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¿Te han destituido de tu puesto de trabajo y crees que se ha realizado de forma improcedente?
La decisión entre readmisión o indemnización tras un cese laboral es clave para el empresario y para el trabajador.

En este artículo te vamos a explicar qué hacer ante un despido, tanto de las opciones de las que disponen los empleados en tales situaciones, como la importancia del papel del empresario a la hora de tomar una solución.

También examinaremos más de cerca el calendario y los factores que pueden afectar a este proceso de toma de decisiones. Tanto si eres un empleado que se enfrenta a una posible readmisión o indemnización, como si eres un empresario que navega por las consecuencias de un despido, este post te proporcionará valiosos puntos de vista e información.

COMPETENCIA DECISORIA DEL EMPLEADOR

Por lo general, la decisión entre readmitir a un trabajador y proporcionarle una indemnización está a discreción del propietario de la empresa. Esto significa que, en la mayoría de los casos, es el empresario el que tiene la potestad de seleccionar las medidas que hay que tomar una vez que se ha despedido a un trabajador.

Estaríamos ante una reincorporación obligatoria del trabajador cuando se produzca un despido nulo o el despedido tenga la cualidad de representante de los trabajadores.

Salvo estas situaciones, en términos generales, no existe la readmisión del trabajador de manera obligada para la empresa.

No obstante, si el despido es declarado improcedente y no estamos en esos casos, el empresario siempre tendrá que elegir entre reincorporar al empleado, debiendo pagar los salarios de tramitación o abonar la indemnización por despido.

La decisión tomada en este momento influye significativamente en la futura relación laboral entre el empresario y el trabajador despedido. Además, es un factor determinante para resolver las implicaciones legales y financieras de la extinción del contrato de trabajo.

En otras ocasiones, y siempre que no estemos antes estos casos, si la sentencia judicial declara improcedente el despido y el empresario no opta por la indemnización, el trabajador podrá ser readmitido en su puesto. En situaciones en las que el empresario elija la indemnización en lugar de la readmisión deberá realizar el pago de dicha indemnización al trabajador despedido.

LAS EXCEPCIONES DONDE EL TRABAJADOR TIENE CIERTO PODER DE DECISIÓN ENTRE READMISIÓN O INDEMNIZACIÓN

Principalmente, la facultad de determinar si se readmite al trabajador o se le indemniza corresponde al empresario. Este es el principio general respecto de la toma de decisiones a raíz de un despido.

Sin embargo, existen casos en que la condición del trabajador o, ciertas circunstancias específicas, puedan otorgarle ciertos derechos al respecto. Una de ellas es que se haya producido un despido nulo.

Otra es que el trabajador ostente un cargo de representante legal de la plantilla, como ser miembro de un comité de empresa. En este caso es el trabajador quien elegirá entre ser readmitido en su puesto y recibir una indemnización por despido.

Esto supone una excepción a la regla general y otorga a estos empleados privilegios únicos en el proceso de toma de decisiones, que los distingue de sus compañeros.

EL DESPIDO IMPROCEDENTE Y LA READMISIÓN TRAS UNA SENTENCIA JUDICIAL

Cuando a un trabajador se le despide de forma improcedente, la perspectiva de su readmisión surge si el empresario elige voluntariamente esta medida o si la sentencia judicial la impone.

Así, en el caso de que se emita un fallo judicial que declare el despido improcedente y el empresario no opte por indemnizar, deberá de llevarse a cabo la readmisión del trabajador para solucionar la extinción improcedente.

Esta decisión de readmitir al trabajador en su antiguo puesto es significativa, ya que no sólo aborda las circunstancias individuales del empleado, sino que también sirve para defender los principios de justicia y equidad en el ámbito del Derecho Laboral.

Además, el proceso de readmisión representa una fase crítica de los esfuerzos por corregir las repercusiones de un despido injusto y restablecer la relación de trabajo sobre una base lícita y equitativa.

Si tras recibir una sentencia judicial relativa a un despido, el empresario decide no impugnar la sentencia y, además, se abstiene de optar por la indemnización, el trabajador tiene derecho a ser readmitido en su puesto.

¿QUÉ OCURRE SI NO SE IMPUGNA LA SENTENCIA?

En las situaciones en que no se impugna una sentencia judicial sobre un despido y el empresario se abstiene de optar por la readmisión, el trabajador tendrá derecho a percibir una indemnización económica como consecuencia del despido declarado como improcedente. 

CINCO DÍAS HÁBILES PARA TOMAR UNA DECISIÓN

Ante la declaración de despido improcedente y la emisión de una sentencia judicial, el empresario dispone de un plazo de cinco días hábiles para deliberar y tomar una decisión sobre la medida que debe adoptar, si readmisión o indemnización.

Este plazo breve, pero significativo, representa un momento crítico en el procedimiento posterior al despido, ya que delimita la ventana en la que el empresario debe determinar si debe readmitir al trabajador o proporcionar la indemnización estipulada, tal como le ordena el Tribunal.

Si se opta por la no readmisión, deberá de consignar las cantidades correspondientes a la indemnización en la cuenta de consignaciones del juzgado.

Si el empresario no emite la decisión de indemnización o reincorporación, el trabajador deberá promover el denominado incidente de no readmisión.

READMISIÓN EN LAS CONDICIONES DE EMPLEO ANTERIORES

Cuando la readmisión de un trabajador está obligada a raíz de una resolución judicial sobre despido improcedente, el empresario está obligado a garantizar que el trabajador vuelva a ocupar su antiguo puesto en las mismas condiciones que regían antes del despido.

Esto supone reincorporar al trabajador a su puesto anterior y, también, mantener las mismas condiciones de empleo, prestaciones y responsabilidades que estaban en vigor en el momento de la extinción improcedente.

La readmisión de un trabajador en estas condiciones ayuda a subsanar las consecuencias injustas de la extinción improcedente y restablecer la relación laboral basándose en un criterio lícito y equitativo.

Sirve para garantizar que el trabajador afectado sea reintegrado en su posición legítima con todos los derechos y prestaciones que tenía anteriormente, salvaguardando así su situación profesional y garantizando su empleo continuado en las mismas condiciones que antes.

Además, la obligación de readmitir al trabajador en su puesto anterior y en las mismas condiciones de empleo, subraya el compromiso de enmendar las injusticias derivadas del despido improcedente y de restablecer la relación laboral sobre una base de legalidad, equidad y continuidad.

SALARIOS DE TRAMITACIÓN

Para el caso de que nos encontremos ante una readmisión, no corresponderá el abono de indemnización, si no que deberán de abonarse todos los salarios dejados de percibir desde el despido hasta la efectiva incorporación al puesto de trabajo.

¿QUÉ HACER ANTE UN DESPIDO IMPROCEDENTE? CONCLUSIONES

En conclusión, tras un despido considerado improcedente, el empresario debe elegir entre la readmisión o indemnización de acuerdo con la normativa legal.

Si el trabajador es un representante legal, tiene derecho a elegir, por tanto, es importante que ambas partes conozcan sus opciones para alcanzar una resolución justa. Y toda la información y respuesta a las dudas las suele saber mejor un abogado especialista en despidos.




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