Ana María Castro Martínez
A quién corresponda:
Buenos días, les escribo para contarles lo que me ocurre por si pueden ayudarme. Yo entré en esta prisión hace años, ya no me acuerdo cuántos, aquí le llaman centro penitenciario, pero no sé lo que significa esa palabra. Cuando ingresé me hicieron unas pruebas unos médicos y un día me llamaron para decirme que tenía una enfermedad mental y además tenía una discapacidad intelectual y yo pensé qué bien que tengo dos cosas en vez de una. Para que me curara me empezaron a dar muchas pastillas que me hacían dormir mucho y andar muy lento. Las tomo porque me mandan y me dicen que es bueno para mí aunque no tengo ganas de tomarlas muchas veces porque me dejan atontado. Hay unas señoras con las que voy a hablar de vez en cuando y me preguntan cosas de mí que yo no me acuerdo. Yo también les pregunto a ellas y les digo que no sé qué hago en este sitio que no conozco a nadie pero ellas me contestan unas cosas que yo no entiendo, algo de pena cuando la pena es una cosa muy mala que hace llorar. No sé si saben ustedes que otra cosa muy mala es que se burlen de ti porque eres tonto, eso me hace ponerme súper nervioso y pelearme con los que se ríen que son casi todos y entonces me castigan porque les pego y les debo hacer daño.
Pero yo sólo pego para sacar una rabia muy grande que tengo por dentro, además mi amigo el que siempre va a mi lado me dice que me pelee aunque yo no quiero hacerlo pero tengo que hacerle caso porque es mi único amigo. Yo les quiero pedir una sola cosa y es que quiero salir de aquí, no sé qué hago viviendo aquí, hace mucho tiempo que no voy a la playa que eso me encanta y aquí no hay playa. No sé si pueden hacer algo para que pueda ir. Yo no sabía que estaba enfermo, pero cuando me mandaron a vivir aquí me lo dijeron unas señoras muy serias y me tuve que ir a una parte de esta ciudad que le llaman enfermería porque allí van los enfermos. Nunca estuve enfermo hasta llegar aquí que me lo dijeron pero yo creo que están equivocados porque ni tengo fiebre ni toso ni me duele la cabeza. Me quieren engañar, como soy tonto. Un día vino una señora que dijo que era abogada y me dio un papel pero yo no entendía nada porque no leo muy bien porque no tengo gafas y entonces ella me lo leyó pero entendí menos todavía. Las palabras eran rarísimas aunque alguna vez decía mi nombre y eso sí que lo entendía. Ojalá fuera listo y pudiera entenderlo. Yo a la abogada le dije que lo entendía todo por si pensaba que era tonto pero no entendí nada. Ojalá alguien me lo explicara pero que nadie se enterara. No sé porque tienen que poner unas palabras tan raras en los papeles con la de palabras que hay que son fáciles.
Me gustaría también decirles que a veces tengo ganas de llamar a mi madre por teléfono pero no puedo porque dicen que hay que meter una tarjeta y yo no la tengo y además sólo puedo llamar cuando los que están allí dicen no cuando yo tengo ganas de hablar con mi madre. Una vez salí a la calle con un hombre que vestía normal pero yo sé que era cura porque viene a charlar a veces conmigo de Dios. Había en la calle mucho ruido de coches y tenía mucho miedo perderme porque no conocía por dónde íbamos y me puse muy nervioso y le pegué a otro chico que también estaba con el cura, yo no quería pero me mandó mi amigo pégale pégale. Por eso seguro que no me dejaron volver a ir otra vez a la calle. Es que el ruido era insoportable.
Me dicen que dentro de poco ya puedo irme a vivir fuera de aquí pero yo les digo que como no tengo casa mejor me quedo aquí con mi amigo que viene conmigo a todos los lados y al menos tengo un amigo, lo que pasa que sólo sabe chincharme para que haga cosas malas y le pegue a la gente aunque yo sé que eso no está bien, por eso me mandan tomar las pastillas para que no le pegue a nadie. A mí me gustaría tener más amigos, no sólo este que me acompaña pegado a mí diciéndome cosas malas, pero no sé dónde encontrarlos porque los que andan por el patio se burlan de mí y me llaman tonto y eso que yo no lo soy por eso me pongo a pegarles. Y luego me llevan a otra habitación donde tengo que estar solo durante bastante tiempo y eso no me gusta que a mí la oscuridad me da mucho miedo y ahí es cuando tengo más ganas de llamar a mi madre pero como no tengo tarjeta no puedo. A veces me pongo a pensar pero no soy capaz de acordarme de mi cumpleaños pero de la playa sí que me acuerdo porque me encanta estar en el agua cuando hace calor. Me dice la señora que escribe que se acaba el papel. Yo sólo les quiero pedir si pueden hacer algo para que vaya a la playa, que es verano y en verano se va a la playa. Y aquí no hay playa.
Buenos días.