han afirmado que el centro sí ofreció a los profesores recursos tecnológicos, aunque la mayoría optara por utilizar sus equipos personales.
En este sentido, para poder desarrollar las clases, la mayoría ha visto necesario adaptarse y han buscado una combinación de varios recursos, tales como diferentes plataformas educativas y medios de telecomunicación: aplicaciones, correos, mensajes e incluso llamadas por teléfono, en casos excepcionales en los que los alumnos no estaban localizables.
Además, varios de los educadores coincidieron en que el teletrabajo de los padres ha sido asimismo un reto, puesto que ciertos alumnos se han visto en la obligación de turnarse con sus padres y hermanos para utilizar los mismos equipos y, de esta manera, intentar cumplir con sus respectivas obligaciones laborales y educativas.
Falta de medios propios para las clases en línea
En redes sociales, un 19% de respuestas hace referencia a la falta de medios propios de las familias para desarrollar sus clases a distancia, opinión que comparten, en parte, también los profesores preguntados.
Algunas otras carencias mencionadas por los maestros han sido la conexión a internet, así como una saturación en las plataformas utilizadas para impartir clases y, en menor medida, el desconocimiento de las herramientas digitales. Por su parte, los profesores afirman haber procurado proporcionar alternativas para aquellos alumnos sin medios, tales como, por ejemplo, hacer las actividades en un cuaderno físico y enviar los resultados por foto mediante un correo electrónico desde un teléfono móvil.
Varios de los profesores contactados coinciden en que, si bien la mayoría de los alumnos ha dado “señales de vida” de una manera u otra, existe un pequeño porcentaje que no lo ha hecho, principalmente, debido a la escasez de medios propios, bien porque no disponen de wifi o porque no tienen las herramientas adecuadas para acceder a las clases virtuales.
Otros docentes señalan la dificultad de algunos alumnos para seguir las clases debido a su complicada situación personal; las circunstancias económicas de muchas familias están en un momento crítico debido a la situación actual, lo cual, tal como explica un maestro, “ha provocado que muchas familias se vean en una situación económica que les ha obligado a priorizar diversos aspectos de su vida”. Esto ha llevado a que la realización de las tareas escolares de los hijos “no haya sido, y muy comprensible, la prioridad.”
En la misma línea, otro educador mencionó el papel de las desigualdades económicas, afirmando que “esta situación ha golpeado a los niños más desfavorecidos y provoca que las diferencias sean cada vez más grandes y patentes”.
Falta de conocimientos
En último lugar, un 16,9% de los padres y madres que han contestado la encuesta en redes sociales consideran que el principal problema para que su hijo o hija atienda las clases del colegio se debe a falta de conocimientos. Esta opinión se comparte con los docentes, quienes, sin considerarlo el mayor problema para las clases en línea, sí han hecho referencia a las dificultades que muchos se han encontrado debido al desconocimiento de las plataformas y poca experiencia utilizando las mismas. Otros educadores han mencionado “la baja competencia digital de las familias”, así como “su escaso nivel cultural”.
Tal como expresa una docente, un importante obstáculo ha sido la presión motivada por que, tanto profesores como alumnos, se adaptaran “en un solo día a esta forma de trabajo”, y es que, como afirma, todos han necesitado un período de aprendizaje y adaptación.
Sin embargo, queda claro que esta situación, tan imprevisible como disruptiva, ha supuesto todo un desafío para profesores, alumnos y sus familias, pero la mayoría ha sabido sobrellevarla de una manera admirable, buscando soluciones creativas y diferentes para cada caso.