Ana María Castro Martínez
No puedo evitar mostrar mis gustos y preferencias personales cuando escribo porque parten y regresan siempre a lo que soy, a la persona en que me he convertido tras duras batallas a lo largo de mi existencia, unas ganadas y otras perdidas, pero todas luchadas. Soy adepta a los tatuajes, no puedo negarlo, partidaria total de su práctica, básicamente por el beneficio que aporta tal milenaria técnica a las personas que usan de la misma. Y más, a las personas con discapacidad. Me parece un arte encomiable, tinta sobre lienzo de piel, que produce una positividad sin igual a quién lo porta.
Escribió Jack London: "Muéstrame un hombre con un tatuaje y te mostraré un hombre con un pasado interesante”. Dejemos la literatura y analicemos las aportaciones en positivo del tatuaje al mundo de las personas con discapacidad.
A las mujeres con cáncer de mama a las que se ha extirpado el pecho por completo, con la reconstrucción de la aureola y el pezón a través de esta técnica se logra hacerlas iguales en morfología al resto de mujeres. Lo que se consigue no es exclusivamente estético. El cambio que provoca en su autoestima sólo produce efectos positivos. Tras la mastectomía cuesta mucho recuperarse en ese espacio de feminidad exigido por el entorno que rodea a la mujer. Es un esfuerzo personal sin parangón la adaptación a la nueva situación sin un miembro con el que siempre has convivido. Para ello, el tatuaje les ayuda en ese proceso de aceptación de sí mismas, tanto físico como psicológico, de generación de confianza en ellas tras un proceso de amputación doloroso asociado al propio hecho de ser mujer. Se comenzó con micropigmentación, continuando con el tatuaje clásico estético con fines terapéuticos y, actualmente, el tatuaje en 3D con infinidad de sombras simulando incluso las glándulas areolares y el color natural del pezón. L@s profesionales que lo realizan están formados para tal técnica, por ello, cuando realizan estos tatuajes reparadores ponen todo su interés en la perfección del resultado de su obra dado que redunda en un gran bienestar de la mujer sobre la que han trabajado respetando el dolor contenido tras la amputación y liberándolas del mismo cuando el trabajo está terminado y la mujer satisfecha. Con el tiempo, los avances en materia de derechos sanitarios han dado paso al tatuaje clínico donde la Seguridad Social en España incluye en su cartera de servicios la llamada reconstrucción mamaria que ha ido desde la micropigmentación con sus inconvenientes (borrado al cabo del tiempo, pérdida de color, reingreso hospitalario, trastorno psicológico…) hasta el tatuaje permanente. Tal servicio sólo se presta en algunos centros públicos por lo que es de recibo peticionar firmemente que se extienda a más centros hospitalarios de nuestro territorio, al menos uno por Comunidad Autónoma, o se centralice en varias unidades hospitalarias y se remitan allí a las mujeres que lo necesiten. Desde aquí un llamamiento a las autoridades sanitarias para que doten de presupuesto las suficientes unidades hospitalarias para asistir en estos términos a las mujeres que lo necesiten y deseen y que todo el proceso sea gratuito.
A las personas que han tenido que utilizar tratamientos oncológicos varios como la quimioterapia o radioterapia donde, como consecuencia de su administración, les ha provocado como efecto secundario la caída del pelo, utilizan el tatuaje para perfilar cejas mostrando el rostro un aspecto más saludable y armonioso redundando en una mayor autoestima en la persona y una mayor aceptación del otro al ser el aspecto exterior mucho más agradable, o la simulación de pelo en zonas que se han despoblado de vello corporal aportando naturalidad y un favorecedor efecto estético.
Para casos de cáncer de labio o boca donde llagas pueden provocar deficiencias externas visibles en los labios haciéndolos más finos o deformados se puede acudir a la técnica para definir el contorno haciéndolos más naturales y con buen aspecto.
Cuando tras dolencias en los ojos o zona ocular se deforman los párpados se acude al tatuaje para definir la línea de los ojos.
A las personas que padecen vitíligo o despigmentación de la piel provocada por enfermedades el tatuaje les aporta que se pueda realizar una intervención sobre la zona quedando la misma tapada por el diseño tatuado generando así mayor seguridad en la persona que lo padece.
Las personas que tienen quemaduras en la piel pueden tatuarse sobre la misma para cubrir la zona y que pasen inadvertidas al resto.
A las personas que tienen cicatrices con mal aspecto exterior provocadas por heridas o intervenciones quirúrgicas, que deteriora negativamente su imagen, se utiliza el tatuaje para cubrir la zona de la cicatriz y que no se vea exteriormente la zona dañada, haciendo sentir bien y con seguridad a la persona dado que no sufrirá el rechazo del otro al no poder apreciarse a simple vista.
Pero ¿cuál es la relación entre persona con discapacidad y el tatuaje? ¿y el fundamento jurídico?
La persona con discapacidad, las que pertenecen a los colectivos nombrados en los párrafos que anteceden, están en desigualdad con el resto de personas, y más hoy, en esta sociedad que cada vez exige una imagen externa perfecta y no tenerla es una barrera más que se nos pone delante. El tatuaje hace que se genere una positiva autoestima en las personas, una mayor aceptación del otro, genera condiciones de igualdad para con el tercero, un aspecto mejor exteriormente ayuda a tu propia superación como ser humano ante las adversidades y fealdades que provocan las enfermedades. La técnica del tatuaje sirve también para superar, aparte de heridas físicas, las del alma, en una dura y difícil lucha de la persona por seguir siendo igual al resto intentando pasar inadvertida. Considero que es un apoyo justo, necesario y razonable si lo demanda la persona con discapacidad que se encuentra en desigualdad sirviendo la misma para encontrar su equilibrio y bienestar físico y psicológico. Además, debe estar sustentado por el erario público abogando por la gratuidad total y respetando siempre la voluntad de la persona. La Convención sobre las Personas con Discapacidad indica que incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás. Y el tatuaje ayuda a muchas personas con discapacidad a derribar barreras y poder así participar plenamente en la sociedad. Por todo ello, su aportación al mundo de la discapacidad es inestimable.
A tod@s los que han puesto un tatuaje en su cuerpo para superarse a sí mismos
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